Cuando se lleva a cabo una planeación estratégica, se trazan los objetivos para ser cumplidos en un plazo de tiempo determinado. Casi siempre, esta planeación es a largo plazo, por lo que marca el rumbo de las acciones a tomar en los próximos meses o años.
Cuando se traza el plan estratégico desde la dirección, un aporte de valor puede ser el de un estudio de mercado anexado a dicho plan. Este estudio sirve para obtener una radiografía de la actualidad para responder qué está pasando en el mercado donde se busca asentarse.
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Contar con un estudio de mercado dentro de la planeación estratégica es útil en tanto los altos mandos, muchas veces, suelen establecer y documentar el plan estratégico sin antes mirar su posición actual: suele ocurrir que se visualizan a futuro y trazan estrategias sin antes ver las bases sólidas de las cuales partir en la actualidad.
Cuando esto sucede, los objetivos planteados no son alcanzables por escasa información de la propia empresa. Se hace imprescindible, por tanto, conocer la situación actual: el “a dónde estamos”, para que sea más fácil el “a dónde queremos llegar”.
Con un estudio de mercado, entonces, se hace más fácil obtener un panorama nutrido sobre cómo se encuentra la situación, qué criterios rodean al cliente, a la competencia, si se está en una posición vulnerable o propicia, entre otras cuestiones.
Asimismo, un estudio de mercado dentro de la planeación estratégica sirve para conocer al cliente configurado por un determinado público objetivo. Quien planifica, debe conocer los comportamientos, gustos, intereses y composición del público al que apuntan.
Una vez que se cuenta con una comprensión general de los objetivos y estrategias, es posible meterse en la cabeza de los consumidores para recabar información y conocer su percepción.
¿Cómo se describe ese consumidor? ¿Qué necesita? ¿Qué lo motiva? Son preguntas a responder en un estudio de mercado, para conocer y reunir características que definen a una población delimitada y sus atributos en común.
Además de esta visión desde un punto de vista de marketing, anexar un estudio de mercado al plan estratégico permite conocer la viabilidad del producto, y si así fuera, los recursos necesarios para ello.
El estudio de mercado puede arrojar ideas sobre cómo lanzar un nuevo producto o servicio, o hacer que se vuelva más competitivo y viable. Sobre todo en startups, cuando el plan estratégico se hace para proyectos de financiación, el estudio de mercado se incluye y forma parte esencial del plan de negocio.
El éxito de un plan estratégico puede depender en gran parte de la actualización constante de las expectativas de los clientes a través de estudios de mercado para ser capaces de identificar necesidades de los consumidores y desafíos que enfrentan ante los cambios de paradigmas empresariales.
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En conclusión, un estudio de mercado sirve para analizar a la competencia, lo que permite elaborar mejores estrategias de marketing que se adecuen a los objetivos del plan estratégico. Además, esto ayuda a predecir los riesgos potenciales del negocio para desarrollar soluciones anticipadas.