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Fomentar la cultura organizacional en el proceso de onboarding

Escrito por Equipo de redacción de Drew | 28/09/23 14:00

El momento de la contratación de un talento representa una de las instancias más decisivas por parte de los responsables de recursos humanos para el futuro tanto del nuevo colaborador como de la organización, porque marca el inicio de un vínculo laboral que se espera que sea duradero y provechoso, donde intervienen diversas sinergias orientadas a construir una cultura organizacional integradora. El proceso de onboarding debe promover en las personas que se incorporan recientemente a la organización los valores de esa cultura.

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La cultura organizacional es el conjunto de todo lo que refleja el entorno de una empresa con las personas interactuando, los procesos avanzando y los objetivos generando resultados. Está compuesta de intangibles importantes que determinan cómo debe operar el equipo y forman parte de la identidad empresarial. Pero para que esto funcione, todos sus integrantes deben estar involucrados y sentir que son parte de esta cultura, compartiendo los objetivos organizacionales.

De lo contrario, las personas con el tiempo estarán desmotivadas y su compromiso con la empresa disminuirá, lo que afectará seriamente su rendimiento y el cumplimiento de los objetivos, tanto individuales como a nivel macro. Por esta razón es necesario fomentar una cultura organizacional en el proceso de onboarding, que valore a los nuevos talentos desde el primer contacto y les asegure el crecimiento profesional. En este artículo, te contamos cómo lograrlo. 

 

Tipos de cultura organizacional 

Existen distintos tipos de cultura organizacional porque existen distintos tipos de empresas y personas que las integran. Según la herramienta de evaluación de cultura The Competing Value Framework, se pueden identificar 4 tipos de cultura empresarial: familiar, adhocracia, de mercado y jerárquica

Las dos primeras tienen una tendencia marcadamente flexible, ya que se enfocan en las necesidades de los colaboradores y de prestar atención a sus opiniones e ideas. En la cultura familiar los objetivos comerciales y los valores de la empresa suelen ser compartidos por los colaboradores. De manera similar, la cultura adhocrática busca que las personas convivan en un entorno creativo, innovador y flexible, que propongan ideas y crezcan junto con la empresa. Las empresas tecnológicas son las que suelen integrar este tipo de cultura.

En cambio, las otras dos culturas son más rígidas en su vínculos con los colaboradores y de lo que esperan de ellos. La cultura de mercado está orientada al desempeño y los resultados, por lo que exige a sus trabajadores cumplir con objetivos muy altos y trabajar muy duro para alcanzarlos. Por su parte, la cultura jerárquica también es estricta en sus normas y muy exigente con sus colaboradores, al punto de ejercer un control mucho más insistente para asegurarse el cumplimiento de las tareas.

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Elementos de una cultura organizacional

Independientemente de la cultura empresarial a la que pertenezca tu empresa, hay ciertos elementos que no deberían faltar, si quieres promover una saludable cultura organizacional en el proceso de onboarding. Detallamos estos elementos a continuación:

  • Visión y valores: ten presente el objetivo final de tu empresa, a partir de la visión y el propósito de tu negocio.
  • Aprendizaje y crecimiento: implica fomentar el aprendizaje de nuevas habilidades en los colaboradores que impulsen su crecimiento profesional dentro de la empresa. Si ellos avanzan no dudarán en esforzarse duro para hacer avanzar tu negocio.
  • Reconocimiento: parte de la cultura organizacional es brindar el debido reconocimiento a los colaboradores por su compromiso con tu empresa. No implica solo un buen salario sino que sientan que aprecias su trabajo.
  • Comunicación: no se trata solo de cómo se comunican las cosas dentro de tu empresa sino de cómo se comparte la información o ideas con el resto del equipo.
  • Beneficios: para promover una cultura empresarial saludable, debes atender a las necesidades de tus colaboradores, en materia de salario pero también en términos de bienestar emocional, promoviendo descansos y horarios flexibles.
  • Liderazgo: como líder debes inspirar a tus colaboradores y convertirte en un modelo a seguir que marcará el camino del resto de tu equipo.
  • Operaciones: las operaciones abarcan desde el reclutamiento del personal hasta la capacitación de los colaboradores. 

Estos elementos deberían estar tanto en una cultura organizacional flexible como en una más tradicional o rígida, porque al fin y al cabo lo que importa es que las personas que participan de la empresa adopten sus valores y propósitos desde que son reclutadas. Para lograrlo, es fundamental que los líderes empresariales reconozcan las habilidades y conocimientos de los colaboradores y valoren activamente su trabajo. Solo así obtendrán compromiso, alto rendimiento, motivación y resultados de calidad.

