Las empresas del sector privado tienen un papel clave en el escenario mundial, en relación con los ODS. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definen el mundo al que aspiramos. Se aplican a todas las naciones y buscan integrar a todas las personas del mundo con acciones de mejora, a fin de que se garantice su bienestar integral.
Como es de esperar en la lucha por desarrollar medidas que favorezcan el bien común, el sector privado ante los ODS pretende llevar a cabo estas acciones restauradoras, valiéndose de un gran esfuerzo a nivel corporativo, humano y monetario. El objetivo principal es reducir la desigualdad mundial, buscando que todos los países en situación de emergencia puedan superar sus dificultades y se abran paso al mundo del progreso.
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Una de cada 9 personas en el mundo está subalimentada, alrededor de 795 millones. Cada año mueren más de 6 millones de niños antes de cumplir los cinco años. Una de cada cinco personas no tiene acceso a la electricidad. Actualmente existen más de 204 millones de personas desempleadas. El 22 % de las especies conocidas de animales está en peligro de extinción.
En la actualidad, nunca el mundo empresarial había tenido un papel tan relevante en los objetivos de Naciones Unidas. Los gobiernos han conservado su relevancia. El sector civil, también. Sin embargo, la comunidad empresarial, con la aprobación de la Agenda 2030 ha cobrado un protagonismo sin precedentes que tiene las herramientas necesarias para propiciar el cambio.
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El Pacto Mundial pide a las empresas que en primer lugar implanten un modelo responsable de gestión y que después busquen oportunidades para alcanzar el cambio transformacional que se necesita, que se plasma en los 17 ODS y sus 169 metas, a través de la innovación y la colaboración. Ya no se habla de no empeorar los problemas del mundo, sino de mejorarlo.
¿Qué objetivos a nivel global busca alcanzar el sector privado ante los ODS?
Los objetivos que busca realizar el sector privado ante los ODS son 17 y abarcan distintas problemáticas, como reducir la pobreza, generar mejores condiciones laborales, fomentar la igualdad de género y empoderamiento femenino, entre otras. En este artículo, desarrollamos algunas de las más destacadas.
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Erradicar la pobreza mundial.
Mientras la tasa de pobreza en el mundo se ha reducido a la mitad desde el año 2000 (de 1.900 millones en 1990 a 836 millones en 2015), todavía aproximadamente el 17 % de la población mundial vive con menos de 1,13 euros al día y muchas personas carecen de acceso a bienes básicos como alimentos o agua potable.
La pobreza, además, impacta de mayor manera sobre personas que habitan en países en desarrollo y áreas afectadas por conflictos, así como a determinados grupos vulnerables, como los refugiados, inmigrantes, mujeres o niños.
La pobreza no solamente se traduce en la falta de ingresos y recursos para garantizar una vida digna, sino que además acentúa determinados problemas como el hambre, el acceso a la educación o la sanidad y la exclusión social y laboral.
Además, determinados fenómenos como el cambio climático, la crisis de refugiados y la inseguridad alimentaria pueden acentuar los niveles de pobreza en los próximos años. El sector privado ante los ODS pretende erradicar la pobreza extrema en todo el mundo, reduciéndola en todas sus dimensiones y facilitando el acceso a recursos económicos, servicios básicos y protección social a toda la población.
Asimismo, se busca disminuir la exposición de las personas en situación de vulnerabilidad a los desastres económicos, sociales y ambientales y otras crisis e impulsar el crecimiento de los países en desarrollo, a través de la cooperación y la creación de marcos normativos sólidos a nivel nacional, regional e internacional.
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Garantizar salud y bienestar.
Cada año mueren más de 6 millones de niños antes de haber cumplido los cinco años y alrededor de 300.000, mujeres durante el embarazo o el parto. La falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y a vacunas y medicamentos de calidad en muchas partes del mundo dificulta la consecución de una vida sana por parte de la población.
Por otro lado, 400 millones de personas carecen de acceso a servicios sanitarios básicos, debido a la falta de cobertura sanitaria universal en muchos países, lo que provoca que las personas con dificultades económicas no puedan acceder a servicios médicos de calidad.
No obstante, en los últimos años se ha progresado ampliamente en el aumento de la esperanza de vida a escala mundial y la reducción del contagio de enfermedades, especialmente del VIH.
Sin embargo, se necesitan muchas más iniciativas para erradicar por completo las epidemias de enfermedades, especialmente en países en desarrollo y hacer frente a numerosas cuestiones emergentes relativas a la salud, como la salud preventiva o la salud mental.
