En las últimas semanas Elon Musk nuevamente es tendencia, desde que trascendió la noticia de que accionistas de Tesla, la firma liderada por el magnate, lo demandaron por dos tuits en 2018, que habrían hecho fluctuar el precio de las acciones, desencadenando pérdidas millonarias para miles de personas, lo que lo rotula inmediatamente como un empresario poco confiable (por no decir estafador) para los negocios.
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El conflicto había comenzado a raíz de una serie de tuits de Musk en 2018, en el que habría sugerido haber conseguido el financiamiento para privatizar Tesla, en plena caída de las acciones debido a problemas con la producción de vehículos. Ante la posibilidad de privatización, inmediatamente se produjo un aluvión de compras de acciones de la compañía, que finalmente terminaron desplomándose porque Musk no contaba con los fondos para realizar la transacción.
Entonces, ni lentos ni perezosos, los accionistas de Tesla lo demandaron por hablar de más, ya que, de haber mantenido la discreción sobre la compra de acciones, estas no habrían sufrido la caída estrepitosa que tuvieron. En este artículo, vamos a conocer en detalle todo sobre el turbulento comienzo de año de Tesla, respecto a la supuesta compra de acciones por parte de Elon Musk a la compañía.
Elon Musk, el multimillonario de 51 años director general de Tesla y dueño de Twitter, enfrenta en la actualidad una demanda colectiva generada por los accionistas de su misma empresa, disgustados por un tuit supuestamente engañoso en el que Musk aseguraba tener los fondos para comprar las acciones de la compañía.
Sin embargo, el acuerdo lejos estuvo de concretarse, por lo que el tuit desencadenó un acuerdo de 40 millones de dólares con reguladores del mercado de valores. El juicio se desarrolla a raíz de una serie de tuits publicados el 7 de agosto de 2018 que perjudicaron a los accionistas de Tesla durante un periodo de 10 días. Estos tuits daban cuenta de una posible compra de acciones de Musk que finalmente no se llevó a cabo.
Frente al jurado, Musk tuvo que dar explicaciones sobre esos tuits. Primero admitió que estaba seguro de que iba a poder realizar la financiación establecida, pero luego las cosas se le complicaron de manera inesperada. Segundo, basándose en operaciones de compra de acciones anteriores que ya había ejecutado, como la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares, creyó que esta no generaría inconvenientes para los accionistas involucrados.
A pesar de la estrategia que presentó Musk ante el magistrado para apelar a la demanda de los accionistas de Tesla, el juez federal Edward Chen había declarado que el jurado puede considerar como falsos los tuits y decidir si estos fueron engañosos para los accionistas perjudicados. Previamente, Musk había argumentado haber llegado a un acuerdo con la Comisión de Valores bajo presión, asegurando que podía pagar las acciones de Tesla. Y si fallaban las acciones de Tesla, todavía podía contar con las de SpaceX.
Por su parte, Nicholas Porrit, abogado de los accionistas de Tesla, se burló de la cifra elegida por Musk para fijar precio a las acciones, llevando la instancia jurídica a un plano de las habladurías, por revelar el número de acciones en esos tuits (420 dólares por acción).
El abogado de Musk destacó el carácter visionario de su cliente en las decisiones que toma y aseguró que estaba en negociaciones con representantes del Fondo de Inversiones Públicas de Arabia Saudita para privatizar Tesla. Pero aseguró que no fue su idea comunicar la compra de acciones a través de Twitter, ya que fue una decisión momentánea que buscaba mantener cierta transparencia sobre las discusiones con el fondo en pos de alcanzar el acuerdo potencial.
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Los tuits de Musk llamaron la atención de los reguladores de la bolsa, quienes dictaminaron que se trataba de información falsa. Para llegar a un acuerdo, el empresario tuvo que pagar una suma de 40 millones de dólares y renunciar a la presidencia de Tesla. No obstante, la movida en Twitter tuvo sus consecuencias favorables porque al abandonar la idea de privatizar la compañía, esta superó el problema de producción permitiendo un notable incremento de las ventas y un ascenso en el patrimonio de Elon Musk.
Esto fácilmente hizo pensar a los accionistas de Tesla, y con razón, que Musk se enriqueció sobradamente con su jugada en Twitter, sin importarle sacrificar el dinero de muchos accionistas, por lo que era lógico que se sintieran estafados al perder millones en acciones en poco tiempo y quisieran cobrárselas con intereses en un juicio. A esto hay que agregar que Musk se encontraba cada vez más cerca de la compra de Twitter, y esto ya era suficiente motivo para generar especulación en los inversionistas y que las acciones de Tesla se desplomaran un 65% en 2021, mientras Twitter y Elon Musk ganaban con la polémica.
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En definitiva, el turbulento comienzo de año de Tesla ya tiene en curso un juicio al multimillonario Elon Musk, en el caso por el comunicado a través de Twitter de la compra de acciones a la compañía, medida que desatara un daño colateral a la economía interna de la empresa y las cuentas de los accionistas. En dicho juicio, Musk buscará salir lo menos afectado posible económicamente y, por último, convencer al tribunal que sus intenciones fueron, desde un principio, sacar a Tesla de la crisis de producción que sufría en esos momentos.