La mayoría de las personas en el mundo conocemos la marca Adobe por sus exclusivos programas de software de edición como Photoshop, Illustrator, Flash y Adobe Reader o Acrobat, entre los más conocidos y utilizados a nivel masivo. Sin duda, son herramientas sumamente prácticas y necesarias para cualquier profesional técnico de los medios digitales.
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En este sentido, podría decirse que en el universo del diseño gráfico, sus profesionales le deben mucho a esta empresa por haber dado forma y optimización visual a sus ideas, eliminando el arduo trabajo manual de diseño por el depurado diseño digital, que recortó los límites a la imaginación.
Pero no solo los diseñadores se benefician de sus características, también otros profesionales que trabajan con textos y documentación aprovechan la tecnología de Adobe para integrar actividades en línea y ampliar sus recursos a la hora de ejecutar diferentes tareas creativas en distintos soportes, porque varias de las que se plasman de forma digital, tendrán a su vez su bajada en un soporte material, como una pieza gráfica de redacción o un banner publicitario.
Desde esta perspectiva, es innegable el alcance mundial de una empresa de programación tan joven, razón por la cual en este nuevo caso de estudio nos proponemos indagar en los orígenes de Adobe, los logros alcanzados y la cultura de trabajo colaborativo que permite a su personal permanecer vigente y a la compañía rentable, frente a los cambios del mercado de los últimos años.
Una empresa tecnológica millennial: Orígenes de Adobe.
La empresa estadounidense de software Adobe fue fundada el 28 de febrero de 1982 por John Warnock y Charles Geschke, y posee su sede en California. Se hizo popular en el mundo tecnológico por sus programas de edición en sitios web, imágenes y videos que están integrados en la plataforma Adobe Creative Cloud.
Esta empresa desempeñó un papel fundamental al iniciar la revolución de la autoedición cuando Apple Computer empezó a utilizar PostsCript en su línea de impresoras láser de 1985.
Gradualmente, Adobe fue direccionando sus esfuerzos hacia la autoedición, al adquirir en 1994 Aldus, la firma que producía Pagemaker, para competir con QuarkXPress. Sin embargo, esto no le alcanzó, y fue entonces cuando en 1999 fue lanzado Adobe InDesign, que finalmente logró desbancar a QuarkXPress, hasta liderar el mercado de software en autoedición de documentos.
En 1995 Adobe compró Macromedia, otra empresa de software importante del momento, cuya alianza estratégica permitiría potenciar la compatibilidad entre sus productos, como PDF y Flash. De esta forma, Adobe buscaba optimizar la colaboración entre sus tecnologías para gestionar un amplio abanico de aplicaciones y contenidos en una enorme plataforma que redefiniera la industria de software.
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Tecnología omnipresente.
Con la adquisición de Macromedia, Adobe se consolida como una tecnología omnipresente, porque se encuentra en todos lados, prácticamente, ya que participa de las tareas de preimpresión, diseño web, posproducción de video y audio. Además admite formato para dispositivos móviles.
Una parcela importante de los carteles publicitarios con fotografía expuestos en la calle o en los sitios web está realizado con Photoshop. Del mismo modo, los gráficos vectoriales, diseños y logos fueron creados en Adobe Illustrator, las animaciones para sitios web fueron realizadas en Flash y los documentos de lectura fueron editados en PDF para ser fácilmente legibles en soportes digitales como los E-reader.
En pocas palabras, Adobe conforma un universo tecnológico de herramientas de edición en donde Adobe Photoshop se encarga del retoque fotográfico, Flash se ocupa del contenido web y multimedia, After de las animaciones, Illustrator ejecuta dibujos vectoriales, Indesign ayuda en la maquetación, entre los más conocidos y utilizados.
El caso Adobe: paradigma de la cultura de trabajo colaborativo.
Si hay algo que las personas que utilizan adobe quizá desconozcan es la cultura de trabajo colaborativo que describe a sus trabajadores y que hace de esta empresa no solo una presencia joven en el mercado, sino un espíritu también joven que ostenta dinamismo proactivo, atiborrado de ideas creativas que busca hacer más fácil la vida de las personas con las funcionalidades tecnológicas que ofrece.
La cultura empresarial de Adobe se caracteriza por brindarle a sus colaboradores la libertad de explorar su creatividad hasta límites insospechables. Esto les permite enfrentar nuevos retos, gracias a sus líderes que operan como coaches, quienes ayudan a sus equipos de trabajo a establecer sus propias metas, por lo que les demuestran suficiente confianza para gestionar sus objetivos y proyectos, contribuyendo a su realización de manera exitosa.
Más allá de sus productos, que satisfacen las necesidades de millones de clientes en el mundo, su cultura colaborativa motiva a sus colaboradores a plantearse desafíos cada vez más altos, ya que no existen las penalidades por cometer errores o tomar malas decisiones. Por tal motivo, de los errores también se aprende y se logra avanzar. Además, quien no comete errores significa que aún no lo ha intentado.
Otro beneficio o libertad es que los ejecutivos permiten a sus colaboradores recibir patentes por sus invenciones y celebrar los lanzamientos como acontecimientos sociales masivos. Por supuesto que los jefes reciben también su reconocimiento por ser artífices de talentos creativos, eficientes, dinámicos e inconformistas que buscan en todo momento la superación personal y la optimización del trabajo en equipo.
En consecuencia, su cultura de trabajo colaborativo promueve las actividades en espacios compartidos, al estilo networking a fin de lograr que los colaboradores se conozcan más y fortalezcan su vínculo y compromiso con la empresa.
Seguir creciendo y siendo creativos.
Los años están demostrando que Adobe se ha consolidado como una empresa muy competitiva e innovadora, ya que no solo ha diseñado un producto que ha significado un punto de inflexión en el mercado tecnológico, sino que también está redefiniendo las relaciones entre las personas y su trabajo, para que este último se mimetice con la vida, en lugar de ser solo un complemento obligatorio de ella.
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Sin duda, el caso Adobe demuestra que no hay límites para la creatividad, por eso es una empresa que no le teme a los desafíos, por lo que permanentemente se está reinventando, y la consolidación de una cultura de trabajo colaborativo es la evidencia de que con empleados felices, al igual que en el caso Zappos, se puede llegar mucho más lejos.
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