Las pequeñas y medianas empresas bien administradas generalmente comienzan su proceso de planificación con una declaración de misión o visión amplia. Si bien este punto de partida en la gestión por resultados es tanto necesario como estimulante, a menudo, la dirección no lo puede utilizar hasta que la misión se traduce en un plan estratégico que luego se emplea para guiar las operaciones.
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Los líderes empresariales se benefician de la comprensión de la diferencia entre objetivo estratégico y operativo porque esta distinción juega un papel muy importante en la conversión de una visión general en tareas concretas y específicas. En este sentido, el objetivo operativo permitirá bajar a tierra muchas de las ideas que atraviesan el objetivo estratégico allanando el camino para alcanzarlo..
La propuesta para este artículo es establecer las principales diferencias entre objetivo estratégico y operativo, a fin de identificar algunos aspectos claves para trazar cada uno.
¿Qué son los objetivos estratégicos?
Los objetivos estratégicos son metas organizacionales a largo plazo que contribuyen a convertir una declaración de misión de una visión amplia en planes y proyectos más específicos. Determinan los principales puntos de referencia para el éxito y están diseñados para ser traducciones medibles, específicas y realistas de la declaración de la misión que la dirección ejecutiva puede implementar para guiar la toma de decisiones.
Los objetivos estratégicos generalmente se desarrollan como parte de un plan de dos a cuatro años que identifica las fortalezas y debilidades clave estableciendo las expectativas concretas que permitirán que la compañía u organización alcance su declaración de misión o visión de base más amplia.
¿Qué son los objetivos operativos?
Los objetivos operativos son puntos de referencia diarios, semanales o mensuales del proyecto que incorporan objetivos estratégicos más amplios. Estos objetivos operativos, también denominados objetivos tácticos, se definen a partir de objetivos estratégicos en mente y brindan un medio para que la dirección y el personal dividan una meta estratégica más amplia en tareas factibles.
Establecen metas a corto plazo que se encuentran relacionadas con la estrategia general de la organización. Estos objetivos deben ser medibles y específicos, y su propósito es promover los esfuerzos hacia el cumplimiento de los objetivos estratégicos. Además, permiten alinear todas las áreas en una misma dirección. Al trazar una hoja de ruta incluyendo todos los objetivos operativos, no solo podrás realizar un esquema organizado de trabajo diario sino que también contribuirás al logro de los objetivos estratégicos.
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Diferencias entre objetivos estratégicos y operativos
La diferencia más significativa entre un objetivo estratégico y operativo es su marco temporal. Los objetivos operativos son metas a corto plazo, mientras que los objetivos estratégicos son metas a largo plazo. De hecho, los objetivos estratégicos y operativos también funcionan de manera diferente en la práctica, puesto que suelen ser demasiado amplios para tener sentido como un conjunto específico de tareas diarias o proyectos semanales.
Por otro lado, los objetivos operativos son lo suficientemente específicos y de corto plazo para ser considerados utilizables en la asignación diaria de tiempo y activos. Si bien es cierto que los objetivos estratégicos y operativos son sustancialmente diferentes, es importante reconocer que se encuentran estrechamente vinculados.
Es poco probable que una organización alcance un objetivo estratégico si no lo traduce de manera efectiva en objetivos operativos viables. Al mismo tiempo, los objetivos operativos carecerán de cohesión entre sí y con la misión general de la empresa si no están diseñados para impactar y promover el logro de los objetivos estratégicos.
En pocas palabras, los objetivos estratégicos solo se vuelven funcionales cuando se traducen en objetivos operativos y los objetivos operativos solo son efectivos cuando están diseñados para impulsar a un objetivo estratégico.
Ejemplos de objetivos estratégicos y operativos
Un ejemplo de objetivo estratégico es un aumento del 20 por ciento en la rentabilidad en el plazo de un año, ya sea en los ingresos por ventas o reducción de costos. A la vez, alcanzar este resultado requiere completar el objetivo operativo (por área) para desarrollar y ejecutar una estrategia comercial eficaz junto con otros objetivos operativos.
Al igual que con los objetivos estratégicos, los objetivos operativos también deben ser medibles y específicos, aunque su enfoque es más limitado por tratarse de objetivos a corto plazo cuyos resultados se esperan que sean más inmediatos. Un objetivo de ventas es operativo porque involucra al área comercial en el día a día, aunque parte de sus ingresos contribuyan al aumento de la rentabilidad fijado como objetivo estratégico.
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En resumen, la principal diferencia entre objetivo estratégico y operativo es que el primero abarca a toda la organización y su perspectiva es a largo plazo, en tanto que el segundo se traza en cada área y es a corto plazo. El objetivo operativo está orientado a los resultados que se quieren alcanzar en una área determinada, mientras que el objetivo estratégico plantea una meta organizacional, de la cual los objetivos operativos deben alinearse con esta contribuyendo a su logro.
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