Durante casi todo el 2020 y los primeros meses de 2021 se vivió una de las épocas más difíciles a nivel mundial para toda la humanidad: la irrupción de la pandemia del coronavirus. La crisis sanitaria que suscitó este virus tan infectocontagioso afectó la rutina y la calidad de vida de las personas, obligándolas a replantearse las relaciones humanas en general y las libertades individuales, limitadas a causa del extenso confinamiento.
<<<Home Office vs. trabajo presencial. ¿Qué modalidad elegir?>>>
De repente, un virus proveniente de China ponía el mundo patas para arriba y la raza humana se recluía dentro de sus casas, salía únicamente para proveerse alimentos, con las caras cubiertas por mascarillas y luego volvían a las casas para sanitizarse las manos con alcohol en gel. Para no matar su economía, la gente había comenzado a trabajar desde sus hogares.
Sin dudas, se estaba gestando un escenario apocalíptico al mejor estilo de las películas distópicas de ciencia ficción sobre guerras biológicas e invasiones virales letales. Pues la realidad no se quedaba tan lejos.
Por causa de esta crisis inusitada, las empresas se tuvieron que enfrentar a un enorme desafío para sobrevivir: promover el teletrabajo y confiar en que sus colaboradores eran lo suficientemente productivos como para llevar adelante una empresa, superando los altos riesgos de los incesantes cambios del mercado.
La propuesta para este artículo es debatir sobre las modalidades de trabajo vigentes: presencial, remoto o híbrido, articulando las distintas voces que defienden uno u otro en contraste con la realidad actual y la perspectiva a futuro que predicen.
Como primera medida, se impuso el teletrabajo.
Las empresas vieron en el teletrabajo una buena oportunidad para no cesar la actividad y resguardarse de la pandemia en su punto más crítico. Además, el auge de las herramientas digitales para trabajar de forma remota favoreció las condiciones para que esta nueva modalidad se implementara de manera permanente en un futuro, ya que incluso numerosos estudios demostraron su efectividad y el alivio que significó para los trabajadores poder flexibilizar sus horarios de trabajo.
Casi inmediatamente, comenzaron a proliferar los defensores del teletrabajo, que destacaron sus importantes beneficios, como la tranquilidad de trabajar desde la casa, el ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos a la oficina, la posibilidad de manejar a conveniencia los propios horarios de trabajo, sin contar el hecho de que los trabajadores que vivían un ambiente tóxico de oficina estaban de parabienes haciendo home office.
Además, en una época donde la mayoría de las personas disponen de conexión a internet banda ancha y la tecnología de aplicaciones para realizar ciertas tareas a distancia, prácticamente se daba por hecho que la nueva normalidad iba a traer aparejada, entre otras cosas, la incorporación del teletrabajo como forma primaria, desplazando al trabajo presencial.
Entre abril y septiembre de 2020, algunas consultoras y centros académicos realizaron distintos estudios sobre el grado de satisfacción de los trabajadores con el modo remoto y alrededor del 65% de los encuestados aseguró estar satisfecho o muy satisfecho con trabajar desde la casa.
En tanto, solo un 15% lo rechazó, por diferentes motivos, y el 20% emitió argumentos a favor y en contra. Pero he aquí que otro estudio realizado durante los últimos meses del mismo año manifestó resultados muy diferentes que puso en jaque las bondades de la modalidad remota.
La opinión favorable sobre el teletrabajo perdió adhesión muy rápidamente bajando 20 puntos, por lo que su percepción positiva se situaba en un 45%. Este número, sin embargo, no ponía al teletrabajo precisamente en una mala posición, pero empezaba a mostrar una tendencia creciente que en las últimas semanas se convirtió en evidencia.
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¿Qué dicen los defensores del teletrabajo?
