Micromanagement y su impacto en el clima laboral

El micromanagement a menudo tiene una connotación negativa en el liderazgo empresarial, ya que los microgerentes ejercen una influencia inapropiada sobre los demás a través de la crítica y el control constantes por su atención excesiva a los pequeños detalles. Con el tiempo, los efectos negativos de la microgestión en el compromiso y la moral de los colaboradores se hacen evidentes a medida que cae la productividad y aumenta la rotación. 

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El clima laboral creado por la microgestión es ineficiente y lleno de inquietud. Los colaboradores a los que se les hace sentir que su trabajo nunca será lo suficientemente bueno pierden la motivación y la confianza en su capacidad para realizar las tareas requeridas para su puesto, lo que agrava aun más la frustración de las personas, que en lugar de trabajar a gusto lo hacen con miedo a ser disciplinados por sus jefes.

Cuando se trabaja con miedo y bajo presión, los resultados no serán los esperados, y de nada servirán las recriminaciones de los microjefes si continúan replicando el ciclo de dominación y la sumisión / insubordinación. En este artículo, intentaremos explicar en detalle esta problemática, el impacto en el clima laboral y cómo reconocer los primeros síntomas. 

Impacto del micromanagement en el clima laboral

El micromanagement es un tipo de gestión que alcanza niveles verdaderamente tóxicos en un ambiente de trabajo, por lo que conviene estar al tanto de los efectos que produce en las personas sometidas a esas condiciones. Veamos cuáles son esos factores negativos y cómo reconocerlos antes de que se vuelva una situación crónica.

1. Disminución de la productividad.

La vigilancia constante junto con los ajustes excesivos disminuyen la productividad. Los colaboradores deben reducir la velocidad de su trabajo para procesar e implementar la entrada y los cambios continuos en su flujo de trabajo. También puede conducirlos a cuestionar su capacidad para completar tareas de forma autónoma. Esto da como resultado un personal que se vuelve dependiente de su gerente para recibir orientación que le permita completar su trabajo.

Los microgerentes esencialmente monopolizan toda la autoridad que los colaboradores necesitan para asumir la responsabilidad de hacer su trabajo. También corren el riesgo de perder las ventajas de los conocimientos, las habilidades y los talentos únicos porque los han condicionado para que solo realicen lo que se les pide.

2. Aumento de la rotación del personal.

El micromanagement crónico a menudo lleva a las personas a renunciar a sus trabajos. Destruye la relación líder/colaborador. El monitoreo permanente de todo lo que hacen, revisando repetitivamente cada elemento de su trabajo y rehaciendo su trabajo de la forma en que lo haría el microgerente, agota a los colaboradores talentosos y los persuade a buscar trabajo en otro lugar. 

El impulso del área disminuye debido a la constante capacitación y reentrenamiento del personal, ya que pareciera que nunca es suficiente. El tiempo, el esfuerzo y los recursos necesarios para contratar y capacitar a los reemplazos también ocasionan un impacto negativo en los resultados de la empresa.

3. Pérdida de la autoestima.

Cuando los colaboradores están microgestionados, comienzan a sentir una pérdida progresiva de la autonomía. De suceder esto, poco a poco perderán el deseo de esforzarse más por una tarea y su actitud se volverá apática. Se limitarán a cumplir lo que exige su superior. 

Esencialmente, dejan de intentarlo y sus niveles de compromiso caen estrepitosamente. El micromanagement desalienta intencionalmente o sin querer a otros a tomar decisiones porque deja de lado la experiencia y el conocimiento de sus colaboradores cuando toman el control de su trabajo.

4. Pérdida de la confianza en los mandos medios.

El micromanagement destruye la confianza. Los colaboradores deben sentirse confiables y valorados por su gerente y organización, especialmente cuando se trata de hacer su trabajo. Cuando los microgerentes sofocan la toma de decisiones de un colaborador, tiene la la impresión de que el gerente no confía en ellos o no cree en sus habilidades lo suficiente como para completar la tarea en cuestión. 

