La vida es un constante cambio. Un día estamos en pandemia y al otro día el mercado es completamente distinto e incierto, por lo que plantea un montón de desafíos para las empresas que desean no perder posicionamiento de marca y atraer a más público.
Si tuviéramos que hacer un balance de lo que fue esta primera parte del año, el segundo desde que comenzó la pandemia, seguramente tendremos opiniones encontradas entre los empresarios.
Mientras para algunos significó un retroceso en su rentabilidad y crecimiento, para otros supuso la oportunidad de explorar nuevas alternativas de trabajo mediante la adaptación a las nuevas tecnologías de accesos remotos. Entre otras cosas.
Pero acabamos de pasar la segunda mitad del año y se hace necesario prepararse para enfrentar nuevos desafíos para lo que resta.
Si la primera parte fue difícil para Latinoamérica y el resto del mundo por el recrudecimiento de la pandemia, entre segunda y tercera ola de coronavirus, y una campaña de vacunación que opera a contra reloj para ganarle a las distintas mutaciones que pretenden vencer las barreras de la inmunidad de las vacunas, la segunda mitad del año abre un nuevo interrogante en el futuro de las empresas tras la pandemia.
¿Cuándo volveremos a la normalidad, si es que podemos hablar de la normalidad que conocíamos? ¿Lograremos la inmunidad de rebaño con la masiva campaña de vacunación? ¿En qué van a enfocarse las empresas para afrontar los meses que nos quedan de este 2021?
Todas estas preguntas y más nos surgen cada día, y ciertamente las respuestas cambian conforme el escenario del mundo también cambia. Porque si de algo estamos seguros es de que el futuro es incierto y los científicos no pueden estimar cuándo se erradicará la pandemia. Lo más probable es que tengamos que continuar conviviendo con ella un tiempo más esperando más variantes del mismo virus.
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Por consiguiente, no nos quedará más remedio que adaptar la actividad empresarial a las medidas que vayan implementándose por país, según el riesgo sanitario que atraviesen.
Lamentablemente, los países latinoamericanos son los que poseen menos recursos para hacerle frente a los estragos de la pandemia, pero en Europa tampoco está mejor la situación con la tercera ola, que está resistiendo la barrera de inmunidad generada por la vacunación.
Hemos enfrentado grandes desafíos durante el primer año de la pandemia y nuevamente debemos repetir el esquema del año anterior en materia de protocolos y cuidados sanitarios, para evitar el contagio masivo del personal.
Quizá muchas empresas fueron demasiado optimistas con respecto a la situación que nos tocaría vivir este 2021, creyendo que a esta altura ya habríamos alcanzado la inmunidad de rebaño que nos devolviera la normalidad tan ansiada para continuar con el ritmo sostenido que teníamos antes de comenzar la pandemia. Pero estamos aún lejos de lograr eso.
Por lo tanto, solo resta prepararnos lo mejor posible para enfrentar la segunda mitad del año, aunque podemos enfocarnos en algunas cuestiones que serán de vital importancia para el desarrollo empresarial.
El efecto pandemia introdujo una suerte de malestar general y desgano que se tradujo en una “inapetencia consumista” del cliente ante la falta de motivaciones para comprar. Es hora de estimular a los clientes con ideas para que adviertan los escenarios en los que sí pueden necesitar adquirir un producto o contratar un servicio.
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Ya desde antes de la pandemia había herramientas tecnológicas que estaban demostrando su efectividad en el trabajo remoto. Con la situación actual, la búsqueda de soluciones digitales se convirtió en una necesidad de permanencia, además que se descubrieron incontables beneficios tras su implementación, como la reducción de costos y un aumento exponencial de la productividad.
Tanto se viene hablando de una nueva normalidad desde hace un año, que por lo visto para las empresas se pone de manifiesto en la implantación del trabajo remoto y, para no hacer tan brusca la transición, en la modalidad híbrida.
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Se viene trabajando más de un año bajo estas modalidades y todo indica que seguiremos usándolas por tiempo indefinido. Inclusive, muchas empresas decidirán en el futuro decantarse por oficinas personales, en donde la interacción sea solo virtual. En definitiva e independientemente del alcance de la inmunidad generada por las vacunas, las empresas no ven tan mal el trabajo remoto con o sin pandemia.
Sigue los pasos de Galperín al salir de YPF y no pongas límites a tus sueños creando una tienda de comercio electrónico. Los consumidores compran ahora todo de forma online. Por lo tanto, la mejor forma de superar la crisis económica a nivel mundial que generó la pandemia es acercar los productos a la gente, pero cuidándola.
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Si aún después de experimentar el trabajo remoto sientes que no existe nada como el trabajo presencial, te gustará saber que manteniendo los estrictos protocolos las oficinas pueden volver a abrir sus puertas. Volverán esas charlas de café por las mañanas, los almuerzos grupales y las reuniones presenciales que nos conectan más.
Aunque parezca irreal, aun en los escenarios de mayor incertidumbre, como es el caso de la pandemia, la planificación estratégica es una variable que nunca debe faltar en tu empresa. Quizás no de la misma forma y no a tan largo plazo. Una planificación más dinámica y factible de ajustes.
Siempre es bueno planificar, somos unos defensores acérrimos de la planificación estratégica, y lo que hay que variar son los tiempos. Por supuesto, que hoy hacer un plan estratégico a 3 años puede sonar irreal, pero ir planificando a 1 año, 6 meses o incluso a 1 mes es fundamental. Luego, semana a semana, revisar esas planificaciones.
Por último, es imperioso evitar la improvisación y sobre todo desanimarnos. Como líderes de nuestras organizaciones tenemos que mantener una mentalidad positiva y con fuerza para adaptarse a lo que vendrá en esta mitad de año que nos queda, pero de ninguna manera improvisar.