La planeación estratégica es un proceso establecido por la organización para guiar las decisiones del día a día y también para evaluar el progreso y cambiar los enfoques al avanzar. Es una metodología que te ayuda a establecer una ambición para el futuro de tu negocio y determinar la mejor manera de alcanzarlo. Aunque parezca una instancia avanzada en el estadio de una organización, toda pyme debería incluir la planeación en su gestión empresarial. Sin embargo, esto no siempre se cumple porque muchos líderes de pymes suponen que no tienen el grado de desarrollo necesario para implementar esta metodología.
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La planeación estratégica es importante para una organización porque proporciona un sentido de dirección y describe objetivos medibles para avanzar hacia el crecimiento. Para aprovechar al máximo la planeación estratégica, tu empresa debe pensar detenidamente en los objetivos estratégicos que describe, y luego respaldar estos objetivos con puntos de referencia cuantificables, investigados minuciosamente y realistas para evaluar los resultados.
Con más razón, las pymes deberían dejar sus prejuicios de lado y considerar que la planeación estratégica les allanará el camino para obtener los resultados planteados en los objetivos estratégicos, que son los que atraviesan a toda la organización. En este artículo, entenderás cuál es la importancia de la planeación estratégica en pymes y por qué no deberías esperar a crecer para implementarla.
Antes de recalcar la importancia de la planeación estratégica en pymes, debemos desmitificar la idea de que las pymes por ser empresas chicas no pueden implementar esta metodología. De hecho, es todo lo contrario, planificar les proporcionará un norte, un rumbo o camino a seguir por la organización. Cuando hay un plan, en cualquier ámbito de la vida, es más probable que los objetivos que queremos alcanzar se cumplan con más facilidad que si no tuviéramos uno. En primer lugar, porque un plan proporciona orden a las ideas y luego a las acciones que pretendemos llevar a cabo en un plazo de tiempo determinado.
Normalmente, las pymes suelen planificar a medias lo suficiente como para saber lo que tienen por delante en los próximos dos a 3 meses, pero no planifican a largo plazo, razón por la cual la mayoría de las pymes no logran permanecer más de 5 años. Esto se debe a que se enfocan en sus procesos diarios, o funciones compartidas, en lugar de enfocarse en objetivos de tres a cinco años para generar las condiciones adecuadas para que se cumplan.
Planificar a corto plazo, en el fondo, es como aceptar la incertidumbre de que no podemos controlar ni anticipar las circunstancias futuras, por eso preferimos la comodidad de lo que sí tiene visibilidad para nosotros. Ahí es cuando la planeación estratégica opera como una herramienta de gestión para simplificar los procesos que llevarán adelante las principales tareas y actividades, y procurar la alineación de los objetivos operativos con los estratégicos.
Además, la planeación estratégica en pymes ayudará a mejorar los procesos especialmente críticos que suelen tener este tipo de empresas, a través de proyectos enfocados para la mejora de procesos. De esta manera, podemos apreciar cómo la metodología no solo sirve para alinear los objetivos de área con los objetivos organizacionales y hacer que una empresa avance hacia un norte, sino que permite colaborar dando mayor visibilidad a los procesos que participan en la toma de decisiones principales de cada gerente de área.
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Muchas pymes deben asumir el desafío de la resistencia al cambio, en especial, cuando están muy arraigadas a viejos modelos de gestión o incluso la improvisación. A partir de allí, se plantea otro desafío, que es justamente desmitificar la idea preconcebida de que las pymes no están preparadas estructuralmente para planificar a largo plazo, pero es precisamente esa reticencia a proyectar lo que les resta posibilidades de crecimiento.
Si los fundadores de pymes acompañaran el trayecto de su joven empresa, trazando objetivos a mediano y largo plazo, podrían advertir las diferencias entre el inicio de la empresa, es decir, el estado inicial antes de planificar, y en lo que finalmente se convierte cuando comienza a tener visibilidad sobre el progreso de los objetivos e indicadores del funcionamiento de los procesos. Este seguimiento a lo largo del tiempo también es evolución para la organización, porque le permite a sus líderes saber en qué mejoran, cuándo mejoran y cómo mejoran con respecto a la etapa previa a la implementación de la metodología.
Y si conocen el periplo desde que comenzaron como empresa, con todos sus éxitos y fracasos, hasta el presente, será más fácil obtener un panorama del futuro, por lo que dejará de ser incierto y se alejará rápidamente el fantasma de una presunta bancarrota.
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Resumiendo, la planeación estratégica en pymes es una metodología que no solo impulsa a las empresas con un cierto grado de desarrollo, sino que aporta gran valor a las pymes, ya que les permite salir de la incertidumbre que suelen tener con respecto a la permanencia en el tiempo. Planificar a largo plazo ayuda a que tengan más posibilidades de crecer y de mantenerse fuertes, anticipando o resistiendo las distintas fluctuaciones del mercado para no perder el norte.