La Metodología Lean es una nueva forma de gestión de los procesos que se desarrollan en una empresa. Básicamente, su objetivo es limpiar todas aquellas actividades que no aportan nada y obtener a cambio un producto y experiencia final de calidad para el cliente.
Esta metodología tiene su origen en la empresa Toyota, se ideó en 2011 para las empresas punteras en tecnología, pero con el paso del tiempo se ha demostrado que es aplicable en cualquier sector, persona o empresa que desee introducir o mejorar un producto o servicio en el mercado.
Su objetivo principal está basado en buscar una mayor satisfacción de los clientes empleando el menor número de recursos posibles y eliminando los desperdicios que no aportan valor al producto final, es decir mejorar la productividad. A estos se los denomina MUDA.
El método se centra en ahorrar medios y esfuerzos para fabricar los productos específicos que necesitan los clientes. Con este método se reduce la sobreproducción, el exceso de procesado o los tiempos de espera que inciden de forma negativa en el resultado final.
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Pero, ¿qué beneficios obtendré al aplicarla en mi empresa? En realidad, existen multitud de ventajas derivadas de aplicar la metodología Lean en las empresas. Entre ellas, cabe destacar que mejoran la productividad porque se ocupan de la búsqueda de ‘cero defectos’. Además de este, existen otros beneficios como:
Al optimizar los procesos de producción, se consiguen más servicios o productos. Y, tras eliminar los gastos innecesarios, se reducen los costes.
Se dispone de más recursos y de más tiempo para la mejora de los productos. También de un producto mínimo viable que cumple las necesidades y expectativas del público específico y se le entrega en el momento adecuado.
El emprendedor tiene un riesgo menor porque toma las decisiones sobre datos y no sobre apreciaciones.
Existe una mayor carga de trabajo comercial que implica una disponibilidad inmediata de los productos, además de que se reducen los artículos defectuosos o el tiempo de inactividad.
Con este modelo de gestión se minimizan los despilfarros y se reduce la sobreproducción, permitiendo un ahorro en la administración del inventario.
Todos los empleados se sienten parte del proceso completo y se reduce la tasa de fracaso.
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En conclusión, a la hora de decidir implementar esta metodología es primordial que tengas en cuenta estos puntos clave: