Cuando hablamos de una organización con gestión ágil, estamos haciendo referencia a una empresa donde los involucrados en el proceso suelen participar de todas las etapas del mismo, de manera más informal, dinámica y menos rígida. La gestión de una organización ágil se centra en los recursos y tiene como pilar la agilidad, la motivación del equipo, la entrega de valor al cliente, la búsqueda por la excelencia, y los ajustes frecuentes para adaptarse a los cambios y a las necesidades.
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Por otro lado y de manera lacónica, la gestión organizacional tradicional posee una planeación que es detallada, cuenta con innumerables procesos, formas de llevar la documentación y maneras de comunicación que están previamente establecidas. Allí, los empleados reciben tareas o metas, pero no siempre participan en la definición de estas. Por lo tanto, como la participación en las decisiones es menor, el compromiso también suele serlo. Estas empresas suelen ser empresas veloces pero… no necesariamente ágiles.
En un mercado cambiante, que se encuentra sumergido en un mundo empresarial complejo, es importante tener organizaciones que cuenten con la capacidad de reaccionar y adaptarse a la innovación. Es importante tener organizaciones que sean ágiles. Por ello, es importante que si quieres mejorar la competitividad en este contexto cambiante, alejes a tu empresa de manera completa de una estructura que sea estática y tradicional.
Una organización ágil impone un orden que también implica mejoras en el tiempo: equipos que trabajan coordinados y se dirigen hacia la misma dirección, a un ritmo firme y estable. Por el contrario, la “velocidad”, es un término que se usa como motivo para trasladar la “prisa” por llegar a los resultados, por lograr el objetivo, y que solo termina en desorden y desconcierto. Ese orden, aunque pueda parecer superficial, se interioriza, no se impone ni abruma como en un método tradicional, y contribuye a mejorar los tiempos. Ahora bien, ¿cuál es la clave para poder conseguir que tu empresa sea ágil?
Es importante que el grupo de trabajo priorice qué decisiones son las más urgentes y cuáles no; qué decisiones son prioridad y cuáles no. Esto permitirá que tus colaboradores logren conocer en qué hay que emplear el tiempo para ser productivos y alcanzar los objetivos.
Es fundamental que cada miembro del equipo de trabajo conozca cuáles son sus tareas y responsabilidades. Cuándo esto está claro permite que se puedan tomar decisiones de manera rápida y de forma eficaz.
Como te decía anteriormente, el personal que trabaja en una empresa juega un papel de suma importancia en la toma de decisiones, por ello, es fundamental fomentar un ambiente de trabajo que sea acogedor, creativo, donde los colaboradores cuenten con una buena capacidad de adaptación ante los cambios. Esto unido a la tecnología es una combinación que sin duda acercará a tu empresa a lograr el éxito que esperas.
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Es importante contar con procesos que no pongan obstáculos a la creatividad ni al rendimiento de tu organización. Para ello es necesario que disminuyas la burocracia, optimices tareas y reduzcas la cantidad de niveles en tu organigrama – mientras mayor relación haya entre quien toma las decisiones y los colaboradores, mejor - . Las empresas que cuentan con procesos que son claros tienen mayores posibilidades de alcanzar resultados positivos.
En conclusión, la agilidad de una empresa tiene una influencia directa y muy notable en la consecución de sus objetivos estratégicos y en la obtención de mejores resultados. ¿Por qué? La respuesta es simple: una empresa ágil tiene la capacidad de dar respuesta a cualquier tipo de demanda sin importar en qué contexto se encuentre. Esto se debe a que los métodos ágiles no aportan velocidad, sino que son sinónimos de flexibilidad.
La agilidad se puede medir y, por eso, puede poner foco en la productividad. La eliminación del desperdicio, la mejora continua, centrarse en lo fundamental es cuantificable y, lo que es más importante, se puede comparar para que la mejora de los tiempos sea tanto el hilo conductor como el resultado buscado de la mejora continua. El éxito de una empresa no es una cuestión de velocidad, es más una cuestión de solidez y agilidad.
¿Qué tipo de empresa quieres? ¿Veloz o ágil?