Cómo superar el choque cultural en una empresa multinacional: Buenas prácticas

Al realizar negocios en otros países, la investigación de ese nuevo segmento de mercado es primordial para establecer relaciones saludables con los clientes porque la buena etiqueta comercial varía notablemente. Esto evita enfrentarse a un choque cultural no bien una empresa aterrice en suelo extranjero. Sin embargo, el proceso de internacionalización no resulta nada fácil cuando no se tiene una preparación previa para asimilar el cambio de una manera satisfactoria.

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Saber cómo superar el choque cultural es uno de los principales desafíos de toda empresa que desea volverse internacional. Puedes tener la mejor estrategia de internacionalización, el mejor producto o servicio enfocado para el cliente extranjero y la mejor campaña de marketing para atraer clientes potenciales, pero si no pones atención en llevar a cabo una transición adecuada hacia el mercado internacional, es posible que alcanzar los primeros resultados y objetivos te lleve más tiempo de lo que esperabas.

Existen diversas prácticas que pueden ser muy útiles a la hora de gestionar el proceso de internacionalización y lograr una convivencia duradera entre empresa y clientes. En este artículo, te contamos cómo superar el choque cultural tras una expansión, siguiendo una serie de pasos sencillos que toda empresa debería implementar. 

¿Qué es el choque cultural?

Experimentar un choque cultural es más común de lo que se piensa, porque, ¿quién no ha sentido alguna vez que algo no encaja cuando lanza su marca o su línea de productos internacional por primera vez? Entonces, básicamente el choque cultural representa la toma de conciencia o el miedo de que nuestro producto genere resistencia de parte de nuestros clientes, como así también que nosotros como extranjeros en su tierra experimentemos resistencia a sus costumbres. 

Los investigadores reconocen 5 etapas del choque cultural:

1. Fascinación. 

Esta primera etapa coincide con el primer encuentro con lo distinto y es lógico que produzca fascinación y asombro. Sin duda, lo nuevo es atractivo e impacta en nuestras emociones y sentidos. En un principio, tendemos a idealizar todo lo nuevo hasta que nos topamos con las primeras dificultades y es ahí cuando comienzan las crisis propias del choque cultural.

2. Frustración. 

Aquí ya comienzan a surgir las primeras luchas diarias en el nuevo entorno, por lo que es posible que empieces a notar diferencias sustanciales entre la vida de tu país de origen y la que vives ahora. No es extraño que comiencen a emerger los primeros sentimientos negativos en la experiencia directa con la nueva cultura. Las dificultades en la comunicación y las limitaciones idiomáticas pueden desencadenar una profunda insatisfacción que puede acrecentar aun más el sentimiento de nostalgia.

3. Posibilidad. 

Esta etapa es un reflote de los sentimientos negativos antes mencionados, pero es posible que ya adviertas los primeros indicios de adaptación del tiempo que llevas aprendiendo cómo vive y piensa la gente del nuevo país. Esto permite tener una nueva perspectiva del país y asimilar estos valores al modelo de negocio para lograr una mayor identificación con tus productos.

4. Alegría. 

Llegando a esta etapa, el nuevo país ya se siente muy familiar porque el aprendizaje está dando sus primeros frutos. Es el comienzo de una relación comercial a largo plazo con tus clientes extranjeros.

5. Anhelo. 

También conocida como etapa de reingreso, solo la pueden experimentar aquellos expatriados que regresaron a su país de origen. Después de años viviendo en el extranjero, tu país puede llegar a parecerte nuevo, o incluso extraño. Con frecuencia, muchos expatriados intentan volver a la vida que hacían previa a mudarse al extranjero, pero esto puede llegar a provocar frustraciones cuando los familiares y amigos continúan con sus vidas. 

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Prácticas para enfrentar el choque cultural

Una vez que comprendemos en qué consiste esta problemática común del proceso de internacionalización, el próximo paso es preguntarse cómo superar el choque cultural.

