En el universo de oportunidades de inversión disponibles para la dirección de una empresa, existe al menos un aspecto que casi siempre es cierto: a medida que aumenta el riesgo de inversión, los inversores requerirán un mayor rendimiento. Esto crea una relación inversa entre el riesgo de inversión y el valor de la inversión. Mientras más aumenta el riesgo, más disminuye el valor. Esta relación se considera cuando los compradores o tasadores están determinando el valor de un negocio.
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Generalmente los accionistas tienen grandes deseos de valuar alto su empresa para obtener, en caso de venderla, mayores ganancias. Pero para lograr este escenario ideal tienen que estar libres de riesgos, los cuales siempre implican una reducción de valor durante la tasación, y esta pérdida de valor en el momento de la venta suele ser irrecuperable. Anticipar y reducir riesgos harán que una empresa obtenga un valor más alto y las fluctuaciones del mercado no la afecten.
El objetivo de este artículo es recalcar la importancia de conocer el valor de una empresa para ayudar a reducir riesgos que podrían disminuir el valor frente a posibles inversores.
La valuación de una empresa representa el cálculo numérico realizado con el objetivo de asignar un valor monetario a una determinada organización. A través de una valuación se establece el valor de una empresa, así como de cualquier activo susceptible de poder venderse. Para realizar una valuación, debe tenerse en cuenta criterios objetivos y medibles, así como estar a cargo de profesionales capacitados como economistas, ingenieros y arquitectos.
La valuación de una empresa es necesaria cuando la compañía comienza a cotizar en la bolsa de valores, pero también se realiza en el marco de un proceso de adquisición o fusión con otra empresa. Sin embargo, el valor correcto dependerá de qué tan prolija sea la contabilidad, por lo que una valuación no será precisa si la organización no registró correctamente la depreciación de alguno de sus activos, llegando a tener un valor por debajo de lo especificado en los libros contables.
Existen varios métodos de valuación de empresa para considerar:
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Sobre la base del enfoque de ingresos para la valoración de empresas, los rendimientos futuros esperados, generalmente flujos de caja, se descuentan a la tasa de rendimiento requerida por el inversionista (la tasa de descuento). Existen varios componentes de riesgo para determinar esta tasa:
Estos tres componentes de riesgo están basados en gran medida en datos empíricos y, por lo general, se combinan para constituir la tasa de rendimiento mínima que un inversor necesitaría para comprar una empresa de capital cerrado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los compradores identificarán riesgos adicionales específicos de la empresa que aumentarán la tasa de rendimiento requerida y disminuirán el valor del negocio.
La principal importancia reside en que, si una empresa va a solicitar financiamiento, contar con una base de valor le proporcionará indicadores reales de operación de la entidad, con la finalidad de estar preparada frente a una posible valuación realizada por un banco, en la cual podrá analizar el valor real del negocio, identificando riesgos y elementos que podrían estar tasando la empresa por debajo de su valor neto.
También podría suceder al revés y que la empresa esté sobrevalorada, por lo que le exijan al o los accionistas pagar una contribución basada en el valor accionario. Pero básicamente, el valor de una empresa implica aprovechar nuevas oportunidades de inversión, lo que significa tener la apertura mental para vender la participación de la empresa.
Son muchas las razones por las cuales un accionista puede querer vender una empresa, una de ellas es librarse de una entidad endeudada, pero también obtener una ganancia para lanzar un nuevo negocio que consideran más rentable. Asimismo, se puede valuar una empresa para establecer el valor de marca, de patente o de nombre comercial, valor de línea de negocio o un activo importante en funcionamiento.
Conseguir una valuación real, permanente de la empresa y de las acciones permitirá identificar riesgos, conocer el valor real en función de sus movimientos financieros y tomar decisiones inteligentes y beneficiosas para encarar en el futuro un nuevo negocio.
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En conclusión, el valor de una empresa radica en que ayuda a percibir el valor en tiempo real con sus riesgos más frecuentes y principales movimientos financieros. Permitirá la toma de decisiones sobre los pasos a seguir con respecto al futuro de la compañía y también abrirá la posibilidad de aprovechar las ganancias, en caso de venderla, para embarcarse en un nuevo negocio buscando obtener una rentabilidad más acorde con las expectativas.