En los últimos años, los diversos cambios del mercado han propiciado que las empresas tuvieran que adaptarse estratégicamente a dichos cambios para no quedarse atrás de las grandes corporaciones que van a la vanguardia en innovaciones tecnológicas y tácticas empresariales.
<<< Motores de cambios en el mercado >>>
El avance de la tecnología en materia de herramientas digitales para automatizar procesos y flujos de trabajo, al igual que para mantener una comunicación fluida con todos los equipos de forma remota, permitió a las empresas e industrias escalar rápidamente en el mercado favoreciendo la experiencia de los clientes con los productos y servicios.
De esta forma, todos terminan ganando: las empresas se benefician de los recursos que proveen las tecnologías digitales para optimizar los procesos de producción y los consumidores se benefician obteniendo una mejor experiencia con productos acordes a sus propias exigencias, teniendo en cuenta que el mercado es sumamente competitivo.
Sin embargo, no todas las empresas se adaptan fácilmente a estos cambios del mercado, puesto que muchas de ellas permanecen reticentes a innovar en tecnologías porque las consideran demasiado costosas y están tan acostumbradas a trabajar con procesos no automatizados que temen sufrir pérdidas de ganancias al apostar por el cambio.
Pero he aquí que estas empresas ignoran el gran problema de base por mantener una metodología de gestión tradicional: las empresas que sí se arriesgan a implementar la transformación digital se posicionan a la cabeza del mercado y los clientes las eligen precisamente por estar constantemente actualizadas.
Los consumidores son emocionales y se mueven por la novedad, por lo tanto, escalarán las empresas que ofrezcan las últimas tendencias disponibles y que garanticen algún tipo de solución efectiva para mejorar la calidad de vida de las personas.
¿Cuáles son los cambios del mercado que enfrentan las empresas?
Hasta aquí hemos hablado del avance de la tecnología como uno de esos cambios del mercado que más huellas está dejando en la forma de gestionar una empresa, pero lo cierto es que la tecnología no surge de manera aislada, sino que responde a un conjunto de variables que se fueron gestando a lo largo del tiempo, pero que tuvieron un alto impacto en los últimos años.
Veamos a continuación cuáles son los principales cambios del mercado a los que se enfrentan las empresas y qué desafíos se les presentan para superar.
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Transformación digital repentina.
Si bien la transformación digital no es tan repentina en sí ya que se viene gestando desde hace al menos una década, a raíz de la pandemia las empresas tuvieron que adaptarse en el término de pocos meses a implementar herramientas digitales para evitar completamente el contacto.
La aplicación original de la transformación digital remite al uso de nuevas tecnologías digitales de automatización que buscan, entre otras cosas, reemplazar al papel y reducir el esfuerzo de algunas tareas manuales que retrasan la ejecución de otras tareas que pueden agregar más valor a la empresa.
La digitalización ofrece un sinnúmero de oportunidades de crecimiento en todos los ámbitos de la vida, pero es en el ámbito empresarial donde está generando una tendencia escalable que transforma el paradigma mundial en la forma de hacer negocios.
Parte de esta transformación digital radica en poder realizar mayores y mejores propuestas de gestión utilizando la menor cantidad de recursos disponibles, ya sea mano de obra, costos o tareas manuales y repetitivas. De ahí que hablemos de términos como “optimización”, “mejora de procesos”, “automatización”, etc, para describir estas acciones transformadoras y generadoras de valor.
Antes de la pandemia, la transformación digital ya se percibía como una posibilidad u oportunidad de ampliar el horizonte gestión empresarial. De repente, contratar un CRM era una ventaja competitiva sobre otras empresas que continuaban gestionando leads de manera tradicional. Pero hoy es incluso más que una necesidad que las empresas implementen ecosistemas tecnológicos para automatizar sus procesos.
En definitiva, la pandemia aceleró los tiempos de implementación masiva de las tecnologías digitales. Adelantó lo inevitable a través de una crisis mundial que, sin embargo, sirvió para explotar todo el potencial humano detrás de las empresas, creando oportunidades de mejora.
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Implementación del trabajo remoto.
Al igual que la transformación digital -porque una cosa lleva a la otra- la implementación del trabajo remoto se vino gestando desde que existe la posibilidad de conectarse desde cualquier parte del mundo y a través de cualquier dispositivo que permita realizar las tareas fijadas por una empresa.