Como ya anticipamos, el mejor argumento a favor del teletrabajo es un mejor uso del tiempo, ya que realizar las actividades desde casa favorece la productividad de los trabajadores porque ahorraban mucha energía gastada en los traslados de oficinas, sobre todo en las grandes urbes como Buenos Aires, Ciudad de México, Lima, Sao Paulo, Bogotá, entre otras.
El segundo mejor argumento es una mayor interacción con la familia, especialmente con los hijos. Sin embargo, existe una paradoja en este punto porque así como el home office permite pasar más tiempo con los hijos, del mismo modo obliga a los padres a concentrar su atención en ellos, desviándose muchas veces de las funciones laborales.
No obstante, la flexibilidad de la modalidad remota contempla realizar horarios diferentes al de oficina, comprendiendo que los trabajadores padres de familia tienen otras obligaciones aparte de cumplir con sus funciones correspondientes (atender las necesidades de la casa, ayudar en la tarea de sus hijos, etc.). Por lo que las personas en esta situación aceptan de antemano esta condición.
Incluso muchas personas aceptan que, en proporción, trabajan más horas en la modalidad home office que cuando están en la oficina, por lo que, los más optimistas, se atreverían a afirmar que trabajando en remoto son más productivos porque hacen más cosas y su nivel de concentración es aún mejor.
Los jefes, los principales detractores del teletrabajo.
Si bien existen trabajadores en relación de dependencia que no están a favor del teletrabajo, ya sea porque el tiempo no les rinde desde el hogar o no cuentan con la conexión de internet adecuada para desempeñar sus funciones, lo cierto es que los principales detractores del teletrabajo son los jefes o supervisores que tienen a cargo equipos en remoto.
Según la opinión de James Rogers, dueño de una agencia británico-estadounidense en Londres de contenido global, la oficina va primero.
“Creo que podemos ser mejores cuando trabajamos en la oficina a tiempo completo”, sostiene Rogers.
(La Nación, 14 de septiembre de 2021, Lo que los jefes realmente piensan sobre el trabajo en remoto, Buenos Aires, Argentina).
La misma empresa desde abril dio a sus empleados la posibilidad de regresar a la oficina de manera parcial.
Los expertos en recursos humanos aseguran que la actitud de Rogers refleja una clara tendencia de retornar a la modalidad presencial de forma definitiva, sin tener en cuenta las encuestas globales que manifestaron opiniones muy positivas sobre el teletrabajo. Su principal argumento para desbarrancar la supremacía del trabajo remoto fue la falta de comunicación entre los equipos.
Por otra parte, según un estudio reciente de la Society for Human Resource Management (Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos), en EEUU el 72% de los gerentes que supervisan a trabajadores en remoto prefieren que estos permanezcan en la oficina.
Una encuesta realizada en junio por el órgano colegial de los gestores de Reino Unido, Chartered Management Institute (CMI) demostró que alrededor de la mitad de los gerentes requería en la oficina a su personal, al menos dos o tres días a la semana.
En definitiva, se pone de manifiesto una fuerte resistencia de los directivos frente al teletrabajo y una inclinación natural hacia la vuelta permanente a la modalidad presencial.
La vacunación contra la COVID aceleró el regreso a las oficinas.
Otro factor clave que parece haber acelerado el regreso a las oficinas es la vacunación masiva que desde finales de 2020 está inmunizando a la población. Si bien todavía hay un número importante de no vacunados en el mundo que hace dudoso el alcance de la inmunidad de rebaño, la notable reducción de los casos de gravedad y muertes por Covid dieron vía libre a las empresas para replantearse la necesidad del teletrabajo.
En la mayoría de las empresas donde un porcentaje alto de colaboradores ya completaron el esquema de vacunación, se produjo un retorno masivo a las oficinas, aunque las reacciones de los trabajadores ante este hostigamiento fueron de lo más diversas.
Había quienes estaban deseosos de volver al trabajo presencial para recuperar el contacto humano, así como los que hubieran preferido seguir trabajando en remoto. Pero muchas empresas fueron tajantes con respecto a la tolerancia frente a los no vacunados aplicando sanciones, quita de beneficios y hasta despidos.
