El año dio la vuelta y ya estamos próximos a concluirlo. A lo largo de estos 12 meses hubo de todo, una pandemia que permanece entre las sombras y no remite del todo y una guerra rusa que casi pone en jaque al mundo entero. Debido a estas circunstancias y las que generaron como consecuencia en el mundo empresarial, no es casualidad que las personas a esta altura del año, faltando tan poco para festejar el cambio de año, la mayoría esté sufriendo de estrés de fin de año y los responsables de recursos humanos estén preocupados por el impacto de esta enfermedad en la productividad.
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La sobrecarga de trabajo, la falta de descanso, el ritmo vertiginoso de las reuniones con clientes, los embotellamientos para los que trabajan presencial, las jornadas extendidas para los que trabajan en remoto, la ansiedad por cumplir con los plazos de un objetivo, la familia que demanda atención, las cuentas por pagar. Estos y más problemas abruman la mente de los trabajadores desestabilizando sus emociones, lo que los hace un blanco fácil para el estrés y algunas enfermedades derivadas como el síndrome de Burnout.
Una situación estresante puede generar numerosos problemas en la vida de una persona, como así también en su desempeño laboral. Por eso, en este artículo, buscamos entender el estrés de fin de año como factor inhabilitante y su impacto en la productividad de los colaboradores.
El estrés es un sentimiento o sensación de tensión física o emocional cuyo origen puede deberse a cualquier situación que genera frustración, ansiedad o depresión. Patológicamente, el estrés es la reacción del cuerpo ante un desafío o demanda. Cabe señalar que no todo el estrés es necesariamente malo o peligroso. Un estrés en pequeñas dosis puede ser positivo para estimular el rendimiento o evitar situaciones de peligro porque ayuda a sacar lo mejor de uno para asegurar la propia supervivencia, pero el estrés extendido en el tiempo deja de ser saludable.
Esto podría transmitir la idea de que el estrés de fin de año es normal y que simplemente pasa una vez que las fiestas de fin de año llegan a su fin. Si bien esto es cierto, hasta cierto punto, no debemos subestimar este estrés en particular porque puede impactar negativamente en la vida personal y en el trabajo reduciendo la productividad.
En la vida personal el estrés de fin de año puede generar mayor ansiedad por la proximidad de la época navideña, los gastos de las compras y la organización de la cena familiar, que no deja de ser una situación estresante porque no siempre la familia está unida afectivamente o pueden reunirse todos para estas fechas.
Pero además el estrés de fin de año puede influir en la vida laboral haciendo que cumplir con las tareas que se nos asignan o que sabemos que tenemos que cumplir nos cueste el doble o el triple que en cualquier otra época del año. Como la mente tiende a acumular pensamientos de diversa índole, las personas tienden a colapsar en algún punto y sentirse más desganadas o saturadas después de un año de mucho trabajo.
A esto hay que agregar que todavía el mundial no terminó, por lo que millones de personas en el mundo esperan expectantes el desenlace de esta competencia futbolística. Entonces, si sumamos la presión del trabajo porque estamos a fin de año y a menos de un mes del periodo vacacional, la presión social de organizar las fiestas de Navidad y Año Nuevo y la adrenalina de los últimos partidos del mundial, realmente podemos llegar a vivir una época muy estresante que puede repercutir, quiérase o no, en la vida laboral frenando la productividad.
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Si estamos estresados en cualquier época del año, es lógico que nos sintamos con poca energía y que muchas veces nuestros esfuerzos no rindan sus frutos. Cuando esto sucede, estamos más susceptibles que de costumbre y todas las emociones negativas desbordadas tienden a trasladarse al ámbito laboral, perjudicando nuestro desempeño. Como es el espacio de oficina uno de los lugares en que más tiempo a la semana permanecemos, si el estrés nos sobrepasa realmente podemos llegar a odiar estar en la oficina.
Odiar el espacio de oficina es el primer indicio para odiar todo lo que se vincula directa o indirectamente con el trabajo que realizamos. Si bien el estrés de fin de año parece ser una circunstancia meramente estacional, si se repite en el tiempo y los líderes empresariales no toman las acciones pertinentes, puede dejar de ser un estado transitorio para convertirse en un problema permanente.
Como consecuencia de esto, una mala experiencia laboral producto del estrés puede provocar un incremento de la rotación de colaboradores, abrumados ante la falta de contención humana de la empresa para intentar identificar las causas de ese estrés y así encontrar la solución adecuada para poder remediarlo. Es por eso que las empresas no deben subestimar el estrés de fin de año y pensar de antemano estrategias para evitarlo o reducir su impacto.
Las acciones que se pueden realizar desde una organización para ponerle un alto al estrés de fin de año son diversas, pero aquí seleccionamos 4 bastante sencillas y fáciles de implementar
1. Mantener el equilibrio entre la vida personal y la vida laboral.
Dado que muchas veces las personas no son capaces de poner límites, se sobreexigen tanto para demostrar que son autosuficientes que llegan a sacrificar descanso y tiempo personal para superar con creces los objetivos de trabajo. Sin embargo, lejos de significar esto una mejora en el desempeño genera el efecto contrario debido al desgaste físico y mental que produce. Es preferible que en esta época del año los colaboradores cumplan solo con lo mínimo indispensable pero lo hagan bien antes que fracasen intentando trabajar más de lo que su capacidad de resistencia lo permite.
2. Implementar la modalidad híbrida o remota.
Si en tu empresa se establece mayormente la modalidad presencial para trabajar, puede ser un gran paliativo para el estrés de fin de año realizar las labores desde la casa o por lo menos fuera de la oficina, es decir, cambiar de aire. Como señalamos al principio, ya demasiado tiempo ocupamos en la oficina como para aumentar el tiempo de estadía allí.
3. Planificar con bastante tiempo de anticipación.
Una medida efectiva para evitar el estrés de fin de año de los colaboradores es planificar las actividades del área con anticipación para finalizar el año con tranquilidad sabiendo que se cumplieron con los objetivos de la organización antes del cierre de año. De lo contrario, habrá más tareas por hacer que se acumularán a último momento, lo que aumentará aun más el estrés y la ansiedad por entregar todo a tiempo.
4. Organizar un festejo de fin de año para homenajear a los colaboradores.
Finalmente, las personas que pertenecen a una organización a esta altura del año empiezan a contagiarse del clima de las fiestas, por lo que es el mejor momento para organizar una reunión de fin de año para celebrar los objetivos alcanzados durante el año y proyectar los nuevos objetivos para el próximo.
La idea con esa reunión es que sea un brindis y cena donde también los colaboradores se sientan partícipes de esos logros y obtengan el reconocimiento merecido. En dicho evento puedes realizar sorteos, premiaciones al esfuerzo, organizar actividades en conjunto que fortalezcan el sentido de pertenencia y un largo etcétera.
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En definitiva, el estrés de fin de año en los colaboradores se puede controlar si se ejecutan acciones preventivas, como planificar con antelación, mantener el equilibrio entre lo laboral y lo personal, aplicar la modalidad híbrida, organizar reuniones distendidas y además estar atento/a a cómo se sienten, estando allí cuando necesiten apoyo humano. Esto evitará que este estado se prolongue en el tiempo y afecte la productividad y motivación de los colaboradores. Ante todo, debemos entender que somos seres humanos y no estamos obligados a estar 24/7 al 100%, pero podemos estar lo mejor posible con los recursos que tenemos.