Estados Unidos y la IA: orden ejecutiva para regular el uso

El pasado lunes 6 de octubre, trascendió la histórica orden ejecutiva del gobierno estadounidense para regular el uso de la inteligencia artificial en el mundo. La directiva tiene el objetivo de impulsar el compromiso de las empresas líderes en innovación tecnológica, a fin de implantar nuevos estándares de seguridad, privacidad, manejo y protección de los datos de los usuarios cuando ocupan tiempo en plataformas digitales. Esta orden finalmente implica un antes y un después entre Estados Unidos y la IA.

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Minutos antes de firmar la directiva, el presidente Joe Biden asegura que se trata de la medida más importante que cualquier gobierno en el mundo haya adoptado para resguardar la seguridad y garantizar la confianza en la inteligencia artificial. El decreto incluye normas para la recolección de datos personales por parte de las agencias gubernamentales, lo que facilitará el desarrollo de tecnologías de ciberseguridad y permitirá el avance responsable de la inteligencia artificial en las redes, algoritmos de búsqueda y sistemas de salud.

En medio de cierta paranoia generalizada frente a los límites de la inteligencia artificial y los riesgos que conlleva, el presidente estadounidense dictó la orden ejecutiva más trascendente de nuestro tiempo que tiene el poder de regular el avance indiscriminado de la IA. Esto marcará sin duda un antes y un después en el desarrollo de la IA tal como la conocemos. En este artículo, te contamos qué vínculo se establecerá entre Estados Unidos y la IA a partir de la directiva regulatoria del presidente Biden.  

Escenario actual de Estados Unidos y la IA que motivó la orden ejecutiva

En términos de Joe Biden, dominar la tecnología es una necesidad de nuestra época para evitar que pierda el control. Son los seres humanos quienes deben dominar a la tecnología y no al revés. Así lo refirió durante su discurso en la Casa Blanca antes de firmar su dictamen el lunes. Meses antes, numerosos responsables políticos y reguladores de todo el mundo han estado estudiando nuevas medidas para regular y supervisar el desarrollo de la tecnología, aunque reconocieron que todavía están muy poco adelantados en desarrollar políticas que regulen la inteligencia artificial.

La orden ejecutiva aborda una serie de cuestiones de suma importancia que se orientan a las obligaciones de seguridad de desarrolladores de IA para atenuar los riesgos y efectos de la tecnología, en el uso de las distintas herramientas que se lanzan al mercado. El objetivo del dictamen es presionar para que las empresas que se dedican al desarrollo de software de IA realicen pruebas de seguridad y notifiquen los resultados al gobierno antes de lanzar las herramientas basadas en IA.

De esta forma, el gobierno estadounidense exhorta a las grandes corporaciones especializadas en el desarrollo de inteligencia artificial que utilicen prácticas de gestión de riesgos en aquellas soluciones tecnológicas que manifiesten el potencial para afectar los derechos o la seguridad de las personas, por lo que las agencias gubernamentales también deberán supervisar y evaluar constantemente la IA utilizada. 

La orden también se extiende al desarrollo de normas para que las empresas etiqueten con marca de agua los contenidos generados por la inteligencia artificial. Hacer esto permitirá diferenciar las creaciones humanas de los contenidos generados por IA y evitar que estos últimos reemplacen el proceso creativo de las personas reduciendo oportunidades laborales. Si no se buscara zanjar estas diferencias,la educación, los servicios sanitarios y la defensa serían los sectores de la industria más afectados.

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Alcances de la orden ejecutiva dictada por el presidente Biden

La medida tendrá importantes implicancias para la mayoría de los organismos gubernamentales, como así también sobre algunas empresas de Silicon Valley, que se precipitan en desarrollar sistemas avanzados de IA. Esta orden ejecutiva es un intento del gobierno de Biden por despegarse del legado de Obama, que fuera demasiado indulgente con las regulaciones al desarrollo acelerado de la inteligencia artificial. En cambio, el mandatario busca animar al Congreso para que se sume a la cruzada contra la IA sin control.

Una legislación bipartidista se impone en el Congreso con el objetivo de proteger los datos de los estadounidenses, especialmente de los niños. Zoe Lofgren, principal demócrata de la Comisión de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes argumentó que el Congreso tendrá que financiar las agencias científicas federales para llevar adelante la investigación y desarrollo de estándares consignados en la orden ejecutiva. 

Con la orden ejecutiva, múltiples agencias gubernamentales estarán obligadas a reducir las barreras a la inmigración altamente calificada en IA, lo que permitirá a las grandes empresas contar con talentos extranjeros que aporten sus conocimientos sobre desarrollo de software, programación y normas regulatorias de la IA, sobre todo en el manejo de la información.

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Esta medida, sin duda, marcará un precedente para definir a partir de ahora la relación entre Estados Unidos y la IA. Una orden ejecutiva tan estricta en regulación de la IA fue toda una sorpresa, si tenemos en cuenta lo rentable que es hoy trabajar con las tecnologías basadas en la IA. Pero ante la presión de otros organismos gubernamentales en el mundo que ya adoptaron sus propias medidas regulatorias, como China y la Unión Europea, EEUU decidió no ser menos e ir con todo para imponer las condiciones de una IA segura y sometida a prueba, antes de su inminente implementación.