La secuencia de Fibonacci es una sucesión infinita de números naturales, descrita por primera vez por el matemático italiano Fibonacci en el siglo XIII. Esta serie numérica empieza con 0 y 1, siguiendo con la suma de los dos números anteriores hasta el infinito: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233.
La secuencia de Fibonacci forma parte de numerosos sistemas, incluso de la naturaleza, por ejemplo, se encuentra en la disposición de las ramas de los árboles, los pétalos de las flores y las hojas de un tallo, siendo el girasol el ejemplo más preciso. Cada uno de los números de Fibonacci se acerca a la llamada proporción áurea, proporción dorada o número de oro, lo que representa la perfección geométrica natural.
Esta serie de números consta de una proporción que ha sido utilizada por siglos en numerosas áreas, desde la arquitectura, el arte, y en nuestros días incluso hasta en el análisis bursátil y las áreas de programación.
Hacia el año 1202, Leonardo de Pisa (Fibonacci) era un joven italiano que, en sus viajes a Oriente, descubrió la existencia de los números arábigos. A su regreso, escribió el libro “Liber Abaci”, en el que trasladó los saberes matemáticos de los orientales a Europa.
Fibonacci promovía el nuevo sistema de números, considerándolo más fácil para las habilidades comerciales que los números romanos utilizados en su época. La inquietud que lo llevó a postular la famosa secuencia que lleva su nombre, era conocer sobre los hábitos de apareamiento de los conejos. Fibonacci llegó a la conclusión que:
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La regla matemática de la secuencia de Fibonacci tiene múltiples aplicaciones en la actualidad, y es de gran utilidad para trabajar en proyectos con metodología Scrum.
En este caso, se utiliza para la evaluación de esfuerzo de tareas con los llamados storys points. Forman parte de una técnica de estimación llamada Planning Poker, usando las cartas del popular juego.
En Scrum se hacen estimaciones en el sprint en los que se evalúa qué trabajo puede ejecutarse con éxito con el equipo. Al trabajar con estos puntos, se trata de una valoración propia y particular del equipo que abordará la tarea y su dificultad. En estos casos, la secuencia de Fibonacci sirve para otorgar puntos y, de esta forma, estimar la complejidad para poder trabajar con sprints de entre 1 y 4 semanas, ya que éstos son cíclicos: cuando uno termina, otro comienza.
Cuando se efectúa una reunión de planificación de sprint, el proceso de estimación de puntos consta de distintas etapas. En la primera, quien ocupa el cargo de Product Owner (PO) y el Scrum Master en conjunto con el equipo buscan estimar las historias de usuarios. Luego, cada miembro del equipo estima un número de la secuencia de Fibonacci que cree que puede representar la complejidad de la tarea y el esfuerzo que puede sobrellevar. Posteriormente, todos los miembros del equipo muestran el número que han elegido. El equipo se pondrá de acuerdo para elegir un número: de esta forma, todos estarán implicados y serán responsables del éxito o fracaso del sprint ya que la estimación se basa en el consenso.
En estos casos, la distancia entre los números refleja que la incertidumbre propia de la estimación crece proporcionalmente con el tamaño del elemento. Además, se mantiene el cero para los elementos que no requieren esfuerzo.
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La secuencia de Fibonacci, aún a siglos de su formulación, tiene implicancias prácticas en la vida diaria y particularmente, dentro de la gestión de proyectos. Históricamente, esta sucesión de números ha ayudado a poder hacer estimaciones.
La razón del éxito de la secuencia de Fibonacci radica en que, después de los dos primeros números, cada número es aproximadamente un 60% más grande que el valor anterior. Entonces, los valores de Fibonacci funcionan bien ya que aumentan aproximadamente en la misma proporción cada vez.