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¿Sigue siendo el regreso a la oficina un desafío para las empresas?

Escrito por Equipo de redacción de Drew | 26/03/22 14:00

Después de más de dos años de pandemia, parece que la vida lentamente está volviendo a la normalidad. Durante un largo tiempo, cuando aún no teníamos vacunas, se habló de “nueva normalidad”. Hoy parece que estamos cada vez más cerca de superar ese trayecto híbrido de actividades remotas y presenciales combinadas, o directamente el trabajo remoto como alternativa necesaria para sobrevivir en tiempos de COVID.

<<<Home Office vs. trabajo presencial. ¿Qué modalidad elegir?>>>

 

En una realidad actual en donde tenemos vacunas, un gran porcentaje de la población vacunada y, hasta cierto punto, la circulación del virus controlada, podemos afirmar que ya pasó lo peor y que el regreso a la oficina era cuestión de tiempo, si bien quedó demostrado que la modalidad remota provee muchos beneficios tanto para trabajadores como para la empresa en sí.

Por esta razón y en vista de que el mayor peligro sanitario quedó en el pasado, los gobiernos están habilitando todas las actividades presenciales prohibidas durante la pandemia, como los cines, teatros, estadios deportivos, recitales, escuelas y universidades, y, como era de esperar, todas o la gran mayoría de las personas que trabajaban en remoto hasta el año pasado están retornando a la oficina.

Ahora bien, la pregunta que nos hacemos es, ¿sigue siendo un desafío el regreso a la oficina para las empresas, teniendo en cuenta los buenos resultados obtenidos con el trabajo remoto y el compromiso que manifestaron los colaboradores? ¿Realmente vale la pena volver a la normalidad prepandemia o ya estamos listos para dar el siguiente paso en la gestión del cambio? En este artículo intentaremos dar respuesta a estos interrogantes.

 

CEOs team oficina

No bien comenzaron a reanudarse las actividades presenciales, a los líderes empresariales de este grupo se les vino el alma al cuerpo. Para este elitista y exigente grupo el regreso a la oficina constituye el mejor y más natural indicador de la situación en su empresa, desde el rendimiento de los colaboradores en tiempo real hasta las interacciones personales, sean de carácter formal o informal.

Los CEOs del team oficina valoran mucho más la actividad dentro de la oficina, el trabajo en equipo presencial, el contacto cotidiano, las reuniones presenciales, los apuntes en pizarra, el tablero de control visible para toda la oficina, el café de máquina, el café de filtro, el almuerzo compartido y un largo etcétera.

Para ellos, al trabajar de manera remota, si bien ganan comodidad, privacidad y cierta seguridad, pierden en liderazgo, o al menos así lo expresó Juan, el CEO de una compañía internacional, preocupado por la falta de espacios informales que operaban de nexo entre su labor diaria y la toma de decisiones.

Existen los casos más extremos de líderes empresariales que no admiten otra modalidad de trabajo que no sea la presencial y se lo hacen saber a sus empleados bajo amenaza de despido. 

Ejemplos de este fundamentalismo oficinesco son el director ejecutivo de Goldman Sach, David Solomon, quien considera al trabajo remoto una aberración, y el jefe de Morgan Stanley que les espetó a sus empleados, “Si pueden ir a un restaurante en Nueva York, pueden ir a la oficina”. Sin duda, una visión prejuiciosa del trabajo remoto, reduciéndolo a la categoría de ¿esparcimiento, ocio? 

Seguramente, estas personas no contemplaron nunca tener que verse obligadas a implementar el trabajo remoto en sus empresas, pero la pandemia así lo hizo. No obstante, mientras la mayoría de las empresas logró una sana adaptación a esta modalidad, los jefes de unas pocas temieron más perder autoridad que fuerza de trabajo.

Es indudable que el trabajo presencial tiene sus virtudes o ventajas para actividades como el design thinking, el brainstorming o la interacción diaria, pero en actividades que requieren mayor concentración, la modalidad remota es más efectiva. Si así lo percibieran estos dos CEOs, sus colaboradores estarían más motivados.

<<<El impacto de la familia en la oficina>>>

 

CEOs team trabajo remoto

El home office como resultado de la pandemia aceleró y modificó los tiempos organizacionales. También aceleró los procesos de digitalización y una disociación entre el empleado y la persona, que permitió la adaptación a una nueva dinámica para conectar los distintos equipos de trabajo, desde un lugar más cercano, empático, más allá de la vida laboral.