Los microgerentes pueden hacer que los trabajadores se sientan impotentes, incapaces de utilizar sus propios recursos, conocimientos e iniciativa para resolver su trabajo. Sin confianza, los colaboradores se vuelven resentidos y desleales, por lo que pueden mudarse a otra empresa o quedarse y convertirse en peso muerto, esperando las instrucciones de su gerente.

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5. Trabajo en equipo perjudicado.

Un lugar de trabajo microgestionado desalienta el trabajo en equipo, ya que los colaboradores trabajan menos entre sí y más o solo con el microgestor. Esto puede ocasionar que se sientan infravalorados y no tenidos en cuenta para cosas importantes. El trabajo en equipo genera sinergia, empodera y promueve una mejor comunicación para alcanzar las metas más rápido. 

El micromanagement debilita el trabajo en equipo por su incapacidad para delegar y, en cambio, criticar el trabajo de los demás. Las acciones de esta gestión reprimen la creatividad y menosprecian el talento de sus colaboradores. Por tal motivo, la organización en su conjunto se pierde los beneficios de tener un equipo altamente efectivo que colabora y resuelve problemas de manera creativa.

6. Innovación reducida.

El compromiso de los colaboradores impulsa la innovación y ayuda a aumentar el sentido de pertenencia. La microgestión quita poder a los colaboradores al no permitirles obtener resultados de manera que funcionen para ellos. Esto los hace sentir menos responsables de sus resultados y menos comprometidos. Los microgerentes desvalorizan las habilidades, el conocimiento y el talento de sus colaboradores al controlar todos sus movimientos. 

No dejan espacio para que los colaboradores mejoren sus propios procesos para desarrollar más experiencia. Cuando los microgerentes tratan a sus colaboradores como si fueran tomadores de pedidos, disminuyen su capacidad de innovar. Exigir creatividad mientras se lanza a tomar decisiones y añade presión para trabajar de cierta manera no desarrolla un clima laboral propicio para la innovación.

7. Deterioro de la salud física y estrés. 

Con el tiempo, el micromanagement ejerce un alto costo en la salud de los colaboradores, porque aumenta el estrés, lo que puede afectar tanto el trabajo como la vida familiar. Un colaborador que tiene dificultades en el trabajo puede causar preocupación a familiares y amigos fuera del trabajo, dañando así esas relaciones. También puede llevar a los trabajadores a adquirir vicios y malos hábitos. 

A su vez, esto conduce a otros problemas de salud, como un mayor riesgo cardiovascular, presión arterial alta el insomnio. Los colaboradores cuyo gerente es verbal o emocionalmente abusivo experimentan tensión emocional y baja autoestima. Ser controlado en el trabajo sin la capacidad de tomar decisiones hace que el personal sea más propenso a manifestar malestar y tendencia depresiva.

8. Fricciones entre los colaboradores y entre los colaboradores y superiores.

Por último, el micromanagement puede generar fricciones entre colaboradores, cuando sus roles no están bien definidos por una delegación deficiente, y entre colaboradores y superiores, cuando una jerarquía se excede en el seguimiento de las tareas de los trabajadores provocándoles incomodidad y frustración.

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En conclusión, el micromanagement es una realidad de muchas empresas en la actualidad, y a menudo se justifica este comportamiento porque suponen que los trabajadores les deben lo que son, como si obtener un trabajo fuera un privilegio más que un derecho humano.

Por otro lado, estar trabajando bajo estas condiciones, lejos de generar más productividad y mejores resultados, provoca lo contrario, porque la amenaza latente de un microjefe autoritario reduce la moral de los trabajadores a tal punto que todo lo que salga de ellos será el reflejo de su interior paralizado por la opresión laboral. 

En consecuencia, no solo la productividad se reducirá sino que el entorno laboral completo se verá afectado, las fricciones se volverán habituales entre colaboradores y el clima en general será turbulento y poco saludable, lo que impulsará que las personas se vayan de la empresa para evitar enfermarse.