Así, de manera incipiente, las personas tenían la posibilidad de realizar las mismas actividades de oficina fuera de ella, ya sea desde sus casas, un bar, un hotel o cualquier lugar con una conexión segura de WiFi. Al principio, solo se comenzó a emplear esta modalidad como una alternativa cuando las condiciones para estar desde la oficina principal no estaban dadas.
Por ejemplo, la necesidad de una refacción en la oficina obligaba a las personas a buscar otros espacios para no retrasar la actividad, pero con las ventajas de internet y las herramientas digitales el cambio de lugar no fue más un impedimento para seguir avanzando.
¿Qué permitió el trabajo remoto? Tener reuniones virtuales desde plataformas como Google Meet y Zoom, realizar presentaciones digitales por medio de estas vías para todos los integrantes de las reuniones.
Asimismo, permitió realizar actividades desde aplicaciones de Google y Microsoft, integradas a algún software de automatización, en el cual tengan acceso todos los miembros del equipo involucrado en los procesos, proyectos y flujos de trabajo. Y con la nube, como base de datos, se puede almacenar toda la información sin necesidad de guardarla dentro del almacenamiento de un dispositivo.
Y todo esto favoreció a las empresas en cuestión de ahorro energético, mientras que los colaboradores podían trabajar desde la comodidad de sus hogares, lo cual aumentó considerablemente su productividad debido a la libertad y concentración que les ofrecía un espacio de trabajo hecho a su medida.
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E-commerce.
Se trata del comercio electrónico o comercio por internet. Consiste en la compra y venta de productos o servicios a través de internet, tales como redes sociales y distintas páginas web. Por medio de la red virtual, los clientes pueden acceder a diversos catálogos de marca, servicios y productos, en todo momento y en cualquier lugar.
Las empresas han aprovechado el auge de internet y los datos para vender sus productos a través de este medio, ya que ofrece hoy en día diversas posibilidades de pago, desde el uso de tarjetas de crédito prestando los datos de la tarjeta y cliente hasta transferencias bancarias a un CBU destinado para tal fin.
Para los consumidores, es bastante cómodo elegir el producto que necesitan estando en sus casas, porque la vida moderna es tan complicada y ajetreada de compromisos personales y laborales que se hace imposible destinar un espacio de tiempo para ir a comprar en una tienda física, con la preparación que ello implica.
Al mismo tiempo, ayuda a las empresas a conseguir más clientes desde diferentes puntos geográficos, ya que la logística actual permite traslados de productos recorriendo largas distancias. Las ventajas para los consumidores: pueden comprar desde sus casas y recibir el producto también en sus casas. Las desventajas: no pueden tener contacto con el producto hasta que llega el envío y están obligados a pagar primero antes de tenerlo.
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Mayor énfasis en la experiencia de las personas.
Todos los cambios del mercado mencionados antes se resumen en este último, puesto que las tecnologías digitales para la mejora de procesos internos, el trabajo remoto y las tiendas e-commerce están orientadas, principalmente, a optimizar la experiencia de las personas, y por personas, entiéndase clientes y colaboradores, como ya lo destacamos en otro artículo nuestro.
En el pasado, las empresas ofrecían a los clientes las opciones que tenían en función a sus recursos, y lo mismo ocurría con las condiciones de trabajo para los colaboradores. Hoy en día hay más oportunidades para mejorar la experiencia de ambos, de modo que, insistimos, todos ganan con estos cambios del mercado, si aprovechamos los recursos de los que disponemos hoy.
¿Cuál es el truco infalible para ganarle a los cambios del mercado, entonces? El truco infalible es que no hay truco, ya que la rápida incidencia de estos cambios alimentan la necesidad de las empresas de actualizarse. Es simple, el que no se adapta, fracasa o se estanca.
Es como hablar de “darwinismo empresarial”, sobrevive no el más fuerte sino el que se adapta a los cambios, y en este caso, lograr el crecimiento empresarial es la adaptación necesaria para sobrevivir a los cambios del mercado.
En palabras finales, diremos que, si bien sabemos que los cambios del mercado no son sencillos de afrontar, sobre todo para las empresas más tradicionalistas, la naturaleza misma de las cosas que tienen su tiempo permite que puedan adaptarse y seguir creciendo al mismo paso que la tecnología.
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