El PM4R (Project Management for Result), por sus siglas en inglés, o Gestión para Resultados es una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo, a través del instituto interamericano para el Desarrollo Económico y Social, a fin de fortalecer las capacidades de gestión de proyectos en la región de América Latina y el Caribe. Su objetivo es lograr el éxito de los proyectos de desarrollo, en relación con los elementos de tiempo, costos y calidad.
Los proyectos de desarrollo tienen como objetivo tratar de beneficiar al mayor número de actores en la sociedad; es decir, además de generar el beneficio económico, todo proyecto de desarrollo normalmente busca producir el mayor impacto o retorno social. En este sentido, los proyectos de desarrollo deben estar relacionados con las estrategias de desarrollo de cada país para asegurar un mayor impacto.
Las entidades financiadoras contribuyen al financiamiento de aquellos proyectos que están dentro de las estrategias de desarrollo del país y de las prioridades programáticas sectoriales. La gestión de proyectos permite comunicar las expectativas y los resultados de forma clara y concisa, propicia un ambiente de trabajo en equipo, puesto que facilita la comunicación con un lenguaje común, y provee las herramientas necesarias para utilizar los recursos del proyecto de la forma más eficiente posible.
La necesidad de metodologías y procedimientos en la gestión de proyectos de desarrollo surge a partir de la industria de la construcción y la tecnología, que buscaba gestionar los proyectos en menos tiempo y de manera más efectiva y eficiente en sus procesos , con el propósito de lograr mejores resultados económicos, ahorrando dinero y recursos.
Dentro de la gestión para resultados en el desarrollo, la gestión de proyectos es una de las competencias claves. Por un lado, permite asegurar que los proyectos seleccionados mantengan su contribución a los objetivos estratégicos de los países y las entidades financiadoras del proyecto; por el otro, posibilita evaluar que los resultados esperados se hayan definido a partir de una priorización adecuada: primero, se determinan los resultados y, luego, la combinación de recursos para lograrlos.