Ayer el mundo sucumbía a la histeria colectiva por la masiva caída de WhatsApp, Facebook e Instagram, un hecho sin precedentes hasta ahora por la extensa duración que tuvo en el mundo, prácticamente 7 horas sin servicio. Una realidad que nadie o muy pocos esperaban, si bien la plataforma de mensajería más famosa a nivel global ya había sufrido caídas en el servicio en otras oportunidades, aunque nunca había sido persistente.
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Mientras WhatsApp, Facebook e Instagram permanecían caídas y las personas comenzaban a inquietarse por la falta de respuestas sobre las causas que provocaron el desastre, muchos usuarios manifestaron su frustración a través de la red Twitter, la única inmune a la caída por no pertenecer al ecosistema desarrollado por Mark Zuckerberg.
Durante el transcurso del 4 de octubre la incertidumbre crecía ante la persistencia del fallo masivo y el constante aviso de error cada vez que alguna persona intentaba en vano ingresar a sus aplicaciones móviles. Ante esta adversidad, no habrá faltado quien reinició su teléfono varias veces, desinstaló la aplicación, la volvió a instalar, hasta puede que incluso haya pensado en cambiar el aparato, solo para luego darse cuenta de que el problema era ajeno a su dispositivo móvil.
Sin embargo, si pensaste que la prolongada caída de WhatsApp, Facebook e Instagram fue lo peor que pudo pasarte en el día, piensa que Zuckerberg perdió en unas horas más de 6 mil millones de dólares en acciones. Él sí que tuvo un día nefasto. Pero ahora indaguemos los pormenores del fallo y las posibles consecuencias para la economía de las empresas.
“Estamos trabajando en ello”: Detalles de la histórica caída de WhatsApp.
La inédita caída afectó a millones de usuarios de Europa y también de América y Asia, que se quedaron sin el habitual servicio de mensajería y redes sociales. No obstante, cabe señalar que estos fallos masivos, si bien suelen ser esporádicos, no son improbables, ya que hubo cortes del servicio, debido a que los servidores fallan y entonces los usuarios no pueden acceder a las principales aplicaciones ni actualizaciones.
Como en otras oportunidades, donde falló WhatsApp, también lo hizo Facebook, Messenger e Instagram, es decir, todo el paquete de la plataforma Facebook. En este sentido, si falla una, es común que fallen todas las aplicaciones de su arsenal.
Como no podría ser de otra manera en estos casos, el portavoz de Facebook pronunció, a través de la red Twitter, un comunicado en donde pedía disculpas por la repentina interrupción y ratificaba que se encontraban trabajando en ello para que todo volviese a la normalidad lo antes posible. Esto finalmente fue así, pero transcurrieron horas interminables hasta que se soluciona el desperfecto.
En circunstancias en que WhatsApp y las aplicaciones hermanas caen, normalmente las causas se deben a una falla en el DNS, que es la tecnología que traduce los dominios en direcciones IP para permitir al navegador orientar al usuario en su búsqueda por Google. Pero en el caso de la caída actual no sería esta la causa, sino otra.
Al parecer, el problema estaría en los BGP, otro protocolo para navegar por internet. Es el nexo para conectar dos sistemas de redes autónomas. Por consiguiente, sin este agente, moderador o mediador, que permite la comunicación entre Facebook y el resto de internet, todas las aplicaciones del combo Facebook dejan de funcionar al instante.
Hasta la fecha, no hay respuestas certeras sobre la desaparición de este agente, pero se especula que la causa estaría vinculada a un problema a nivel interno, un sabotaje, hackeo del sistema, etc. Por lo visto, algunos trabajadores no están muy contentos en el entorno de Facebook y le andan generando más de una preocupación millonaria a su fundador.
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La caída de WhatsApp y su efecto para las ventas online.
No faltan las personas que minimizan y hasta ridiculizan el percance sufrido en WhatsApp y las demás plataformas, como un evento superficial propio de millennials y centennials, pero lo cierto es que el impacto en las personas va mucho más allá que la falta de comunicación.
No olvidemos que un considerable porcentaje de personas utiliza las redes sociales y las plataformas de mensajería como WhatsApp para hacer crecer su negocio, por lo que esta caída de WhatsApp significó para esos usuarios pérdidas importantes, quizá no tan extrema como la sufrida por Zuckerberg, pero las suficientes como para reconsiderar la permanencia de sus negocios en esta plataforma para el futuro.
Imagina no poder vender a través de WhatsApp por 7 horas. Se pierde casi la totalidad de la jornada laboral por la imposibilidad de comunicarse con los clientes y que estos accedan a las plataformas para gestionar sus compras online. Pero vayamos más lejos y proyectémonos en el tiempo un poco más.
Ayer fueron más de 7 horas sin WhatsApp, Facebook ni Instagram, las tres plataformas por las que cada vez más personas deciden vender productos o servicios, en especial, desde que irrumpió la pandemia.
Mañana pueden ser 24 horas o incluso días de apagón masivo de Facebook. ¿Puedes imaginártelo? El fin de Facebook y sus aplicaciones hermanas, así como el de muchos negocios que traccionaban a través de estas plataformas. En consecuencia, los usuarios de estas aplicaciones migrarán a otras que les ofrezcan mayor seguridad y estabilidad. Solo miremos la popularidad que está adquiriendo Telegram y Signal, por nombrar las más conocidas.
Por ende, las empresas y pequeños comerciantes que emprenden su negocio vía ecommerce deberían reconsiderar las aplicaciones que dependen de Facebook y buscar otras alternativas que mantengan prestaciones y funcionalidades similares, pero que sean más eficientes y generen menos desconfianza en el ámbito empresarial.
El problema de las empresas que utilizan WhatsApp para la comunicación corporativa.
Además de la imposibilidad de vender por whatsApp, Facebook e Instagram, también hay que resaltar el hecho de que este fallo masivo pone en tela de juicio la preferencia de muchas empresas por WhatsApp como canal de comunicación corporativa, puesto que cada vez hay más motivos para afirmar que esta aplicación no es segura para la comunicación interna.
De hecho, un porcentaje elevado de empresas se vieron silenciadas por esas 7 horas en que no pudieron comunicarse con sus colegas y clientes por medio de WhatsApp. A los efectos prácticos, varias de estas empresas no habrán podido cerrar ventas con un cliente por la caída de WhatsApp. Esta situación, sin duda, habrá provocado incertidumbre, nerviosismo y toda clase de retrasos que a corto plazo se traducirán en pérdidas monetarias significativas.
En una publicación ya habíamos anticipado que WhatsApp era poco segura a pesar de tener un cifrado de extremo a extremo, porque a través de diversos medios salieron a la luz noticias sobre violaciones a la seguridad de la aplicación a empresarios famosos.
Ahora con la caída de WhatsApp más en la mira de los empresarios quedó esta aplicación, por lo que se espera que a partir de este fallo histórico las empresas cambien de WhatsApp a otras plataformas de mensajería, orientadas al entorno corporativo para que, de aquí al futuro, evitar salir perjudicadas cuando se vuelvan a caer las mismas aplicaciones de la vapuleada Facebook.
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Si bien queda un largo camino por recorrer para que las empresas se decidan a migrar a otras plataformas que sean más seguras y estén configuradas para el entorno empresarial, por ahora solo se habla de la devastadora caída de WhatsApp, establecer las causas reales que la produjeron y prever los efectos en el tiempo.
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