Impacto del clima laboral en la productividad de los colaboradores

Si el clima laboral de tu empresa se puede representar en un meme, entonces deberías analizar qué elemento discordante podría estar generando la desarmonía del entorno. En el glosario de los recursos humanos, un buen clima laboral define a un ambiente adecuado que promueve optimización personal y mejora de trabajo en grupo, el cual es un factor clave para que una empresa y sus colaboradores alcancen el éxito. El clima laboral no es un concepto abstracto, sino una realidad tangible que puede causar un impacto significativo en el rendimiento y productividad de todos los colaboradores de una organización. 

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Un clima laboral asfixiante, en cambio, puede hacer que existan fricciones entre los integrantes de un equipo o que eviten el contacto y el trabajo colaborativo se vuelva muy difícil de sostener sin estar en medio de un ambiente de tensión constante e incómodo. Cuando se da este panorama, lo más probable es que la productividad disminuya y los resultados de las distintas tareas pierdan calidad y efectividad, lo que repercute notablemente en el alcance de los objetivos o en el tiempo estimado para lograrlos.

Condiciones de trabajo inadecuadas, competencia entre colaboradores, gerentes de visión sesgada, falta de liderazgo, ausencia de capacitación y promoción de colaboradores son algunas de las razones que pueden desgastar el clima laboral en una empresa. Ante las primeras señales, los líderes deben tomar acciones para impedir un efecto negativo en el rendimiento. En este artículo, analizamos el impacto del clima laboral en la productividad y cómo manejar la tensión en la oficina para mejorar la sinergia entre los colaboradores.

¿Qué se entiende por clima laboral en las empresas?

De acuerdo con la teoría relacional, el clima laboral puede entenderse como los sentimientos compartidos por los colaboradores y los líderes respecto a los procesos organizacionales, sus influencias en los colaboradores y la interacción entre miembros del equipo. Esto generalmente se traduce en un clima de respeto y colaboración entre los miembros de una empresa, lo cual permite aumentar exponencialmente la productividad general.

Un clima laboral saludable alienta la comunicación directa, los diálogos entre equipos y la innovación, todos ellos elementos clave para el éxito de una empresa o el desarrollo de un proyecto. Los líderes deben crear un ambiente propicio que promueva la cooperación, la creatividad, el diálogo y el respeto entre los colaboradores. Esto es fundamental para establecer un ambiente que motive al equipo y mejore la productividad general. 

Sin embargo, es importante tener en cuenta que un mal clima laboral puede causar un impacto negativo en la productividad y el rendimiento global del equipo. Los principales indicadores de un clima laboral inadecuado incluyen falta de comunicación, trato desigual, falta de liderazgo, problemas de gestión de tiempo, conflictos entre trabajadores, poco reconocimiento por el trabajo, entre otros. 

Impacto del clima laboral en la productividad

El clima laboral impacta en la productividad de una forma u otra. Si es ameno y armonioso impactará positivamente, pero si en cambio es tóxico y estresante impactará negativamente en la productividad. Dependiendo de las características del clima laboral, será el tipo de impacto que tendremos. Por ejemplo, un buen clima laboral va a reducir el absentismo de manera considerable, va a promover la creatividad y la innovación, también facilitará el desarrollo profesional y permite estimular la cooperación.

Ahora bien, un clima laboral tóxico va a generar en los trabajadores el efecto contrario, lo que va a influir de forma perjudicial en la productividad . Pero, ¿cómo identificamos que realmente se está manifestando un mal clima laboral en tu empresa? A continuación, hemos recopilado algunas de sus señales más típicas.

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1. Falta de interacción entre los colaboradores.

Ya sea porque hay diferencias significativas de personalidad o generacionales, es posible que en un equipo de trabajo exista ausencia de interacción. Aunque los colaboradores compartan un mismo espacio físico, no comparten ideales ni intereses fuera del ámbito laboral, y eso se hace sentir en el silencio predominante de la oficina, el cual rara vez se corta, si no es para tener una reunión de trabajo. 

Otra opción es que la gente no hable porque se trata de un equipo conformado recientemente, lo que podría cambiar con el paso de los días o semanas. Si esto no sucediera de todas formas, entonces deberías comenzar a evaluar la posibilidad de un problema en el entorno laboral, que urge solucionar para evitar que baje la productividad.

