El término cuadro de mando integral o balanced scorecard (BSC, por sus siglas en inglés) se refiere a una métrica de desempeño de la gestión estratégica utilizada para identificar y mejorar varias funciones comerciales internas y sus resultados externos resultantes. Usados para medir y brindar retroalimentación a las organizaciones, los cuadros de mando integrales son comunes entre las empresas de los Estados Unidos, el Reino Unido, Japón y Europa.
La recopilación de datos es crucial para proporcionar resultados cuantitativos a medida que los gerentes y ejecutivos recopilan e interpretan la información. El personal de la empresa puede utilizar esta información para tomar mejores decisiones para el futuro de sus organizaciones.
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El académico de contabilidad Dr. Robert Kaplan y el ejecutivo de negocios y teórico Dr. David Norton introdujeron por primera vez el concepto de cuadro de mando integral (Balanced Scorecard). Harvard Business Review lo publicó por primera vez en el artículo de 1992 "El cuadro de mando integral: medidas que impulsan el rendimiento". Tanto Kaplan como Norton trabajaron en un proyecto de un año de duración en el que participaron 12 empresas de alto rendimiento. Su estudio tomó medidas de desempeño previas y las adaptó para incluir información no financiera.
Los BSC originalmente estaban destinados a empresas con fines de lucro, pero luego se adaptaron para organizaciones sin fines de lucro y agencias gubernamentales. Tiene por objeto medir el capital intelectual de una empresa, como la formación, las habilidades, el conocimiento y cualquier otra información propia que le otorgue una ventaja competitiva en el mercado.
El modelo de cuadro de mando integral refuerza el buen comportamiento en una organización al aislar cuatro áreas separadas que deben analizarse. Estas cuatro áreas, también llamadas piernas, involucran:
El balanced scorecard se utiliza para recopilar información importante, como objetivos, medidas, iniciativas, que resultan de estas cuatro funciones principales de una empresa. Las empresas pueden identificar fácilmente los factores que obstaculizan el rendimiento comercial y delinear los cambios estratégicos que se rastrearán en los cambios de mando futuros.
El cuadro de mando puede proporcionar información sobre la empresa en su conjunto al ver los objetivos de la empresa.Una organización puede utilizar el modelo de cuadro de mando integral para implementar el mapeo de estrategias para ver en dónde se agrega valor en una organización.
Una empresa puede utilizar BSC para desarrollar sus iniciativas y objetivos estratégicos. Esto se puede realizar mediante la asignación de tareas y proyectos a diferentes áreas de la empresa para impulsar la eficiencia financiera y operativa, mejorando así el resultado final de los objetivos empresariales.
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La información se recopila a partir de cuatro aspectos de un negocio:
Estas cuatro patas abarcan la visión y la estrategia de una organización y requieren una gestión activa para analizar los datos recopilados.
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Hay muchos beneficios al usar un cuadro de mando integral. A continuación, enumeramos los más importantes.
Por ejemplo, el BSC permite a las empresas agrupar información y datos en un solo informe en lugar de tener que lidiar con múltiples herramientas. Esto permite que la gerencia ahorre tiempo, dinero y recursos cuando necesitan ejecutar revisiones para mejorar los procedimientos y las operaciones.
Los cuadros de mando proporcionan a la dirección información valiosa sobre el servicio y la calidad de su empresa, además de su historial financiero. Al medir todas estas métricas, los ejecutivos pueden capacitar a los colaboradores y otras partes interesadas y brindarles orientación y apoyo. Esto les permite comunicar sus objetivos y prioridades para cumplir sus objetivos futuros.
Otro beneficio clave de los BSC es cómo ayuda a las empresas a reducir su dependencia de las ineficiencias en sus procesos. Esto se conoce como suboptimización. Esto a menudo resulta en una reducción de la productividad o la producción, lo que puede conducir a mayores costos, menores ingresos y un desglose de las marcas de la empresa y su reputación.
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Los cuadros de mando integrales permiten a las empresas medir su capital intelectual junto con sus datos financieros para desglosar los éxitos y fracasos en sus procesos internos. Al recopilar datos del desempeño anterior en un solo informe, la gerencia puede identificar ineficiencias, diseñar planes de mejora y comunicar objetivos y prioridades a sus colaboradores y otras partes interesadas.
Las corporaciones pueden usar sus propias versiones internas de BSC. Por ejemplo, los bancos a menudo se comunican con los clientes y realizan encuestas para medir qué tan bien se desempeñan en su servicio al cliente. Estas encuestas incluyen la calificación de visitas bancarias recientes, con preguntas que van desde los tiempos de espera, las interacciones con el personal del banco y la satisfacción general.
También pueden pedir a los clientes que hagan sugerencias para mejorar. Los gerentes del banco pueden usar esta información para ayudar a capacitar al personal si hay problemas con el servicio o para identificar cualquier problema que tengan los clientes con los productos, procedimientos y servicios.
Balanced scorecard es, en definitiva, una herramienta métrica que permite medir el desempeño de la gestión estratégica con el fin de mejorar los procesos comerciales y los resultados externos de las organizaciones. Ayuda también a identificar posibles obstáculos o fallas durante la realización de los procesos por parte de los colaboradores. Para obtener estas métricas, los ejecutivos deberán recopilar información, analizarla para facilitar la toma de decisiones orientada a mejorar la productividad de los procesos y aumentar la calidad del servicio al cliente.