Las empresas normalmente no solo no suelen trabajar por objetivos sino que no evalúan con atención cuánto les puede costar el alcance de esos objetivos. El objetivo puede ser muy desafiante y generar un importante impacto para la empresa, pero si no tomamos conciencia de los costos reales que van a requerir alcanzarlo, será difícil que este se vuelva tangible. Por eso, en la gestión por resultados, todo objetivo tiene más posibilidades de concretarse cuando se lo asocia a una inversión planificada.
<<<¿Cómo alinear los objetivos operativos con la estrategia empresarial?>>>
En general, en la mayoría de las organizaciones, los objetivos no tienen un presupuesto asociado formalmente. Por esta razón, cuando se habla de objetivos, en el mejor de los casos, se discute acerca de cómo se van a lograr, pero no se llega a un nivel de detalle sobre cuánto cuesta lograrlo, es decir, cuánto tenemos que invertir en el alcance de los objetivos.
La propuesta para este artículo consiste en describir de qué se trata la valuación de objetivos y por qué es importante saber el costo de nuestros objetivos a la hora de iniciar la planeación para llevarlos a cabo.
¿Qué es la valuación de objetivos?
Hablamos de valuación de objetivos al valor en costo que asignamos a la planeación de un objetivo en particular. Puesto que no todos los objetivos cuestan lo mismo, la valuación previa permitirá a las empresas calcular los recursos, no solo financieros sino también de personal y tecnológicos que serán necesarios para gestionar una planeación estratégica adecuada, a fin de poder alcanzar con éxito un objetivo específico.
La valuación de objetivos es una práctica importante cuando se trabaja con planeación estratégica y se aspira a alcanzar objetivos estratégicos. No obstante, conocer el costo de los objetivos no se limita al nivel estratégico sino que abarca la empresa en su totalidad, por lo que el nivel operativo debe alinear asimismo el costo y valor de sus procesos y proyectos en función de ese objetivo mayor.
Cuánto cuesta alcanzar los objetivos
Existen diversos costos implicados al alcance de los objetivos estratégicos que deben considerarse antes de llevarlos a cabo. Por ejemplo, el costo de un plan de marketing y el costo de talentos necesarios para llevarlo a cabo. También necesitarás conocer el costo tecnológico o de implementación para la gestión comercial, entre otros. Hacer esto te permitirá viabilizar objetivos. En función del costo de los objetivos se deberá determinar si es viable seguir adelante con ellos.
Más allá de comprender si la valuación de objetivos te permite saber si un objetivo es viable o no, se utiliza en el mundo de los negocios para poder organizarse y prever los recursos necesarios para comenzar la planeación y no darte cuenta a la mitad del proceso que no vas a llegar con el presupuesto, tanto en dinero como en carga de trabajo. Valuar objetivos no solo conlleva un cálculo monetario sino también el cálculo de recursos, involucrados en las acciones a realizar para lograrlo.
<<<Principal diferencia entre objetivo estratégico y operativo>>>
Importancia de la valuación de objetivos
Para definir la importancia de la valuación de objetivos, en nuestra experiencia, creemos que, al cálculo del costo, conviene incluir el concepto de cambio. Generalmente, cuando en tu empresa apuestas por ampliar tus objetivos, esto implica realizar un cambio significativo en algún componente de la organización. Si buscas incrementar tus ventas, debes introducir un cambio en la manera de vender para obtener un resultado acorde a ese objetivo.
Por lo tanto, no puedes facturar más realizando la misma actividad de siempre. Entonces, al cambiar algo de la manera en que se trabaja, ya estarás cambiando la proyección de tu objetivo. Ese cambio, generalmente se lleva a cabo a través de un proyecto o mejora de procesos. Considerar los cambios y mejoras en la forma en que trabajamos para alcanzar un resultado es uno de los puntos clave de la valuación de objetivos.
Hemos observado hasta ahora que la valuación de objetivos abarca principalmente el cálculo de los costos necesarios para alcanzar los objetivos, pero igualmente los cambios destinados al mismo fin. Los proyectos por definición también deben contar con un valor y planificación del presupuesto, pero no solo en términos de dinero sino de recursos humanos y de tecnologías, ya que de esa forma la gerencia sabrá a ciencia cierta cuánto presupuesto necesita cada proyecto.
Identificar el presupuesto de cada objetivo, proyecto y proceso evitará la incertidumbre de llevarlos adelante sin tener presente los posibles riesgos y complicaciones durante el trayecto. Uno de los problemas más comunes que puede surgir es, al momento de gestionar los indicadores para seguir el progreso, darnos cuenta de que los objetivos no se van a cumplir por un mal cálculo del presupuesto o bien, porque no hubo un cambio que contribuya a su alcance.
Entonces, si alineamos la operación (procesos y proyectos) a esos objetivos estratégicos, se puede identificar con mayor eficacia el presupuesto necesario para alcanzarlos.
El problema cuando no existe alineación entre la estrategia y la operación es que los proyectos y procesos tendrán metas distintas, lo que afectará en la distribución del presupuesto entre el cumplimiento del objetivo mayor y el cumplimiento de los objetivos operativos. En consecuencia, el presupuesto no se destinará correctamente a ninguno de los dos niveles organizacionales. O bien, puede que se destine más a uno que a otro.
Si no se tiene un panorama global de hacia dónde se dirige la empresa, probablemente, aunque se destine la mayor parte del capital al alcance de los objetivos estratégicos, es posible que parte del presupuesto que no se está incluyendo en un proyecto o mejora de procesos influya significativamente en el logro de los objetivos de la empresa. Una deficiente planeación de lo que representa el valor de los objetivos desencadenará que estos no se lleven a cabo.
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Resumiendo, la valuación de objetivos representa el costo total que necesitas para alcanzar tus objetivos estratégicos y también las acciones para contribuir a dicho alcance, de las cuales el factor cambio es una de ellas. Permite ante todo vislumbrar el camino más acertado para alcanzar el objetivo organizacional, al entender cuánto te va a costar la meta que deseas lograr y si vale la pena el esfuerzo.
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