Toda estrategia representa un cimiento fundamental para una organización, por lo que su solidez y alineación con los objetivos estratégicos le permitirá mantenerse bien encaminado hacia el logro de sus metas organizacionales. Una de las estrategias más valoradas para marcar la diferencia en la gestión es la matriz océano azul. Sirve como una fórmula para que apliquen las empresas cuyos productos o servicios son similares y pueden ser ofrecidos en el mismo mercado.
Es la búsqueda simultánea de marketing de diferenciación y reducción de costos, con el objetivo de abrir un nuevo espacio de mercado y crear una nueva demanda. Dicha estrategia está basada en una visión en la cual las fronteras del mercado y las estructuras de la industria, llamadas océanos rojos, no están construidas ni son estáticas. A partir de las acciones y creencias de quienes participan de la industria se pueden reconstruir estas medidas.
El océano rojo representa todas las industrias existentes en la actualidad bajo la denominación de mercado. En este espacio, las fronteras están bien definidas y son socialmente aceptadas por las personas que la integran. Los océanos rojos operan con la lógica de superar a los competidores para obtener un mayor porcentaje de demanda actual. Mientras más demanda tenga el mercado, menos posibilidades habrá de conseguir ganancias altas y acelerar el crecimiento, por lo que, en un mar abarrotado de competidores, las empresas al atacarse entre sí provocarán una competencia sangrienta que teñirá el mar de rojo. De ahí la metáfora con estrategia de mar azul y de mar rojo como reflejo del estado del mercado.
En un mercado superpoblado de demanda donde los competidores se destrozan para ganar posicionamiento, la estrategia más adecuada es promover océanos azules, que es básicamente aprovechar los mercados menos explorados por la competencia. En este sentido, los océanos azules constituyen todas las industrias que aún no existen o que menos se han incursionado.
En este tipo de mercados la demanda es creada, por lo que no obliga a las empresas pelear por ella y entonces no se produce la competencia sangrienta de los océanos rojos. Al tener escasísima demanda o directamente no tener, los océanos azules permiten que los negocios crezcan más rápido que si se disputaran en un océano rojo repleto de tiburones.
Existen dos maneras de crear océanos azules, la primera es crear una industria nueva por completo que no tenga origen en otra industria. Un ejemplo de esto es eBay, la industria de las subastas en línea. La segunda es crear un océano azul a partir de un océano rojo, que se trata de la gran mayoría de las industrias. Para lograr este cambio exitosamente, normalmente, las empresas buscan alterar las fronteras de una industria ya existente y lanzar algo diferente pero partiendo de una base ya establecida. Un ejemplo de este caso es la empresa de automóviles Ford, que difuminó las fronteras entre los carruajes y los primeros automóviles. Al unir estas dos industrias, la empresa logró crear un espacio diferente sobre el cual se establecieron nuevas fronteras.
En primera instancia, los océanos rojos simbolizan los mercados existentes, en tanto que los océanos azules representan los nuevos mercados, ya sea creados a partir de un existente o introducidos sin base previa. Se destacan 3 diferencias principales entre un océano rojo y un océano azul:
Océano rojo:
Océano azul:
Todas las industrias, productos y servicios existentes en la actualidad alguna vez fueron nuevos, por lo que todos los modelos de negocio fueron vanguardistas en su momento y asimismo había poca competencia. Con el paso de los años, las distintas industrias innovadoras en un principio, comenzaron a crecer y a llenarse de empresas de determinada industria, lo que facilitó la competencia.
Esto pone en evidencia que en un inicio todas las industrias comenzaron con un océano azul y que, conforme avanzaban y se hacían fuertes en el mercado, del mismo modo avanzaban cada vez más las empresas hasta conformar ese océano rojo que hoy conocemos. En la actualidad, si bien es posible crear océanos azules, siempre van a ser más esporádicos que los rojos, y para lograr uno es necesario, o ser muy disruptivo o tomar algo ya creado y modificarlo creativamente.
Para salir del océano rojo y zambullirse en el océano azul, es recomendable conocer los 6 caminos de la matriz azul.
Analiza todas las opciones dentro y fuera de la industria. Para esto, es necesario potenciar las alternativas de ideas creativas que ofrece una determinada empresa.
Se deben analizar los factores que influyen en las decisiones de los clientes para continuar atendiendo al mismo grupo estratégico o probar con uno diferente.
Permite analizar quiénes componen los grupos de compradores de una marca y decidir si es preciso redireccionar o reformular las estrategias con alguno o con todos los participantes.
Debe enfocarse en el recorrido del comprador para conocer los hábitos de consumo de los clientes potenciales, a fin de poder crear productos o servicios más centrados en sus necesidades y objetivos.
Busca replantear la manera en que la marca apela a la dualidad función emoción que el mismo producto o servicio ofrece. A partir de allí, se puede equilibrar la estrategia en función de los intereses de la empresa.
Se encarga de definir las estrategias externas que impactan en el negocio a largo plazo. Una vez definidas las estrategias, el paso siguiente es generar un plan que ayude a enfrentar los cambios del entorno.
La matriz océano azul es una estrategia de mercado que permite explorar nuevos modelos de negocio dentro del océano rojo de las industrias ya existentes y estables. Busca aprovechar las necesidades que van surgiendo de los consumidores para generar nuevos productos o servicios preferentemente únicos, a fin de evitar caer el mercado competitivo del océano rojo.