1. Sensibilizar sobre la diversidad cultural.

Formar parte de un equipo internacional presenta sus propios problemas. Encontrar maneras de conectarse a través de las fronteras y utilizar un conjunto diverso de habilidades puede mejorar el espíritu del trabajo en equipo, el compromiso de los colaboradores y la productividad. Comprender las diferencias culturales es esencial para obtener el éxito durante el proceso de internacionalización.

Las personas deben entender el valor de respetar las diferencias culturales de los demás. Aquí las empresas pueden proporcionar capacitación sobre la importancia de la conciencia cultural para ayudar a los colaboradores a trabajar en un entorno laboral diverso de accesible adaptación a los cambios.

2. Reconocer las diferencias culturales.

En todo país que no conozcas y no tengas afinidad con su cultura, debes buscar expandir tu mente a las diferencias culturales entre los integrantes del equipo. Analiza cómo esas diferencias podrían conducir a distintos estilos de trabajo y cómo eso podría afectar la forma en que se relacionan. La capacidad de reconocer estas diferencias y mapear cualquier desafío potencial va a incrementar la efectividad del equipo.

3. Mantener una comunicación regular.

Todos los equipos de trabajo se benefician de una comunicación efectiva y frecuente, pero esto es fundamental sobre todo para los equipos multinacionales y globales. Las reuniones periódicas pueden ayudar a que los miembros del equipo compartan información, aprendan de las experiencias de los demás y se mantengan informados sobre el estado y avance de la organización. 

Utiliza distintas plataformas para comunicarte e invierte en tecnología que ayude a la colaboración, como aplicaciones de videoconferencia, intercambio de documentos e interacciones uno a uno. Las reuniones cara a cara son importantes, especialmente si logran desarrollar la confianza mutua tanto del equipo internacional como de los clientes. Salir de tu zona de confort y mantener una mentalidad abierta puede contribuir al aprendizaje de nuevas habilidades y analizar todo desde otras perspectivas.

4. Asegurarse de que todos los miembros del equipo tengan amplias oportunidades de participar.

Evalúa cómo colabora tu equipo y diseña estrategias de comunicación y participación en reuniones. Esto podría ameritar el uso de tácticas para enfrentar desacuerdos, resolver problemas de forma constructiva e implementar estrategias para gestionar el compromiso. El nivel de comodidad de cada integrante del equipo con la participación en las reuniones puede variar, en especial si existe una barrera idiomática. Define el cumplimiento de los estándares de comunicación para asegurar que todos estén comprometidos con el negocio.

5. Tomar conciencia de las percepciones de poder y reforzar la estructura.

Un problema típico de los equipos multinacionales es que una sola persona que trabaja en remoto sienta que no está del todo comprometida como miembro de la empresa. Ahora bien, un grupo de personas de un equipo que colaboran entre todos en un departamento o en el mismo idioma, puede considerarse una fuerza dominante, lo que puede provocar malos entendidos, resentimientos y conflictos de todo tipo.

Recuerda a todo tu equipo que tienen un objetivo unificado y deben trabajar en pos de ese objetivo. De esta forma, determina cómo el trabajo de todos contribuye al plan y resultado final de la expansión, para que el choque cultural no genere conflictos, ya sea internos como con las personas del nuevo entorno.

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En conclusión, si bien no existe una manera sobre cómo superar el choque cultural, puedes empezar con estos sencillos pasos: entender la diversidad cultural, reconocer las diferencias, mantener la comunicación con las personas, la participación de todo el equipo en el proceso de internacionalización e interacción con la nueva cultura y, por último, tomar conciencia de las percepciones de poder dentro de un equipo. Explorar nuevas oportunidades fuera de las fronteras de tu país no es fácil y no se consigue el éxito de la noche a la mañana, pero si trabajan por ese objetivo en común y se amigan con la nueva cultura, reconociendo sus necesidades y diferencias, la transición será más fluida.