El sector privado ante los ODS pretende reducir la tasa mundial de mortalidad materna e infantil, lograr la cobertura sanitaria universal y el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva para todos, poner fin a las epidemias de enfermedades, reducir las muertes relacionadas con el tabaco, el alcohol y los accidentes viales y fomentar la investigación y la financiación de la salud.
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Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad.
Invertir en una educación de calidad es la base para mejorar la vida de las personas y, por lo tanto, para contribuir al desarrollo sostenible. Solo a través del acceso a la educación de toda la población se puede garantizar un crecimiento económico y social sostenible, así como una mayor sensibilidad y acción en relación al medioambiente.
En los próximos años, el foco debe ponerse en garantizar el derecho a la educación de las personas vulnerables, en erradicar el analfabetismo y en promover una educación para el desarrollo sostenible, basada en los derechos humanos y en pautas de vida sostenible. Además, solo a través de la educación se conseguirá expandir el mensaje de los ODS a todas las esferas de la sociedad y hacer realidad las metas que proponen.
Las empresas juegan un papel protagonista en el fomento y la inversión en educación. Éstas pueden contribuir en el interno a través de formación a colaboradores y grupos de interés y en el externo, invirtiendo en educación.
La inversión en educación amplía las oportunidades de negocio de las empresas, creando nuevos mercados y bases de clientes, también favoreciendo trabajadores más calificados, aumentando con ello la productividad y el crecimiento de las empresas.
Una población más educada tendrá acceso a mejores oportunidades laborales y salarios y, por lo tanto, a más ingresos disponibles, lo que beneficia a los mercados y al bienestar de la sociedad. Determinadas empresas están más ligadas a este ODS, como las del sector educativo o las de las telecomunicaciones. Pero cualquier tipo de organización puede contribuir.
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Lograr la igualdad de género y el empoderamiento en niñas y mujeres.
La igualdad entre géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Sin embargo, a pesar de los avances en las últimas décadas, no se ha alcanzado una igualdad de derechos real.
Las mujeres siguen careciendo de una representación igualitaria en la vida política, económica y pública y continúan siendo objeto de discriminación y violencia. Además, en el ámbito laboral reciben salarios más bajos y tienen más barreras legales y culturales para acceder y ascender en el trabajo.
El sector privado ante los ODS pretende facilitar a las mujeres y niñas igualdad en el acceso a la educación y atención médica, en las oportunidades para conseguir un trabajo digno y en la representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas.
Las empresas tienen un papel clave en este sentido, debiendo adoptar a nivel interno políticas y procedimientos para garantizar los mismos derechos y oportunidades laborales a la mujer e invirtiendo a nivel externo en programas de empoderamiento económico de las mujeres y niñas, fomentando así el crecimiento económico y el desarrollo social.
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Energía asequible y no contaminante.
Entre 1990 y 2010, la cantidad de personas con acceso a energía eléctrica aumentó en 1.700 millones. Sin embargo, a la par del crecimiento de la población mundial, también crecerá la demanda de energía accesible.
Es fundamental hacer llegar la energía a toda la población para mejorar a escala global el acceso a sistemas de calefacción, la iluminación de escuelas y hospitales, la comunicación, el acceso a Internet y las máquinas y herramientas de trabajo, cuestiones que repercuten directamente sobre el desarrollo.
Además, actualmente, la economía global depende en gran medida de los combustibles fósiles, que contribuyen al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, cuyas consecuencias tienen graves impactos en términos humanitarios, sociales y medioambientales.
El sector privado ante los ODS pretende, a corto plazo, garantizar el acceso universal a una energía asequible, confiable y moderna, para mejorar las condiciones de vida de millones de personas.
A largo plazo se persigue aumentar el uso de energías renovables en detrimento de los combustibles fósiles y fomentar la eficiencia energética, creando una economía completamente sostenible en la que se priorice el bienestar de la sociedad y el medioambiente.
En resumen, el sector privado ante los ODS busca promover acciones y políticas inclusivas, orientadas a mejorar la calidad de vida y bienestar de las personas en todo el mundo.
Si bien es verdad que hay millones de personas en situación de pobreza y escasos recursos para insertarse en la sociedad, la iniciativa de las empresas es generar oportunidades que permitan a los sectores más vulnerables beneficiarse del mismo nivel de educación, alimentación, energía sostenible, agua potable, condiciones laborales dignas, salario digno, asistencia médica, entre otros derechos, que quienes tienen cubiertas sus necesidades.
Las condiciones aún no están dadas y es necesario trabajar duramente para minimizar los efectos negativos que nos dejó la pandemia. Pero con la colaboración de las empresas, en un futuro no muy lejano la equidad, igualdad y desarrollo sustentable de las naciones dejará de ser la utopía de los poderosos para convertirse en una realidad para todos.
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