A diferencia de las grandes empresas ya consolidadas en el mercado, las pymes tienen que enfrentar circunstancias más desafiantes, generalmente vinculadas a la necesidad de financiamiento para solventar su negocio. Para sobrevivir, estas empresas requieren activos reales, tangibles e intangibles para desarrollar su actividad y generar ingresos. Entonces, se ven en la necesidad de emitir activos financieros, deuda y capital, con el único objetivo de obtener fondos.
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Estos activos financieros deberán utilizarse a la vez en la adquisición de activos reales. Tanto el financiamiento por deuda como el financiamiento por capital son formas de recaudar dinero para mantener a flote un negocio. En el caso de la deuda, una empresa va a solicitar un préstamo financiero con intereses a una entidad bancaria, mientras que con el financiamiento por capital, la compañía vende parte de su propiedad a un inversionista privado a cambio de capital.
Si bien ambas modalidades son efectivas y proporcionan soluciones financieras necesarias, debes tener en cuenta que no todas las pymes se encuentran en el mismo estadio evolutivo. Por consiguiente, habrá algunas empresas a las que les convenga más agarrar una deuda, en tanto que para otras será recomendable vender una acción de la compañía. En este artículo, te ayudamos a sopesar las ventajas y desventajas del financiamiento con deuda, sus diferencias con el financiamiento con capital y en qué situación es viable solicitarlo.
La financiación mediante deuda es el proceso por el cual se obtiene un capital pidiendo dinero prestado a los inversores. Esta modalidad de financiamiento puede ser implementada por empresas de todos los tamaños y presenta ciertas ventajas con respecto al capital. Veamos primero las ventajas.
Una de las principales ventajas del financiamiento con deuda es que permite conservar el control total de la propiedad. A diferencia del capital de riesgo, el financiamiento por deuda retiene todas las acciones de la empresa en las manos de los propietarios originales.
Los pagos de intereses sobre la deuda pueden ser deducibles de impuestos. Al reducir la carga financiera, convierte el pago de una deuda en una estrategia fiscal para numerosas empresas.
Conocer el momento de los pagos y la cantidad exacta de dinero contribuye a que las empresas puedan gestionar el flujo de caja de manera más efectiva y eficiente.
Ejecutar pagos en término puede mejorar la calificación crediticia. Obtener un puntaje mayor crediticio puede generar grandes beneficios para garantizar un financiamiento seguro y exitoso en el futuro.
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Pero esta forma de financiamiento también tiene sus desventajas, por lo que tendrás que analizar muy bien si te conviene pedir un préstamo, analizar si la entidad financiera te lo puede otorgar y de cuánto será la tasa de interés.
El dinero prestado debe devolverse con intereses, lo que puede ocasionar tensión financiera, generalmente durante períodos de crisis o recesiones no contempladas.
En función de las tasas de interés y los términos en que se otorgó el préstamo, el costo total a pagar puede alcanzar una cifra significativa, que es en realidad el precio por obtener un dinero en el acto de parte de una entidad financiera. Por eso las altas tasas constituyen una alternativa más costosa a largo plazo.
Diversos tipos de deuda requieren colateral, lo que implica poner activos en riesgo. En el caso de que tu empresa no pueda devolver el préstamo, la entidad financiera tiene la facultad de embargar esos activos.
Del mismo modo que los pagos en término mejoran el puntaje crediticio, los pagos atrasados pueden perjudicar a la empresa, reduciendo este puntaje, generando especulación y falta de confianza de los prestamistas. Además, mientras más una empresa demore en el pago, más alta será la tasa de interés.
Una vez conocidas las ventajas y desventajas del financiamiento con deuda en las pymes, debemos analizar cuándo es razonable realizarlo. Normalmente, el financiamiento mediante deuda se recomienda cuando una compañía ya está establecida y posee un flujo de caja predecible, ingresos estables y garantías en su balance general. En cambio, a las empresas emergentes que no califican para el financiamiento por deuda o aquellas pymes con ingresos y ganancias fluctuantes, así como garantías insuficientes, les conviene el financiamiento por capital.
La falta de garantías es una de las principales ventajas del financiamiento con capital para las empresas emergentes, que no son aptas para endeudarse a largo plazo. Ahora bien, así como tiene esta ventaja, tiene la gran desventaja de que la empresa está cediendo parte de sí misma a los inversionistas. Además, hallar inversionistas que ofrezcan términos competitivos puede ser todo un desafío, sin contar el posible impacto desconocido sobre el flujo de caja en el futuro, si las ganancias compartidas entre empresa e inversor son superiores al préstamo inicial.
Por este motivo, contraer una deuda es preferible a ceder una parte de la empresa para obtener ese financiamiento, a menos que el capital sea la única alternativa posible para obtener ese préstamo. La deuda tarde o temprano se cancela, aunque la tasa de interés sea alta. En el capital se sacrifica el control de las acciones, que pasa a manos del inversor.
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Hemos compartido las ventajas y desventajas del financiamiento con deuda y también la alternativa que representa el financiamiento con capital para las empresas emergentes y que no califican por las entidades financieras o bancarias para obtener el dinero que necesitan para impulsar sus negocios. La deuda, aunque cueste pagarla, se termina cancelando, mientras que en el capital hay una pérdida de poder sobre la propia empresa, en mayor o menor medida.