Cuando hablamos de industria 4.0 estamos haciendo referencia a la cuarta revolución industrial, para hacerlo más simple, para llegar hasta aquí hemos pasado por otras tres fases que veremos a continuación de manera rápida y superficial:
En la actualidad con la aparición de la cuarta revolución industrial se digitalizan todos los procesos de producción mediante las TIC (Tecnologías de la Información y comunicación) y la conexión a Internet.
Por lo tanto, podemos decir que, la industria 4.0, consiste en la digitalización de la industria y todos los servicios relacionados con la empresa.
Lo más destacado de este nuevo tipo de industria es la automatización. Especialmente este punto se destaca en las grandes industrias, ya que permite interconectar las unidades de producción, crear redes de producción digital y utilizar los recursos de forma mucho más eficiente.
La automatización iniciada por la Industria 4.0, no solo permite aumentar la competitividad o la productividad de tu empresa al permitirte realizar el trabajo más rápido, sino que además reduce costos.
Existen otras ventajas que pueden ser asociadas a la automatización mediante el uso de herramientas tecnológicas. Algunas de ellas son:
Es decir, la industria 4.0 es una nueva manera de producir que es automática, independiente y controlable desde cualquier lugar. Se logra con la incorporación de tecnologías 4.0 que conectan el mundo físico con el virtual a través de Internet. Así, las empresas pueden acceder a grandes cantidades de datos en tiempo real y tomar mejores decisiones en todo el proceso productivo: desde el diseño y la fabricación hasta la distribución y comercialización de productos y servicios.
Entonces, ¿qué es lo que debemos tener en nuestra empresa para poder pertenecer a la industria 4.0? Para ello debemos tener nuestras máquinas, dispositivos y nuestro personal conectados y comunicados entre sí. Utilizar distintos tipos de modos para recolectar datos del mundo físico y almacenarlos de manera virtual, pero por sobre todas las cosas, deberemos automatizar tanto las tareas operativas y riesgosas así como también las decisiones y respuestas sencillas.
En definitiva, la Industria 4.0 va encaminada hacia la mejora continua y a una mayor adaptabilidad a las necesidades y expectativas de los clientes, mejora de la eficacia y eficiencia, tanto de los procesos como del trabajo realizado, y ayuda en el ahorro de recursos materiales y la reducción de costos. Todo esto, nos lleva hacia una necesidad urgente por parte de las empresas de adaptarse a esta nueva etapa tecnológica.