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Gobernanza tecnológica: clave para automatizar con seguridad y control

Escrito por Equipo de redacción de Drew Tech | Jul 28, 2025 8:00:00 PM

La automatización de procesos empresariales es una herramienta poderosa para escalar operaciones, reducir errores y liberar tiempo de trabajo operativo. Sin embargo, cuando se implementa sin un marco de gobernanza sólido, también puede abrir la puerta a problemas serios: pérdida de control, accesos indebidos, procesos duplicados o desactualizados, y falta de trazabilidad sobre quién hace qué dentro de una organización.

En este escenario, la gobernanza tecnológica se vuelve una pieza clave. No solo para garantizar la seguridad de la infraestructura y los datos, sino también para asegurar que cada proceso automatizado responda a una lógica organizacional clara, documentada y sostenible en el tiempo.

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¿Qué es la gobernanza tecnológica?

La gobernanza tecnológica es un conjunto de políticas, reglas, prácticas y herramientas que aseguran el uso controlado, responsable y estratégico de las tecnologías dentro de una empresa. Va más allá de la simple supervisión técnica: implica coordinar personas, procesos y herramientas bajo lineamientos definidos que ayuden a escalar la operación con seguridad y eficiencia.

Cuando hablamos de automatización, la gobernanza tecnológica se transforma en el marco necesario para:

  • Saber quién tiene acceso a cada flujo o integración.

  • Controlar cómo se crean, actualizan o eliminan automatizaciones.

  • Garantizar la continuidad operativa sin depender de individuos específicos.

  • Auditar lo que ocurre dentro del ecosistema digital.

  • Documentar los procesos para escalar y replicar con confianza.

 

 

¿Por qué es fundamental antes de automatizar?

Automatizar sin gobernanza es como construir un edificio sin planos. Puede parecer funcional al principio, pero cuando surgen cambios, errores o necesidades de escalar, todo se desmorona.

Algunas problemáticas frecuentes cuando no hay gobernanza:

  • Accesos indiscriminados: Cualquier persona puede modificar flujos o conectarse a herramientas sensibles, poniendo en riesgo datos y operaciones.

  • Falta de trazabilidad: No hay registro claro de quién modificó qué ni cuándo.

  • Dependencia de personas clave: Si quien creó una automatización deja la empresa, nadie sabe cómo funciona ni cómo mantenerla.

  • Procesos desactualizados o duplicados: Sin documentación ni control de versiones, se multiplican las automatizaciones que hacen lo mismo… o que ya no deberían estar activas.

En cambio, con una estrategia de gobernanza bien definida, la automatización se convierte en un motor de escalabilidad, capaz de crecer sin poner en jaque la operación.

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Pilares de una buena gobernanza tecnológica en automatización

A continuación, repasamos los pilares esenciales que debe contemplar cualquier modelo de gobernanza en procesos automatizados:

1. Control de accesos

No todos deben poder hacer todo. Definir roles y permisos dentro de las plataformas de automatización es clave para mantener el orden. Por ejemplo, limitar quién puede crear o editar escenarios, quién puede ejecutar pruebas o quién tiene acceso a información sensible como claves API o credenciales.

Esto no solo protege los sistemas, sino que también genera trazabilidad sobre la actividad de cada usuario.

2. Documentación estructurada

Cada flujo automatizado debe contar con su documentación correspondiente. Esto incluye:

  • Objetivo del flujo

  • Herramientas que integra

  • Responsables funcionales y técnicos

  • Inputs y outputs

  • Fecha de última actualización

Una documentación clara permite replicar, auditar y mantener procesos con mayor facilidad, incluso cuando cambian los equipos.

3. Propiedad de los flujos

Toda automatización debe tener un "dueño" definido: una persona o equipo responsable de su monitoreo, mantenimiento y mejora continua.

Esto evita la desresponsabilización y asegura que los flujos no queden huérfanos ante cambios internos.

4. Auditoría y control continuo

Implementar herramientas y prácticas que permitan monitorear el uso de los flujos, su rendimiento y sus errores en tiempo real. La auditoría también incluye la revisión periódica de procesos para validar si siguen siendo necesarios o eficientes.

5. Ambientes separados: desarrollo, testing y producción

Contar con ambientes diferenciados permite realizar pruebas sin afectar el entorno real. Esta práctica, común en el desarrollo de software, también aplica a la automatización: reduce errores y asegura que los cambios sean evaluados antes de ponerse en marcha.

 

 

¿Cómo aplicar esta gobernanza en herramientas como Make?

En el ecosistema de automatización no-code, Make es una de las plataformas más utilizadas por empresas que buscan conectar herramientas y escalar sus procesos sin escribir una línea de código. Pero para que esa escalabilidad sea sostenible, es necesario apoyarse en prácticas de gobernanza tecnológica.

Una de las funcionalidades más potentes en ese sentido es Make Grid: una vista avanzada que permite visualizar, categorizar y administrar todos los escenarios (automatizaciones) de una cuenta. Algunas de sus ventajas:

  • Ver en un solo lugar quién creó cada flujo y cuándo fue su última edición.

  • Filtrar escenarios por herramientas conectadas, estado o categoría.

  • Identificar automatizaciones inactivas o con errores.

  • Gestionar permisos de usuario y propiedad de flujos.

  • Detectar duplicidades o integraciones innecesarias.

Con esta funcionalidad, las empresas pueden tomar decisiones con mayor información y orden, evitando el caos que suele acompañar a la hiperautomatización sin control.

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Buenas prácticas para implementar una gobernanza tecnológica efectiva

Si tu empresa está dando sus primeros pasos hacia la automatización —o si ya automatizaste y necesitás ordenar el crecimiento— estas recomendaciones pueden ayudarte a construir un modelo de gobernanza sólido:

  1. Establecé una política interna de automatización. Documentá roles, reglas y procesos.

  2. Creá una plantilla de documentación para cada flujo. Facilitá su replicación.

  3. Asigná responsables técnicos y funcionales a cada automatización. Que nadie se “olvide” de un proceso.

  4. Usá herramientas de control centralizado como Make Grid. Para tener visibilidad de toda la operación.

  5. Hacé auditorías trimestrales. Revisá qué flujos siguen vigentes, cuáles no y qué se puede mejorar.

  6. Capacitá a tu equipo. Que todos comprendan la importancia de automatizar con criterio y orden.

 

 

Conclusión: gobernar antes que automatizar

La automatización no debería ser una reacción desordenada ante cuellos de botella operativos, sino una estrategia planificada, construida sobre un marco de gobernanza clara.

Empresas que automatizan sin gobernar se enfrentan tarde o temprano a fallas, dependencias riesgosas o caos en la operación. En cambio, aquellas que implementan una gobernanza tecnológica desde el inicio construyen bases sólidas para escalar de forma segura, eficiente y sostenible.