Confiar o no confiar, he aquí el dilema.
Se ha especulado con que los CEO tienen especial interés en atraer a la oficina bajo amenaza a los trabajadores que aún continuaban con la modalidad remota. Este fenómeno habría estado sucediendo mayormente en España, en donde el teletrabajo siempre tuvo una baja incidencia.
Al margen de esta nota de color, sí existiría una necesidad de control de lo que hacen los trabajadores por parte de los CEO y gerentes. Durante el largo confinamiento, el seguimiento de los equipos remotos se tornó vulnerable y los jefes no tenían cómo comprobar el rendimiento individual y colectivo del personal, no teniendo más opción que confiar en que el trabajo se hacía.
Los resultados de una reciente encuesta a 200 ejecutivos de EE.UU. en agosto pasado demostraron que algunos gerentes no confiaban en que un tercio de su personal utilizara correctamente las herramientas colaborativas de forma remota. En tanto que una investigación de Harvard Business Review reveló que un 41% de los ejecutivos descreía de las motivaciones a largo plazo de los trabajadores en remoto.
Pero existe un factor más humano en la preocupación de los líderes empresariales por preferir la modalidad presencial a la modalidad remota: el clima de oficina, los intercambios cara a cara entre colaboradores, los debates presenciales, las charlas distendidas del almuerzo y el café, y muchos más aspectos que con el teletrabajo se pierden.
Por consiguiente, sí habría una evidente tendencia a recuperar el control de los trabajadores desde la oficina, pero también un deseo genuino de recuperar la comunicación interna de la empresa.
Los diplomáticos de la modalidad híbrida, que buscan equilibrar el trabajo presencial y el remoto.
Por supuesto que en este cruce de opiniones no faltan los conciliadores que no avalan las posturas extremistas y prefieren sacarle el máximo provecho a las dos modalidades permitiendo que los trabajadores tengan la libertad de elegir la modalidad que mejor se adapte a sus necesidades.
Esto es lo que se conoce como el modelo híbrido porque integra días de trabajo presencial con días de trabajo remoto. Al respecto, algunos líderes se han pronunciado a favor de este modelo integral.
Lindmark de Winningtemp piensa que los gerentes que prefieren el trabajo presencial de manera permanente con el tiempo pueden llegar a arrepentirse, ya que es probable que no estén considerando el ahorro de tiempo y costos. Además, después de que muchos empleados han trabajado por tantos meses desde el hogar, traerlos de vuelta a la oficina denota falta de confianza y necesidad de control.
Asimismo, sugiere que los superiores se enfoquen en la producción individual y en el equipo para promover modelos híbridos. Por su parte, Taylor de la Society for Human Resource Management coincide en que un programa de trabajo flexible tiene que funcionar tanto para empleados como empleadores y que “No existe una única solución para todos”.
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¿La nueva normalidad ya no existe?
Entonces, a partir de todo lo sucedido en pandemia con el auge del teletrabajo y ahora de repente encontrarnos con detractores que imponen el trabajo presencial, nos plantea un interrogante: ¿tantos cambios para que finalmente nada cambie? Lampedusa, en su obra El Gatopardo, parecía entender lo fluctuante de la condición humana:
“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”
(Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1958), El Gatopardo.)
La paradójica frase hace alusión a los cambios necesarios para mantener un mismo estado de cosas y aquí sabemos que el mundo presenció muchos cambios, pero que parecen no hacer mella lo suficiente para cambiar paradigmas pasados de moda como el trabajo presencial permanente. Pero serán las personas quienes determinen con el tiempo cuál modelo prevalecerá entre el trabajo presencial, remoto o híbrido.
¿Por qué crees que tantos CEOS están imponiendo el trabajo presencial de forma permanente después de experimentar las ventajas de la forma remota?
¿Y tú qué modalidad prefieres para tu empresa?
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