La Copa Mundial de la FIFA es el evento deportivo donde se posan las miradas de todo el mundo. Cada cuatro años, es una cita obligada no solo para los amantes del fútbol sino para toda la humanidad.
Esta Copa del Mundo Qatar 2022 despertó curiosidad en primer lugar, por ser en una fecha atípica (diciembre en lugar de julio) y, además, por las novedad que representó la elección del país anfitrión, siendo éste el primer país árabe donde se realizó el torneo máximo del fútbol.
La Selección Argentina fue la gran ganadora en esta oportunidad, de la mano de Lionel Messi, por lo que el país sudamericano está en boca de todos. A 36 años de la última gran hazaña, Argentina consiguió su tercera copa del mundo luego de una definición por penales frente a Francia.
Mientras en Argentina se vive clima de fiesta y algarabía (luego de 20 años, la copa la gana un país sudamericano), los analistas se preguntan por los efectos que tendrá a nivel económico.
Por lo general, se analiza el impacto del país organizador, ya que el movimiento de divisas favorece notablemente el turismo y la economía. Sin embargo, según un paper publicado por la universidad de Surrey, el país ganador del Mundial también gana notablemente un aumento en su PBI.
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El economista Marco Melo, de la Universidad de Surrey, es el autor del paper titulado A kick for de GDP: the effect of winning de FIFA World Cup, (en español: Un puntapié para el PBI: el efecto de ganar la Copa del Mundo). Allí se postula que el país ganador de un Mundial experimenta un incremento de su producto bruto interno (PBI) de 0,25 puntos porcentuales en los dos trimestres posteriores a que su equipo sea consagrado campeón.
¿Qué argumentos expone para hablar de este "efecto Mundial"? Este aumento del PBI estaría impulsado por las exportaciones, lo que se suma a un mayor atractivo hacia los productos nacionales y servicios en el mercado mundial tras la victoria en competencias de estas magnitudes. Lo curioso es que, no se replica el mismo análisis cuando se trata de economías de país anfitrión.
Asimismo, la investigación indica que estos eventos deportivos, por su prestigio y por la llegada tan significativa que tienen, permiten un aumento de la confianza tanto en los consumidores como en los inversores alrededor del mundo, lo cual afecta el ciclo económico de manera crucial.
El autor del trabajo se ha basado en herramientas de la econometría, y analizó datos de la OCDE, en el período desde 1961 a la actualidad, donde advirtió un patrón común en los países ganadores de la Copa Brasil, Alemania, Italia, Francia, Inglaterra y España.
El caso paradigmático que toma es el de Brasil, ganador de la Copa Mundial en Corea-Japón 2002, asociando su triunfo a un mejor desempeño en el comercio internacional de la economía del país.
Otros trabajos académicos que le precedieron sostienen la idea de un "efecto Mundial": desde 1966, el índice bursátil conjunto de todos los países que ganaron la Copa del Mundo alguna vez, superó en un 9% al promedio general. Por su parte, los economistas David Sands y Natalie Malek señalaron que, desde el Mundial de 1990 donde el título fue para Alemania, los ganadores tuvieron en promedio un aumento de su PBI de un 1,6% por sobre lo que normalmente debieran tener.
Estos últimos investigadores se basan en el concepto que John Maynard Keynes llamó los “espíritus animales” y que hace referencia a cómo afecta una ola de orgullo nacional después de los grandes logros deportivos en las decisiones de los consumidores e inversores.
Por su parte, según los datos que arroja el Banco Mundial, los países ganadores de los últimos mundiales (hasta 2018) muestran un crecimiento del PBI con respecto al año anterior.
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Aún resta saber si lo anteriormente expuesto tendrá el mismo patrón en Argentina, el campeón vigente. Lo cierto es que ganar una competencia deportiva de esta envergadura, pone al país en los grandes medios de comunicación del mundo y genera un orgullo nacional, que, acompañado de factores psicológicos y sociológicos explican este fenómeno que se repite cada cuatro años.