En los últimos años se está hablando mucho de la economía circular en la industria agropecuaria como una alternativa sustentable para generar negocios rentables que tengan menos impacto ambiental, aprovechando mejor los recursos naturales para la reutilización en nuevos productos que alarguen la vida útil de las materias primas.
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Dado que cada vez son más las empresas con conciencia ecológica enfocadas a incorporar la economía circular para sus negocios, la propuesta de este artículo consiste en explicar de qué se trata la economía circular y cómo puede aplicarse en la industria agropecuaria de forma adecuada y rentable
¿Qué es la economía circular?
La economía circular se presenta como una alternativa al modelo lineal de producción y consumo. Permite responder a los desafíos de crecimiento económico y productivo actual, ya que promueve el flujo circular de la extracción, transformación, distribución, uso y recuperación de los materiales y la energía de los productos y servicios disponibles en el mercado.
El término economía circular se utilizó por primera vez en 1980 para describir un sistema de interrelaciones entre economía y medio ambiente. En la actualidad, las ventajas de este modelo apuntan principalmente a una reducción considerable del dióxido de carbono y de los desperdicios, a fin de generar modelos de negocios más sostenibles mejorando la cadena de suministro con la aplicación de una agricultura regenerativa que capture más carbono.
El objetivo de la economía circular es conseguir un modelo económico sostenible, en que las acciones transiten de los actuales esquemas lineales a uno en los que los residuos no se asocien directamente al desecho, sino que puedan emplearse como materias primas de nuevos procesos en desarrollo agropecuario.
En otras palabras, busca reciclar o reutilizar materiales y productos por el mayor tiempo posible. Este modelo también se interesa por abordar desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación y gestión de desechos.
Uso de energías renovables en la industria agropecuaria
La economía circular abarca mucho más que la producción y consumo de bienes y servicios, ya que permite el cambio de los combustibles fósiles a la utilización de energías renovables. Siguiendo esta consigna, la economía circular plantea el problema de qué hacer con los desechos generados con el modelo lineal tradicional de producción y consumo para reducir el impacto ambiental.
Implementar un modelo basado en indicadores de economía circular permite medir el grado de circularidad de la gestión de residuos, lo que pondrá en evidencia la clave sostenible de equilibrar lo económico, lo ambiental y lo social. Por este motivo, la economía circular propone un enfoque sostenible que busca desarrollar estrategias aplicables para toda la cadena de producción y el uso de productos y servicios.
Más que nunca las empresas hoy en día, gracias a la conciencia ambiental, están optando por adoptar modelos sustentables que gasten menos recursos y, por consiguiente, se generen menos desperdicios para el medio ambiente. La realidad de este cambio de paradigma empresarial busca fomentar el uso de energías renovables de reutilización de materiales que pueden agregar valor.
En este aspecto, la economía circular es un modelo apropiado para brindar valor a la industria agropecuaria, ya que ayudaría en el ahorro y reutilización de un montón de recursos y materias primas para la producción y el consumo, pero de un modo que sea beneficioso para la salud del ser humano. No olvidemos que los modelos más lineales son más contaminantes y no necesariamente son más eficientes y rentables.
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Estrategias de la economía circular para la industria agropecuaria
Como hemos señalado hasta ahora, la economía circular tiene como objetivo desarrollar un modelo de negocio sostenible de recuperación de materiales susceptibles de ser desechados por economías lineales. El gran paso es justamente transformar el desperdicio en materia prima. Para lograr esto, el nuevo modelo está implementando una serie de estrategias, de las cuales a continuación mencionamos las más importantes.
1. Reducir las emisiones de dióxido de carbono generando menos desperdicios.
Las emisiones globales de efecto invernadero están superando las 30 mil millones de toneladas de dióxido de carbono. Un cambio a las energías renovables puede reducir el 55% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, aún restaría ocuparse de ese 45%. Es en este contexto donde la economía circular puede propiciar un verdadero cambio.
Según el estudio “Completing the Picture: How the Circular Economy Tackles Climate Change”, el 45% de emisiones es el más complejo de reducir, pero gracias a la gestión de la tierra, es decir, la agricultura, y la producción de bienes y servicios más sustentables, como los vehículos eléctricos, sería una buena alternativa para eliminar casi la mitad de las emisiones procedentes de la producción de bienes.
Esto podría estimar que en 2050 el dióxido de carbono se reduciría en un 9.300 millones de toneladas. En la actualidad, la industria es responsable del 21% de las emisiones de dióxido de carbono; en tanto que la producción de cuatro materiales (plástico, cemento, acero y aluminio) constituye el 60% de las emisiones del mismo gas.
Por lo tanto, si se aplicaran los principios de la economía circular estas emisiones se podrían reducir considerablemente para 2050. Del mismo modo, aplicando estos principios a la producción alimentaria, se podrían reducir 5.600 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono. Ahora bien, ¿cuáles son esos principios sobre los que se basa la economía circular para reducir el CO2?
Los 3 principios generales son:
- Aplicar el diseño para reducir los desperdicios y emisiones en toda la cadena de suministro.
- Mantener productos y materiales en uso para conservar la energía en su elaboración.
- Regenerar los sistemas de retención de carbono en el suelo y en los productos.
2. Practicar el reciclaje y la reutilización de materias primas y materiales.
La economía circular aplicada a la industria agropecuaria busca incrementar el 5% del aprovechamiento de la biomasa residual (excedentes agrícolas) como fuente de energía en la elaboración de nuevos productos. Como los desperdicios representan un problema para el medio ambiente por la contaminación que originan, el modelo circular promueve la recuperación de los materiales considerados basura.
En otras palabras, se ocupa de transformar los recursos naturales en recursos renovables que prolonguen el ciclo de vida de los productos, lo que ayudará a frenar también la emisión de gases de efecto invernadero y a las empresas les permitirá ahorrar un gran capital en nuevos recursos, mientras pueda, reutilizar los mismos materiales..
3. Desarrollo sostenible en las cadenas de producción y comercialización que generará una reducción de los impactos ambientales.
Como la agricultura es sin dudas el sector con mayor potencial de aplicación de los principios de la economía circular, se podrán desarrollar productos más sostenibles que reduzcan el impacto ambiental en la cadena de producción. Una de estas estrategias es la inhibición de las emisiones de gases en beneficio del secuestro de carbono.
Según los cálculos de la compañía de tecnología Indigo Ag, existe un enorme potencial para la captura de carbono mediante métodos agrícolas mejorados. En este sentido, si el contenido de materia orgánica de todas las tierras de cultivo del mundo incrementara de un promedio actual del 1% a un nivel preindustrial de aproximadamente el 3%, daría como resultado la absorción de 1 billón de toneladas de carbono.
Esto es el equivalente a todas las emisiones industriales producidas desde la revolución industrial. Ningún otro sector económico tiene este potencial revolucionario para absorber tanto carbono atmosférico como la industria agropecuaria aplicando la economía circular.
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A modo de conclusión, podemos presumir que el modelo de la economía circular constituye un punto de inflexión en las economías lineales tradicionales, cuya conciencia ambiental fomenta la creación de modelos de negocios más sustentables que generen menos contaminación residual y a la vez disminuyan las emanaciones de efecto invernadero provocado por el dióxido de carbono en el futuro.
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