2. Indirectas.

Uno de los clásicos y clichés que replican todas las sitcom de oficinistas son las indirectas que se lanzan entre compañeros de trabajo cuando claramente no se soportan pero están obligados por las circunstancias a compartir el espacio físico, compartir equipo y, muchas veces, compartir procesos de ciertas tareas. A esto hay que agregar el tiempo (8 horas o más) que pasan en compañía de alguno o varios compañeros indeseables. 

Entre estos perfiles arquetípicos nunca falta el competitivo, el egocéntrico, el flojo, el soberbio, el irascible, el fantasma que pisa la oficina una vez a la semana y se la pasa encerrado y teniendo reuniones, el chismoso, el chupamedias, entre otros, la fauna es extensa, razón por la cual estos perfiles son los que más se ganan la antipatía de los trabajadores promedio, un poco más conscientes del lugar que ocupan dentro de la organización y que sienten la necesidad de expresar su frustración ante lo que consideran con justa razón una injusticia, aunque no sea ni la forma ni el momento adecuados.

3. Cuchicheos y chismes a escondidas. 

Este escenario también se da con bastante frecuencia en ambientes de trabajo hostiles. Cuando hay desagrado y descontento con alguna situación injusta que está sosteniendo la empresa, generalmente los colaboradores cuchichean entre ellos para hablar mal, ya sea de sus jefes o de otros compañeros. Por su parte, los gerentes también se pueden reunir a cuchichear y hablar mal de sus subordinados o de otros colegas. 

Para evitar que tu empresa se convierta en un conventillo, la mejor manera de cortar de raíz el chisme y las habladurías es fomentar el respeto entre las personas que conforman la organización, y que todo lo que se tenga que decir se exprese frente a frente para que la persona que se supone que cometió la falta tenga la oportunidad de reparar el daño.

4. Tono agresivo en el trato.

La agresividad ya es un nivel más alto de toxicidad en un clima laboral que hace la convivencia insostenible y hasta peligrosa para la integridad de las personas involucradas. En un escenario de mal clima laboral, nunca se debería permitir que la situación empeore y llegue al maltrato, porque entonces estaríamos hablando de toda una estructura organizacional enferma y que debe ser analizada desde otros puntos de vista vinculados a la psicología laboral. 

Ahora bien, si la violencia se manifiesta espontáneamente, el responsable debe ser advertido de su error y propiciar la conciliación con el destinatario de la ofensa. Y si la conducta se repite con la misma persona o con otro, entonces tomar medidas más drásticas contra el infractor.

5. Falta de colaboración.

Una de las principales señales de un clima laboral tóxico es la progresiva falta de colaboración en un equipo. Dado que el trabajo en equipo es necesario para el correcto funcionamiento de la organización, si no hay ayuda entre los colaboradores, la baja de productividad en las tareas es un hecho.

6. Alta tasa de absentismo. 

Finalmente, una señal muy evidente de mal clima laboral es el ausentismo de los trabajadores en la oficina para evitar relacionarse con los compañeros que les resultan más odiosos. Si bien en la actualidad con los modelos remoto e híbrido la noción de ausentismo se amplía con respecto a la presencialidad en la oficina, incluso podemos hablar de absentismo en el trabajo remoto cuando los trabajadores no cumplen con las actividades que le corresponden de manera remota. 

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En definitiva, es fundamental para el éxito de cualquier equipo que los líderes trabajen sobre el impacto del clima laboral en la productividad, a fin de poder identificar cualquier señal de que algo no está funcionando bien para tomar medidas que ayuden a mejorar las relaciones humanas dentro de la organización para evitar esos incómodos momentos de tensión, silencios, malos entendidos, apatía e indirectas, que luego se traducen en falta de compromiso y un descenso en el rendimiento.  

Alimentar un ambiente laboral saludable que promueva la comunicación y la colaboración va a contribuir en el alcance de los objetivos organizacionales.  La creación de un entorno de trabajo positivo puede ayudar significativamente a la productividad de todos los colaboradores y a fortalecer la cultura de la empresa.