El sur de Chile está pasando por duros momentos, debido a los incendios forestales que azotan las zonas de La Araucanía, Ñuble y Biobío. Se trata de una de las temporadas de incendios más destructivas del país, donde el fuego ya ha consumido más de 45.000 hectáreas y lamentablemente, se han contabilizado la muerte de casi 30 personas.
Además de los daños irreparables de vidas perdidas, los lugareños padecen las consecuencias económicas. En efecto, se trata de un duro golpe ya que es una zona turística que se encuentra en plena temporada alta.
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Los focos de incendio en Chile han afectado e interrumpido las cosechas de todo tipo de cultivos, además de perjudicar toda la cadena de suministro, tomando en cuenta los problemas de logística y transporte.
Una de las principales preocupaciones de los integrantes de las cámaras y federaciones es que no se sabe cuánto puede extenderse esta situación crítica, por lo que pueden agregarse más zonas afectadas debido al alto riesgo.
Esta zona de Chile se caracteriza por el cultivo de frutas y hortalizas, la cual está seriamente afectada y se encuentra momentáneamente en pausa, hasta que pase el exceso de humo. Los retrasos perjudican la industria ya que son alimentos muy perecibles, además de que no se cumplen los compromisos comerciales que traen aparejados.
La emergencia agrícola también se hace presente en la Región de Magallanes, en el extremo sur del país, donde desde hace un mes se hace presente una fuerte sequía. Esta situación alarma a las autoridades gubernamentales por lo que se hizo presente la ayuda para productores agrícolas y ganaderos, como así también para la distribución de agua en la población.
En la zona de la Patagonia chilena sobresale la fruta de exportación, que por el momento, no se encuentra gravemente afectada, ya que las plantaciones se ubican alejados de las zonas de bosques incendiados. Sin embargo, se encuentran alerta frente al avance del fuego.
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Los incendios y las sequías son consecuencia directa de las escasas precipitaciones. En los últimos años, el sur de Chile ha registrado índices que dan cuenta de los veranos más secos en los últimos 50 años.
Estos acontecimientos, provenientes del cambio climático, afectan a la región en cuanto a la ganadería ovina y bovina, cuyos productores sufren el hecho de que no crezca lo suficiente el pasto.
En el caso particular de la ganadería ovina, la escasez de lluvia afecta el agua de pozos naturales, los cuales funcionan como bebederos naturales para las ovejas. Negocios como el de la carne de cordero, vacuna y la comercialización de lana peligran debido a la crisis hídrica. Por lo tanto, se trata de una crisis ambiental compleja que afecta los recursos naturales propios del sur chileno.
El presidente Gabriel Boric afirmó que "hay 260 incendios en estos momentos en Chile, de los cuales 51 están en combate, y de esos 28 son considerados incendios relevantes". Países como Argentina, Colombia, Bolivia, Ecuador, España, Estados Unidos y México enviaron su ayuda para combatir los focos activos.
Por su parte, la ministra del Interior, Carolina Tohá, anunció que se restringirá la venta de combustible en bidones, con el fin de prevenir nuevos siniestros.
En el país andino hay cerca de 895 voluntarios desplegados y más de 70 autobombas. Además, numerosa parte de la población se vio obligada a evacuar sus viviendas.