Los 3 pilares del cambio organizacional que deberías conocer

Los cambios son inevitables, tanto en la vida personal como en las instituciones y organizaciones porque nada permanece estático en el tiempo, y si lo hace está condenado a desaparecer. Lo mismo le ocurre a las empresas que se resisten al cambio organizacional manteniendo su vieja cosmovisión empresarial. 

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Pero para implementar un cambio organizacional, es necesario que las personas, la estructura y la tecnología se encuentren alineadas para que la transición al cambio sea gestionada de la mejor manera posible y le permita a una empresa seguir creciendo. 

La estructura, las personas y la tecnología constituyen los tres pilares del cambio organizacional que conducen a las empresas a permanecer vigentes en el tiempo. Gestionar el cambio en cualquier organización implica que siempre se debe considerar alguna clase de modificación, ya sea por el trabajo que realizan las personas o la estructura que nuclea a las personas, o bien, la tecnología que utilizan las personas. 

La propuesta para este artículo es desarrollar los tres pilares del cambio organizacional y cómo impacta cada uno según el cambio implementado por las empresas.

Estructura

La estructura organizacional comprende la forma en que se asignan las funciones y responsabilidades que debe cumplir cada miembro dentro de la empresa para alcanzar los objetivos propuestos. Por el hecho de que cada empresa es diferente, tiene valores, misión y visiones diferentes, existen también diferentes estructuras organizacionales. 

Estas diferencias o disidencias organizacionales marcarán el rumbo de la empresa respecto a los cambios que decida ejecutar o no para alcanzar los objetivos que se plantea para crecer. Por consiguiente, la estructura organizacional representa la forma en que se organiza el trabajo y establece el modo de comunicación y coordinación entre cada puesto a fin de que las tareas y funciones se realicen de manera efectiva y eficiente.

Dependiendo de la estructura de una empresa, tanto si es verticalista, horizontal, matricial, funcional, centralizada, etc., los cambios serán susceptibles de ser implementados por la empresa en cuestión. Por ejemplo, será más difícil para una empresa pasar de una estructura vertical a una horizontal si las personas están acostumbradas a los puestos jerárquicos y a una cultura individual del trabajo en lugar de una colaborativa. 

Por este motivo, decimos que la estructura debe estar alineada con las personas que trabajan en la empresa y las tecnologías que se aplican en ella para mantener la esencia de la cultura empresarial, ya que un cambio en la estructura implica un cambio en la forma de trabajar de las personas. 

Personas

No existe estructura o tecnología que funcione sin personas, puesto que son ellas las que a partir de sus conocimientos, experiencias y habilidades favorecen el éxito de las empresas en el mercado. Las personas están conformadas por clientes, colaboradores, proveedores, socios estratégicos y otras partes interesadas del negocio. 

La importancia de las personas en una empresa reside en que son capaces de brindar apoyo antes y después del cambio. No obstante, algunos directivos ejecutan los cambios organizacionales sin tener en cuenta las opiniones y sentimientos de las personas que también forman parte de la empresa y cómo estas se verán afectadas por el cambio impuesto.

Si no se prepara a las personas previamente para el cambio organizacional es muy probable que manifiesten resistencia al cambio y, en consecuencia, la posible cancelación del cambio gestionado. Por eso recordemos que son las personas quienes dirigen las empresas, y de nada sirve tener la mejor tecnología si no se consideran y expresan sus ideas. 

De ahí que sea importante mantener nutridas a las personas con capacitación constante para que puedan seguir manteniendo una estructura saludable y potencien las habilidades para manejar las tecnologías.

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Tecnología

La tecnología es presentada como facilitadora del cambio organizacional en la mayoría de los casos. Un error común que cometen muchas empresas es implementar tecnologías antes que formalizar los procesos y capacitar a las personas, como si la tecnología fuera la respuesta a los problemas organizacionales. 

Sin embargo, por más herramientas digitales innovadoras que tenga una empresa, si no cuenta con procesos formales y personas capaces de ejecutarlos de manera eficiente, el cambio generado no producirá los resultados esperados a nivel crecimiento.

Y entonces no se habrán aprovechado las oportunidades de mejora. En cambio, cuando las personas y la estructura se alinean en la optimización de sus procesos y productividad de las personas, las tecnologías cobran sentido para activar el cambio. 

Ordenamiento de los 3 pilares del cambio organizacional

El entorno cambiante y competitivo exige que las empresas se planteen necesidades de mejoras tecnológicas para seguir permaneciendo a la vanguardia de los cambios del mercado. 

Entonces, para que el cambio sea efectivo, pueda ser adaptable y aplicable a largo plazo, debemos tener esos tres pilares en orden. Si las personas no están contentas con el cambio, no lo van a ejecutar. Si la estructura no soporta el cambio, es decir, transformar la empresa en una estructura más participativa, pero la organización es rígida, o está agrupada en niveles jerárquicos, va a ser muy difícil que se convierta en más participativa porque va a requerir una estructura más horizontal.

Y si incluso queremos cambiar a una estructura más participativa y las personas están de acuerdo pero no tenemos instancia de esa participación, por ejemplo, no contar con el trabajo colaborativo, donde podamos ver lo que está trabajando el otro y podamos trabajar en conjunto y la tecnología no nos apoya, entonces no vamos a poder lograrlo. 

Se necesita tener a las personas de acuerdo, paliar la resistencia al cambio, fomentar el liderazgo. En el caso de la estructura, que la misma se adapte a los cambios que se están proponiendo. De qué forma se pueden ajustar los cambios en la estructura sin dañar el trabajo actual y los puestos de las personas. 

Y si se puede ejecutar, será propicio dominar las herramientas tecnológicas necesarias que permitan realizar el cambio. Y si no se las tiene, investigar qué alternativas podemos encontrar para efectuar los cambios. 

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En síntesis, para lograr un verdadero cambio organizacional en tu empresa, debes tener alineados los tres pilares fundamentales: estructura, personas y tecnologías. En la estructura define roles, objetivos y mejora procesos; en cuanto a las personas, debemos situarlas en el centro invirtiendo en capacitaciones para, a partir de allí, trabajar en conjunto haciendo uso de la tecnología al servicio del bienestar empresarial.