¿Cuántas veces hemos escuchado hablar de la nueva normalidad en este último tiempo? seguramente cada vez con más frecuencia. La revolución digital es una revolución que llegó para quedarse y se está convirtiendo ya en un cambio cultural. En el mundo de los negocios, son los directores ejecutivos de las empresas quienes deben reveer los pasos que está dando su organización y aplicar gestiones de cambios para poder estar a la altura del contexto. La nueva normalidad de los ceo es una realidad que llegó para quedarse.
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Las empresas que en esta época están viendo resultados positivos y generando más ganancias, son las que se adaptan a los cambios y no las que generan resistencia ante el.
Tener una visión largoplacista que además contemple los posibles riesgos al tomar decisiones de cambios, son las virtudes que en la actualidad requiere tener todo buen ceo. Por supuesto, que además debe tener la capacidad de ser un buen líder y de buscar el apoyo de su equipo, también debe ser empático y tener habilidades sociales para poder llevar adelante la tarea. Ser resolutivo, adaptable a los cambios y ágil para poder desempeñarse adecuadamente en su puesto, también son cualidades clave para desenvolverse en el contexto actual.
Es sumamente necesario, por lo que comentábamos anteriormente sobre los cambios constantes, que el ceo tenga el poder de tomar decisiones ágiles. Esto le dará la posibilidad a la empresa, de ir al ritmo que marca el mercado. Para lograr la adaptación de la empresa a ese marco por el que se rige, es importante que se generen cambios desde la estructura, y la persona indicada para impulsar esos cambios e introducir las novedades es el ceo.
Aumentar la agilidad a la hora de implementar nuevos métodos de trabajo y tomar decisiones, dará ventaja competitiva a la empresa y beneficiará su rentabilidad. Hoy en día las organizaciones con estructura antigua están revisando sus modos de trabajo y sus procesos ya que por la aparición de lo digital, necesitan adaptarse rápidamente para no quedar obsoletas.
Que los ceos en la actualidad deban ser ágiles, no quiere decir que deban estar continuamente implementando cambios en una empresa simplemente porque es lo que todos sus competidores hacen, sino que deben ser personas atentas al contexto, que cuenten con la capacidad suficiente para discernir cuándo es realmente necesario aplicar los cambios y cuándo se deben tomar las riendas, y tal vez arriesgar, para poder ganar.
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¿Qué necesita una empresa para estar a la altura del contexto actual?
Como hemos visto, el contexto se rige por la digitalización, la adaptabilidad y la posibilidad de introducir cambios continuamente en las empresas. Hoy en día, es importante para cualquier organización contar con un equipo directivo que también posea esta cualidades. Un ceo ágil, capaz de impulsar los cambios internos necesarios y de lograr que la empresa se adapte a ellos, es una de las claves.
Por otro lado, es importante que las empresas cuenten con variabilidad de talentos que desarrollen las tareas. La especialización en un tema específico es importante pero hoy en día, tener personas que sepan de cosas diferentes, da la posibilidad de crear un equipo nutrido de distintas ideas y esto genera valor a los resultados que se obtienen luego.
Generalmente, en muchas empresas la agilidad ya se tiene como una capacidad necesaria que debe implementarse, pero también sucede que por los mismos procesos burocráticos que esa empresa ha desarrollado, le es difícil implementarla. Es necesario que el ceo y el equipo ejecutivo tenga la capacidad de identificar esos momentos en los que la agilidad no se está poniendo en práctica para evaluar una posible modificación en los procesos que sí lo permita hacer.
¿Cómo impulsar la agilidad en una empresa?
Si bien el ceo y el equipo ejecutivo deben tener como cualidad la posibilidad de tomar decisiones ágiles, es importante que ellos también impulsen acciones para lograr que toda la empresa vire a esta nueva forma de trabajo. Algunas acciones que pueden implementarse desde los puestos directivos son:
- Tener prioridades estratégicas. No es posible generar cambios o aplicar cambios en todas las áreas al mismo tiempo. Debe realizarse un diagnóstico para ver qué área necesita prioridad y a partir de allí decidir por donde se comenzará a hacerlo.
- Implementar ciclos de planificación más cortos y asignar recursos con más frecuencia. Esto se propone así porque si un equipo ágil presenta un proyecto y ese proyecto tarda mucho en ser aprobado, se pierde esa capacidad de agilidad. Proponer plazos más cortos, con reuniones trimestrales donde se expongan los avances y las necesidades y a partir de ello se decidan qué recursos asignar, puede ser una ventaja.
- Capacitar a los empleados en lugar de dirigirlos. Teniendo personal capacitado que pueda tomar sus decisiones sin tener que depender de un tercero al que consultar todo constantemente, logrará brindar cierta agilidad necesaria para avanzar con proyectos. Enseñando cómo hacer algo en vez de sólo decir que lo hagan, aportará valor a nuestros recursos humanos.
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Como hemos visto, la agilidad, los cambios, el poder de decisión son aptitudes con las que una empresa debe contar para mantenerse activa en un contexto competitivo, con clientes cada vez más exigentes y un mercado fluctuante, sobre todo en estos últimos años.
Contar con un equipo directivo que trabaje en conjunto con el ceo y que vea a cada área de la empresa como parte fundamental de un todo, será un plus para poder lograr que la organización incorpore los cambios necesarios sin tener un alto impacto interno y con la capacidad de mantenerse competitiva. Hoy en día, las empresas que no son capaces de adaptarse al contexto corren altos riesgos de desaparecer.
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