El análisis modal de fallas y efectos, conocido también como Matriz AMFE, es una metodología muy eficaz que sirve para estimar y predecir riesgos. El objetivo de este método es mejorar y corregir a tiempo todas las posibles fallas para reducir al mínimo las posibilidades de afectar el proceso productivo y el resultado final esperado.
AMFE permite analizar y prever posibles problemas y fallas que pueden llegar a surgir en las diferentes etapas productivas de una empresa. El análisis que se realiza brinda la información necesaria para lograr detectar la causa y el efecto de esas potenciales fallas, por lo tanto, es posible conocer con anterioridad el impacto que determinado error podría tener en todo el sistema.
Esta metodología aplicada correctamente es muy positiva para cualquier empresa, porque le va a brindar datos relevantes para actuar de manera anticipada y preventiva.
¿Cuál es su historia?
La metodología AMFE tiene su aparición en los años 40, en Estados Unidos. El ejército norteamericano diseñó el método luego de tener reiteradas fallas y defectos en la fabricación de municiones. Como obtuvieron resultados positivos, documentaron el método y esto hizo que algunos años después otras industrias lo adopten.
En primera instancia fue la industria aeroespacial la que lo adaptó a su área, y posteriormente se comenzó a utilizar por ensambladoras de automóviles. Fue tal el éxito que AMFE produjo en la gestión de calidad y predicción de riesgos y fallas de dichas industrias, que se tomó como base para la creación e implementación de normas de calidad internacionales.
Hoy en día no solo industrias manufactureras emplean este método, sino que también empresas dedicadas a rubros como salud, alimentos, software, electrónica, entre otras, hacen uso de la metodología de análisis modal de fallas y efectos para optimizar sus procesos.
¿Por qué a las empresas les sirve utilizar AMFE?
Como ya les mencionamos en el apartado anterior, AMFE puede aplicarse en empresas de diferentes rubros y les sirve como una metodología aliada para revisar, controlar y optimizar los procesos productivos.
A continuación, les mencionamos algunas razones por las cuales para las empresas es beneficioso utilizar la metodología AMFE:
- Sirve principalmente para ahorrar tiempo y dinero. Al implementar AMFE se reducen los márgenes de error y de fallas, se optimizan todos los procesos que intervienen en la producción del bien o servicio que se vende y, por defecto, esto conlleva a que se mejore la productividad y que se puedan reducir los costos del producto.
- Ayuda a tener una rutina de trabajo organizada, en la cual los empleados sepan cómo deben ejecutar cada etapa del proceso de producción y cómo resolver los posibles problemas que surjan. Asimismo, es útil para que ellos se mantengan siempre en alerta para detectar oportunidades de mejora.
- Por último, también beneficia a los clientes, ya que, si el producto es bueno y de calidad, va a ser muy atractivo a la vista de cualquier consumidor, y si se suma que el costo es bajo, será más interesante aún.
¿Cómo llevar a cabo un AMFE?
Cuando una empresa desee realizar un AMFE deberá tener en cuenta una serie de pasos que les detallamos aquí abajo:
- Elegir el proceso que se va a estudiar. Debe ser uno por vez, ya que para que los resultados sean precisos y fieles el estudio debe ser bien detallado y solo puede abarcarse un proceso a la vez.
- Determinar el equipo de personas que llevará a cabo el análisis. Según el tipo de proceso que se esté por analizar, se podría contar con la participación de operarios, empleados administrativos, proveedores, clientes, etc.
- Detallar las etapas del proceso. Documentar el paso a paso actual del proceso de manera exhaustiva.
- Detectar fallas y errores del proceso. Ahora es momento de analizar cada uno de los problemas existentes en el proceso y estudiar las posibles fallas que puedan aparecer, así como también cuáles son sus causas.
- Optimización del proceso. Ejecutar las acciones correctivas y preventivas necesarias para mejorar el proceso. Para estos se debe establecer un orden de prioridad a las fallas detectadas y resolverlas teniendo en cuenta ese orden, desde las que más impacto o daños pueden producir, hasta los errores más pequeños.
- Documentación de los resultados. Realizar un informe para dejar registro de cómo se ejecutó todo el análisis y cuáles fueron los resultados.
Es importante considerar que el AMFE debe ser adaptado a cada empresa según sus necesidades, recursos, rubro, entre otras cuestiones. La base de la teoría será la misma, pero cada empresa tiene sus particularidades.
Conclusiones
La metodología de análisis modal de fallas y efectos es una herramienta sumamente importante y positiva para una empresa que busca optimizar su productividad y aumentar sus ingresos. Si bien al principio su aplicación puede insumir mucho tiempo, los resultados futuros van a hablar por sí mismos.
Lo óptimo es que AMFE forme parte de las rutinas de control de calidad de todos los procesos que se lleven a cabo en la empresa, para que de esta manera todas las personas involucradas en el circuito lo conozcan, se familiaricen con él y lo cumplan y respeten.
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