A menudo, las empresas cometen muchos errores de dirección a la hora de definir estrategias empresariales, ya que muchas veces estas no son las adecuadas para operar en un modelo de negocio determinado por no estar alineadas con los objetivos estratégicos, que en definitiva, son para hacer cumplir los objetivos que trabajamos en la definición de estrategias, las cuales pueden tener múltiples caminos y resultados.
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Hablar de estrategias puede convertirse en un jardín de senderos que se bifurcan, por la cantidad de posibilidades que ofrece realizar algo para un determinado fin, que es en resumen de lo que se encargan las estrategias de cualquier tipo. Pero ahora situémonos en el marco de la planeación estratégica para analizar qué entendemos por estrategia y qué no, con el fin de delimitar poco a poco ese camino tan intrincado al principio, pero que bien ejecutado se transforma en el medio por el cual podemos lleva a cabo nuestras mejores acciones para impulsar un negocio hacia el crecimiento.
Esto nos permitirá que a la hora de definir las estrategias tengamos un panorama más amplio y claro, a fin de que no haya confusiones sobre si las acciones que estamos implementando son las adecuadas y poder establecer un parámetro sobre el cual iniciar este recorrido y aplicarlas correctamente. En este artículo, hablaremos de cómo una adecuada definición de estrategias permite encaminar el alcance de tus objetivos estratégicos a largo plazo.
¿Qué son las estrategias empresariales?
Parte del éxito de una estrategia puede generarse cuando se establecen los objetivos de la organización, y si los responsables de definir las estrategias no tienen bien en claro qué debe realizarse exactamente para alcanzarlos, los resultados al final no serán sobresalientes. Cuando nos referimos al concepto de estrategia, estamos hablando del proceso por medio del cual se plantea un método para controlar y mejorar el desarrollo de un negocio. Facilita el crecimiento de las empresas mediante la detección de objetivos generales, para los que después se fijan objetivos más específicos y enfocados en las áreas o personas adecuadas.
Aunque para cada negocio los objetivos generales y las acciones concretas varían, el proceso de elaboración de cualquier estrategia empresarial contiene ciertos elementos en común cuando se está desarrollando. Como punto de partida, identificamos los tipos de estrategias más conocidos y luego te contamos qué tener en cuenta al momento de definir una estrategia.
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Tipos de estrategias
En función de los objetivos que definas, podemos hablar de 3 tipos de estrategias empresariales: corporativa, competitiva y funcional.
1. Estrategia corporativa.
Abarca la misión, visión y valores de una empresa. Busca trazar metas a largo plazo y requiere de mucho trabajo para hacer más eficientes los procesos de toma de decisiones, así como el segmento de mercado al que van dirigidas. A través de este tipo de estrategias puedes tener en cuenta actividades de networking que tu empresa podría patrocinar, si tienes los recursos necesarios para llevar a cabo esta iniciativa.
Una estrategia corporativa te ayudará a definir tu identidad para representar tu marca frente a la industria y al mercado objetivo.
2. Estrategia competitiva.
Este tipo de estrategia está centrada en la forma de comercializar tus productos o servicios en tu empresa. Incluye todo lo relacionado con estrategias de marketing, estudios de mercado, análisis de la competencia y demanda de tu producto o servicio, etc. Los objetivos vinculados a estas estrategias se plantean a mediano plazo y deben ajustarse a la identidad o valores de la empresa.
3. Estrategia funcional.
Se encarga de definir el esquema organizacional de tu empresa: establecer roles, áreas, funciones y responsabilidades, procesos y proyectos, horarios y modalidad de trabajo. Su implementación permite ordenar la estructura empresarial para que todos sus miembros entiendan sus roles y las actividades que deben cumplir y el porqué de su finalidad.
¿Cómo definir las estrategias en la planeación?
Muchas veces, a la hora de definir las estrategias de una empresa, se las confunde con los mismos objetivos, es decir, se mezcla el qué con el cómo. Si bien puede parecer que las líneas entre la elaboración de objetivos y estrategias es difusa, en realidad, existe una diferencia bastante clara que distingue ambos conceptos.
Por un lado, los objetivos están destinados a incrementar o reducir algo. Por ejemplo, incrementar las ventas este año en un 10%; reducir los costos en infraestructura este semestre en un 30%; aumentar la cantidad de representantes de ventas; reducir la rotación de personal; reducir el tiempo del proceso comercial, etc. En cambio, las estrategias están centradas en hacer que se cumplan los objetivos.
A partir del conocimiento de lo que se quiere lograr (incrementar o reducir), se definirán las estrategias para ejecutarlos. De ahí que crear una estrategia sea el “cómo” en el proceso de alcance de dichos objetivos. Dependiendo de los objetivos que hayas trazado, vas a elaborar las estrategias que permitan concretarlos exitosamente.
Toda estrategia debe considerarse como una práctica regular para obtener un resultado o producir una mejora. Por eso, siempre que pienses en términos de estrategias reflexiona primero sobre lo que quieres lograr con ellas. La definición de estrategias será la respuesta a los objetivos estratégicos planteados desde la dirección y se buscará que estén igualmente alineadas con los objetivos operativos, ya que parte de esas estrategias estarán dirigidas a cumplir objetivos de marketing, de ventas, de operaciones/servicios, etc.
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En líneas generales, la definición de estrategias empresariales es un paso clave para alcanzar tus metas y objetivos de negocios, ya que favorece el crecimiento de tu empresa y permite a la vez impulsar los objetivos operativos de manera permanente y escalable.
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