Según Verónica Vatausky, directora de recursos humanos de L'Oréal Argentina, el trabajo remoto tiene de positivo la cercanía de la interacción día a día con colegas de otros países. Además, la virtualidad permitió la posibilidad de acceder a entrenamientos, cursos y diplomaturas con instituciones internacionales.

Fernández Silva, de MercadoLibre, sostiene también que toda empresa debe saber alinear su negocio con las necesidades de las personas. Por lo tanto, poder trabajar en un marco de flexibilidad para los colaboradores refleja la confianza que están depositando en ellos sus líderes. Si estos no permiten que sus colaboradores trabajen con libertad y autonomía, la confianza no puede construirse sobre una base sólida.

En este sentido, ya que las empresas deben ser expertas negociadoras, no pueden exigir mayor compromiso de los colaboradores sin concederles algo a cambio, y en la mayoría de las veces la libertad para elegir la modalidad de trabajo es un beneficio más deseable que un aumento de sueldo.

Para Mac Pherson de Globant, el bienestar es clave en todos los sentidos: “Creemos que podemos encontrar un balance entre ‘ofrecer’ nuestros espacios a quienes lo precisen y el incentivar, siempre que estén dadas las condiciones, al retorno respetuoso (...) ya no tenemos un modelo que satisfaga todas las necesidades. Cada persona y cada hogar vivió y vive este prolongado Covid de una manera diferente”.

En términos de Rafael Bergés, Banco Galicia: “La flexibilidad llegó para quedarse y las empresas tenemos que abrazar esa posibilidad tan valorada por los colaboradores. Entendemos que los límites geográficos cada vez ocuparán un lugar menos relevante. Las personas elegirán a las compañías que más se alineen con sus expectativas". 

 

¿Qué esperar del regreso a la oficina?

Un estudio de Mckinsey reveló que el personal de 99 de las 100 empresas que participaron en una encuesta trabajaban, previo a la pandemia, 100% de su tiempo en las oficinas. El panorama cambia a partir de la pandemia, dado que el 90% de las empresas considera el trabajo híbrido combinando días en casa y días en la oficina. Solo el 10% de las empresas supone que el trabajo será, esencialmente, en la oficina.

Estos números indican que el regreso a la oficina de manera absoluta es casi impensable o inviable luego de dos años trabajando mayormente en remoto. Volver a la oficina en forma permanente y pretender que la pandemia nunca existió es como desaprender una habilidad que estuvimos por largo tiempo desarrollando. Y peor aún es obligar a los trabajadores a realizar este retroceso.

Tampoco realizar todas las actividades empresariales de manera remota parece ser la mejor solución. Lo hemos afirmado en artículos anteriores y lo volvemos a sostener ahora: para encontrar un balance entre las ventajas de la modalidad presencial y las que ofrece el trabajo remoto, la alternativa más conciliadora para CEOs y colaboradores es el trabajo híbrido.

De esta forma, se regresa a la oficina un par de días a la semana y se realizan tareas que obtengan mejores resultados de manera presencial, como un design thinking, reuniones con clientes o brainstorming; mientras que el resto de los días los colaboradores pueden continuar desde sus casas. 

Esto garantiza que los ejecutivos reúnan a sus equipos en la oficina y que los colaboradores mantengan la flexibilidad y tranquilidad logradas durante la pandemia. Sin duda, el regreso a la oficina es necesario, pero debe adaptarse a las circunstancias actuales y buscar el bien común de todas las personas involucradas.

<<<Debate: ¿Presencial, remoto o híbrido?>>>

 

El regreso a la oficina es un tema de debate que lleva meses, desde que existen las vacunas contra el COVID. Sin embargo, es innegable que hubo un cambio de paradigma desde la pandemia, y en el futuro los paradigmas tradicionales precedentes al virus van a quedar atrás. En función de todo lo expuesto, no debería ser un desafío regresar a la oficina cuando el consenso no está dado entre jefes y subordinados. 

El desafío aquí es el consenso entre las partes a través de una modalidad híbrida que garantice la visibilidad y control deseados por los ejecutivos durante los días presenciales; en tanto que los colaboradores podrán disponer de algunos días para trabajar en remoto, gestionando con libertad su propio tiempo, siempre y cuando los objetivos se cumplan.

Quizá la conquista de esta libertad no se hubiera logrado sin la aparición de la pandemia, por lo que nos atrevemos a decir que al fin y al cabo el COVID impulsó grandes cambios positivos, no del modo esperado, pero fueron cambios positivos que sirvieron para derribar viejos esquemas.