Internacionalización vs Transnacionalización

La transnacionalización y la internacionalización son dos términos muy utilizados en el comercio internacional cuando una empresa ejecuta acciones para comercializar sus productos o servicios fuera de las fronteras de su país. La diferencia principal radica en que, mientras la empresa transnacional básicamente exporta sus productos al exterior sin moverse de su territorio, una empresa internacionalizada buscará no solo vender a otros países mediante la exportación, sino también adquirir presencia física internacional, es decir, abrir oficinas o sucursales en los países donde se pretende exportar la marca, con el objetivo de lograr un contacto más directo con las personas y su cultura.

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¿Qué es la transnacionalización?

La transnacionalización es una forma específica de intensificación de las relaciones sociales, culturales, políticas y económicas que trasciende los espacios nacionales. Constituye una manera de estrechar relaciones transfronterizas sin que haya un centro de poder, de recursos o de referencia definido. Esas relaciones y redes que atraviesan las fronteras no se articulan principalmente entre estados y gobiernos, ni se despliegan en todo el orbe, sino que se extienden entre localidades muy específicas y diversas escalas.

El concepto hace referencia a la expansión de los procesos económicos, políticos y culturales más allá de las fronteras nacionales. En el mundo cada vez más globalizado que vivimos hoy en día, los cambios resultantes del transnacionalismo han planteado y seguirán planteando un desafío para los líderes y los encargados de formular políticas. 

¿Qué es la internacionalización?

La internacionalización es una estrategia corporativa que consiste en hacer que los productos y servicios sean lo más adaptables posible, para que puedan ingresar fácilmente a los diferentes mercados internacionales. Este proceso tiene como objetivo adaptar las estructuras, operaciones y soluciones de la empresa para obtener presencia internacional.

Los productos destinados a ser utilizados por hablantes de varios idiomas suelen pasar por un proceso de internacionalización. En el caso de los productos de software y la electrónica, la internacionalización implica una serie de preocupaciones diferentes:

• Codificación de datos: la codificación de caracteres ASCII es suficiente para textos en la mayoría de los idiomas de Europa occidental. Sin embargo, los idiomas que utilizan alfabetos no latinos, como el ruso, el chino, el hindú y el coreano, requieren codificaciones de caracteres más grandes, como Unicode.
• Soporte de hardware: los diseñadores de software deben tener en cuenta que ciertos dispositivos de hardware pueden no estar disponibles en todos los países.
• Interfaz de usuario: si una aplicación de software se traduce a varios idiomas, la interfaz de usuario debe incluir suficiente espacio para el texto en todos estos idiomas.

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Diferencia entre la transnacionalización y la internacionalización

Habíamos señalado que la principal diferencia que existe entre la transnacionalización y la internacionalización es que la primera vende los productos o servicios en el exterior, pero sin tener presencia física, mientras que la segunda busca implantar una marca en el mercado extranjero de manera más tangible. Si bien puede parecer sutil y difusa esta diferencia, es importante conocerla para comprender el recorrido que las empresas deben realizar cuando se enfrentan al desafío de expandir su negocio fuera de los límites de su país.

A esto hay que agregar que las ventas de una empresa transnacional pueden ser realizadas puntualmente o continuar durante un determinado periodo de tiempo. La inversión requerida para vender en otros países no es muy diferente que la que comúnmente se gestiona en la internacionalización, pero la penetración de mercado internacional que logrará una empresa transnacional será mucho menor que la que obtenga una empresa que abre sucursales u oficinas físicas en los otros países. 

La internacionalización implica un proceso mucho más complejo y ambicioso, porque no se reduce únicamente a vender productos en otros países y esperar a que los consumidores compren sin entrar en contacto directo con la marca. Básicamente, se pretende implantar la marca en el inconsciente colectivo de las personas, como si de una idea propia se tratara. Internacionalizar una marca exige adaptarse al mercado y cultura extranjeros, a fin de construir productos o servicios que respondan a las necesidades de los consumidores típicos de ese nuevo nicho.

Para lograr esto, la internacionalización va a requerir una inversión superior a la transnacional, por lo que es probable que una inversión más grande genere mayores ganancias, aunque esto no en todos los casos se cumple, ya que dependerá de cómo la empresa realice su proceso internacionalización y si sus esfuerzos están bien dirigidos, empleando las estrategias adecuadas para captar la atención del público objetivo extranjero.

Acerca de qué modelo implementar, todo dependerá de los objetivos de la empresa aspirante. Una acción recomendable y menos arriesgada es transnacionalizar primero, es decir, exportar productos al exterior para conocer cómo funciona el mercado internacional, y a partir de ahí, del conocimiento y experiencia con otros segmentos de mercado, crear un plan de internacionalización potente para lograr presencia internacional que marque huella en las personas.

Conclusión

Transnacionalización e internacionalización son dos conceptos de la globalización y están fuertemente vinculados al comercio internacional. Sin embargo, no son modelos sinónimos, ya que la transnacionalización es exportar productos o servicios al exterior, mientras que la internacionalización implica un compromiso más profundo de la marca con los consumidores, cuyo objetivo final es, luego de implantar la marca, generar presencia física internacional abriendo oficinas donde las personas de los países extranjeros interactúen en tiempo real con los representantes comerciales, enviados por la empresa que decidió internacionalizarse.