Las empresas que se limitan a exigir compromiso y sacrificios sin recompensar el esfuerzo y el trabajo bien hecho están destinadas al fracaso, por lo que su cultura organizacional será mayormente tóxica. Evitar que un mal clima laboral contamine a todas las personas debe ser uno de los principales objetivos para construir una cultura saludable sostenida desde la colaboración.

Además, si brindas beneficios a tus colaboradores, estos estarán más motivados para desarrollar todo su potencial para hacer tu empresa más escalable. No olvides que un colaborador motivado es un colaborador más eficiente y productivo. Aunque las empresas más tradicionales y que mantienen culturas organizacionales más rígidas presionan más a sus trabajadores para lograr los objetivos, no hay que dejar de recompensar el éxito al final del día. 

Solo de esta forma una cultura de esta naturaleza puede retener a su personal sin tener que cambiar drásticamente su misión, visión y valores. En tanto que las más flexibles deben mantener el entusiasmo de su gente, desafiando sus capacidades constantemente para impulsarlos a crecer y desplegar su mejor versión. 

 

¿Cómo fomentar una cultura organizacional en el proceso de onboarding?

Una vez que un nuevo colaborador es reclutado, la empresa debe integrarlo al equipo comunicar con precisión las funciones y responsabilidades de su rol, lo que se espera de él y lo que puede esperar de la organización para desarrollarse profesionalmente, incluyendo las posibilidades de promoción, premios, ascensos y aumentos de salario, lo que va a contribuir a la fidelización con la empresa. Pero, ¿cómo lograr promover los valores de una cultura organizacional?

1. Brindar espacios de descanso.

Son alrededor de 8 horas diarias las que las personas trabajan y pasan en una oficina, sin contar el tiempo de traslados de ida y vuelta, pero durante esas 8 horas existe al menos un espacio para el almuerzo y para tomarse un café o break a media mañana. A algunos empleadores no les agrada que un trabajador se tome descansos de más de 15 minutos entre tareas, pero lo cierto es que el descanso es necesario para recargar energía, sobre todo cuando la mente es la que está trabajando a full. 

Permite que tus colaboradores se relajen un rato fuera de la oficina, en los pasillos, en el café de enfrente o en donde sea que estén cerca. Una charla informal puede motivar mucho más el compromiso y aumentar el sentido de pertenencia que una reunión programada donde solo se tocan temas laborales.

2. Celebrar ocasiones especiales.

Otra práctica que puede fomentar la cultura organizacional en el proceso de onboarding es celebrar fechas importantes, como cumpleaños de tus colaboradores, aniversarios de permanencia en tu empresa, aniversarios de la empresa, la llegada de algún hijo, etc. Para los cumpleaños de los trabajadores puedes hacer pequeños obsequios, como muestra de gratitud y reconocimiento: un bolígrafo, una libreta, una torta, una taza, chocolates. Son diversas las opciones que podrías aprovechar para alegrarle el día a uno de tus colaboradores que cumple años.

3. Promover jornadas de convivencia con actividades extralaborales.

¿Y si una tarde nos organizamos para ir de pícnic a la orilla del río con los compañeros de trabajo? O por qué no proponer un after office en un bar para tomar una merienda o unos tragos. Normalmente, las personas cuando están en un entorno distendido y de diversión son más auténticas, por lo que es el mejor momento para ganarse su confianza y conocer a las personas detrás de los trabajadores. Al entender las aspiraciones que tienen en la vida, puedes ayudarles a que alcancen sus metas y que tu empresa sea el vehículo para lograrlo.

4. Desafiar a tus colaboradores con actividades que fomenten la creatividad.

Por último, no deberían faltar las actividades que estimulen a las personas a pensar fuera de la caja, ya sea a través brainstorming, design thinking, escape room, incluso juegos de rol y ajedrez. Así como las charlas informales y distendidas nos sacan de la rutina, fomentar la creatividad y desarrollar el pensamiento lateral nos permiten aumentar la capacidad de generar ideas y resolver problemas de una manera mucho más acertada y proactiva.  

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En términos generales, impulsar una cultura organizacional en el proceso de onboarding es posible si transformas tu empresa en una comunidad para que las personas que forman parte de ella se sientan como en sus casas. Los aspectos vinculados a las condiciones laborales, como un buen salario, beneficios, oportunidades de crecimiento y ambiente laboral sano, son muy importantes, pero es fácilmente superable por otras empresas que ofrezcan más beneficios y prestaciones. 

Entonces, ¿qué marca la diferencia? Hacer que tus colaboradores sientan que están en el lugar correcto, rodeados de las personas correctas y enfocados en lograr objetivos alineados a sus propias metas personales.