¿Existe alguna clave para lograr la grandeza empresarial? Tal vez no sea una sola, si no mejor, un conjunto de habilidades que al ponerse en juego nos permiten alcanzar el éxito que buscamos. En este artículo, exploramos cómo los principios de liderazgo de los All Blacks pueden aplicarse al mundo empresarial y cómo estos conceptos pueden contribuir a transformar la cultura y mejorar la productividad de tu empresa.
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Cuando pensamos en grandeza empresarial puede que lo primero que se nos venga a la mente sean empresas exitosas, cada una en su ámbito, que hayan logrado posicionarse en el mercado como un ejemplo a seguir. ¿Qué pasa si nos salimos por unos instantes del molde que ya conocemos, para pensar fuera de la caja? Creemos que los mismos valores y habilidades que hacen grande a una empresa, pueden verse reflejados en cualquier ámbito de la vida, y esto nos lleva a buscar respuestas y ejemplos en actividades cotidianas.
El rugby, deporte por excelencia de tenacidad y valores, nos acerca a estas habilidades y nos hace reconocerlas a través de uno de sus máximos exponentes alrededor del mundo: el equipo neozelandés de los All Black. El equipo de rugby neozelandés es uno de los mayores exponentes en su área y un auténtico ejemplo de liderazgo. Con un porcentaje de victorias superior al 70% podemos reconocer a este equipo como un ejemplo por sus valores y habilidades a la hora de conseguir el éxito.
¿Cómo es posible trazar un paralelismo entre un equipo de rugby y una empresa? Pues creemos que la respuesta está en poder reconocer esas habilidades que aparecen en un campo de juego y trasladarlas activamente al campo empresarial en donde la empresa busca explotar su potencial y mejorar su productividad. En el mundo de los negocios, el liderazgo efectivo es fundamental para el éxito de cualquier organización. Al igual que en el deporte, donde los equipos de élite como los All Blacks de Nueva Zelanda destacan por su excelencia, las empresas pueden aprender lecciones valiosas al observar cómo estos atletas de élite funcionan como un equipo cohesionado y exitoso.
Habilidades transformativas
Citando al libro 'Legacy: 15 lecciones de Liderazgo', de James Kerr, podemos explorar un interesante paralelismo entre las habilidades requeridas en el deporte de élite y el mundo empresarial. Al igual que los equipos de rugby, donde cada jugador aporta su valiosa contribución para el éxito colectivo, nuestra empresa se beneficiará al interiorizar estas lecciones de liderazgo. Con una mirada hacia estas 15 lecciones, tantas como la cantidad de integrantes de un equipo de rugby, buscamos inspiración para fortalecer y enriquecer nuestra estrategia empresarial.
1. Liderar con propósito
Refiere a tener una visión clara y un propósito definido, que esas sean las razones por las que se guíen todas las acciones y decisiones de nuestra empresa.
2. Crear un ambiente de aprendizaje
Mejora continua y aprendizaje como los valores fundamentales que van a llevar a nuestra empresa a crecer exponencialmente.
3. Enfocarse en la excelencia, no en la mediocridad
Para lograr esta grandeza empresarial es necesario buscar constantemente la excelencia en todo lo que se hace, sin conformarse con resultados mediocres, de lo contrario estaremos condenados a ser uno más del montón.
4. Reinventarse constantemente
Tal cual lo hace un equipo de élite, estar dispuesto a adaptarse y evolucionar para mantenerse relevante y competitivo en un mundo en constante cambio, es una habilidad necesaria para las empresas.
5. Dejar el lugar mejor de como lo encontraste
Podemos sobresalir del promedio si nos comprometemos a dejar un impacto positivo en todo lo que hagamos, ya sea que tenga que ver con un equipo, con la organización o en la comunidad donde nos desarrollemos.
6. Desarrollar un liderazgo distribuido
En un equipo, el trabajo colaborativo es fundamental. En una empresa, capacitar a todos los miembros para que asuman responsabilidades de liderazgo y contribuyan al éxito colectivo puede ser clave para el crecimiento de la misma.
7. Promover la diversidad e inclusión
Nuevamente, pensando en un equipo, tenemos que saber valorar las diferencias individuales para poder crear con ellas un ambiente donde todos contribuyan y del cuál se sientan parte.
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8. Cultivar la mentalidad de equipo
Fomentar un sentido de unidad y camaradería entre los miembros del equipo, donde todos trabajen juntos hacia un objetivo común puede ser una de las mayores claves de éxito, en cualquier equipo ya sea deportivo o empresarial.
9. Enfrentar los desafíos con coraje
Siempre vamos a tener desafíos con los que no contábamos. Estar dispuesto a enfrentarlos y a superar las adversidades con determinación y valentía es lo que nos hará fuerte también como equipo.
10. Mantener la humildad
Reconocer que siempre hay margen para mejorar y que nunca se debe subestimar al oponente es otra de las habilidades que se deben poner en práctica para no caer en la mediocridad.
11. Centrarse en el proceso, no solo en los resultados
Tomar a la mejora continua como objetivo, en lugar de obsesionarse únicamente con los resultados finales, puede ser otra de las claves para mejorar la productividad de nuestro equipo, o empresa.
12. Crear rituales significativos
Establecer rituales y tradiciones que fortalezcan la identidad y cohesión del equipo, esto llevará a que el sentimiento de ser parte sea más fuerte que las competencias individuales, y por ende, que todo el equipo trabaje en pos el objetivo en común.
13. Celebrar el éxito con modestia
Es posible que en algunos proyectos seamos sobresalientes y subamos escalones de crecimiento, pero siempre es importante reconocer y celebrar los logros manteniendo la humildad y el respeto hacia los demás. Nunca sabemos qué deparará el proyecto que viene.
14. Ser responsable ante uno mismo y ante el equipo
Si bien en un equipo sumamos las fuerzas en conjunto, asumir la responsabilidad personal por las acciones y contribuir de manera positiva al éxito del equipo son de suma importancia para que los esfuerzos sean equitativos.
15. Dejar un legado duradero
Por último, trabajar para construir una cultura y un legado que trascienda a los individuos y continúe inspirando a las generaciones futuras es uno de los mayores desafíos y, al mismo tiempo, será un gran logro si lo conseguimos.
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Hasta aquí nuestras reflexiones sobre la importancia de reconocernos en el otro como potenciales agentes de cambio, así como el potencial del constante crecimiento. Tener ejemplos de éxito que nos inspiran a la mejora continua y el crecimiento que buscamos como empresa, puede resultar beneficioso en nuestra productividad si aprendemos cómo actuar constructivamente frente a las adversidades.
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