Uno de los principales desafíos que surgen en las empresas a la hora de abordar los procesos interdepartamentales es alinear los diferentes niveles organizacionales: estratégico, táctico y operativo. Cada uno es importante para el buen desempeño empresarial, a través de acciones sincronizadas desde las distintas áreas, permitiendo una mayor colaboración entre equipos a la hora de definir prioridades, lo que impulsará un crecimiento escalable de tu negocio.
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La alineación organizacional es una manera efectiva de crear objetivos colaborativos, maximizar las habilidades de los colaboradores, motivar el liderazgo y promover una cultura empresarial positiva. Comprender la importancia, los beneficios y las formas de lograr dicha alineación puede ayudarte a lograr tus objetivos operativos de manera más efectiva.
Sin embargo, no siempre se logra, por eso es crucial entender cómo influye la alineación empresarial en mejorar los resultados. En este artículo, proponemos algunas buenas prácticas para alinear los diferentes niveles organizacionales y destacamos su importancia para alcanzar el éxito empresarial.
La alineación organizacional es el proceso de implementar estrategias y filosofías para garantizar que cada miembro de una organización, desde puestos de nivel operativo hasta gerentes ejecutivos de los niveles táctico y estratégico, compartan una meta y una visión comunes para el éxito de una empresa. La alineación organizacional permite que los colaboradores trabajen juntos para lograr objetivos comunes mientras se comunican adecuadamente y mantienen la responsabilidad en todos los departamentos.
La alineación organizacional es importante porque ayuda a promover la colaboración y la búsqueda conjunta de los objetivos de la empresa, lo que garantiza varios beneficios a largo plazo para el éxito y la productividad de una organización. Alinear los distintos niveles organizacionales también puede mejorar la felicidad de los colaboradores y mejorar las experiencias de los clientes.
Todas estas cosas contribuyen a fomentar un ambiente de trabajo saludable, mejorar la imagen de marca, disminuir la rotación de personal, aumentar la productividad, entre otras cosas. Cuando no hay alineación organizacional, es muy probable que se produzcan silos de información entre las áreas, el desempeño operativo se vea afectado ante la falta de comunicación, las tareas se atrasen y, en consecuencia, los objetivos trazados desde el nivel estratégico no se terminen cumpliendo.
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Alinear una empresa a través de los niveles estratégico, táctico y operativo requiere poner atención a las prácticas que conectan la toma de decisiones estratégicas a los planes de acciones y finalmente a su ejecución. A continuación, enumeramos 5 de las prácticas más efectivas para llevar a cabo una verdadera alineación empresarial.
1. Crear un sentido de urgencia.
Antes de implementar la alineación organizacional en tus operaciones diarias, es importante crear un sentido de urgencia entre el personal y los tomadores de decisiones importantes. Considera formas en las que puedes expresar tus observaciones y cómo la alineación organizacional puede ayudar a contribuir al éxito inmediato de tu organización.
Para conseguir esto, puedes solicitar reuniones con ejecutivos y gerentes, resumir tus observaciones y pensamientos en un boletín informativo o alentar a los miembros del liderazgo a realizar un design thinking para poner a los diferentes equipos a trabajar colaborativamente procesos que atraviesen más de un área.
2. Realizar una adecuada gestión del cambio.
Después de decidir que la alineación organizacional es una opción beneficiosa para tu empresa, es importante comprometerse con la gestión del cambio. Es tentador confiar en los viejos hábitos de la empresa para mantener la productividad durante la transición hacia la alineación organizacional.
Debes hacer todo lo posible por recordar que el esfuerzo de implementar estos cambios puede contribuir al éxito a largo plazo de tu organización. Además, si los miembros de tu equipo ven tu compromiso con el cambio, podrían estar más comprometidos a desarrollar nuevos hábitos y adaptarse al proceso de alineación organizacional.
3. Establecer metas claras.
Lograr la alineación organizacional a menudo implica establecer objetivos específicos y claramente definidos para tu empresa. Tener una comprensión avanzada de los objetivos que deseas lograr a través de la alineación podría ayudarte a tomar decisiones más informadas sobre cómo implementar cambios e innovaciones en el futuro.
4. Comunicar los objetivos estratégicos.
Una vez que hayas decidido los objetivos que esperas lograr a través de la búsqueda de alineación entre los 3 niveles, puedes comunicar tus metas a toda la organización. Es importante que cada miembro del equipo comprenda por completo los objetivos comunes de la empresa y cómo tus decisiones pueden contribuir al éxito de la colaboración. Para comunicar tus objetivos, habla con tu equipo en el día a día o programa reuniones para discutir los próximos cambios y definir claramente los objetivos de cada departamento.
Cualquiera que sea el método de comunicación que elijas, trata de asegurarte de estar preparado/a para explicar correctamente los cambios y las expectativas de tus nuevas acciones de alineación y para responder cualquier pregunta que puedan tener los miembros de tu equipo.
5. Insistir en buscar la mejora.
A medida que tu empresa realiza la transición hacia una organización más alineada, haz todo lo posible para continuar buscando medios de mejora. Es posible que no ejecutes a la perfección la alineación organizacional al principio, pero intenta comprender que debes realizar ajustes a tus procedimientos de la forma que mejor se adapten a tus necesidades.
La implementación de la alineación organizacional puede ayudarte a aprender sobre las áreas de mejora que desconocías anteriormente y podría ayudarte a determinar qué ajustes son más beneficiosos para su éxito. El nivel táctico es determinante para convertirse en el nexo de alineación entre el nivel estratégico y el operativo, porque está en contacto con ambas realidades tomando decisiones y trabajando en conjunto con las áreas para materializar los resultados.
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En síntesis, alinear los diferentes niveles organizacionales debe ser una prioridad para las empresas modernas, ya que les permite estar mejor preparadas para enfrentar los cambios que se avecinan continuamente en el mercado. Además, una organización alineada en sus tres niveles, estratégico, táctico y operativo puede ofrecer un mejor servicio a los clientes promoviendo relaciones más duraderas.
Esto se logra con objetivos claros, buena comunicación para comunicarlos, crear un sentido de urgencia y no dejar nunca de implementar mejoras. Cuando hay alineación, las personas, los procesos y las tecnologías van de la mano.