La inteligencia artificial está dando un giro de 180° en la forma en que concebíamos al mundo. No solo está haciendo que la información sea procesada de forma más inmediata para obtener respuestas inmediatas acordes a las necesidades y exigencias de los usuarios sino que también está creando cosas a partir de un puñado de información. Provoca asombro, y también temor, que una herramienta como chat GPT pueda crear una pieza escrita casi tan precisa y coherente como la que escribiría un ser humano, o que Midjourney diseñe una imagen elaborada y detallada en tan solo unos segundos con las instrucciones correctas.
<<<Habilidades digitales: ¿Qué tan desarrolladas se encuentran en LATAM?>>>
Frente a este avance tan acelerado de la tecnología, es inevitable temer que llegue un punto en que la humanidad pierda el control de la inteligencia artificial y no se pueda regular como es debido, sobre todo en el campo de la ciberseguridad. Al no definir límites precisos del alcance de esta tecnología, podría suceder que la información fuera fácilmente vulnerada a través de sencillos algoritmos de inteligencia artificial para robar esos datos y utilizarlos para fines delictivos.
Por este motivo, las empresas más que nunca deben poner el foco en su ciberseguridad y preguntarse qué están haciendo para proteger la información interna de terceros. En este artículo, intentaremos desentrañar cuál es el desafío de la inteligencia artificial para la protección de los datos en las organizaciones y qué alternativas tecnológicas ofrece para evitar ciberataques.
Como ya hemos destacado varias veces, la inteligencia artificial combina diversos algoritmos para reproducir funciones y toma de decisiones que normalmente realizan los humanos. Dentro de la IA, el machine learning va un paso más allá en el propósito de identificar patrones en grandes conjuntos de datos y ejecutar análisis predictivos. Con el aumento de la dependencia a la inteligencia artificial cada vez se hace más necesario proteger los sistemas informáticos de los ciberatacantes. De ahí que sea tan importante para las organizaciones implementar medidas de ciberseguridad, y si se lleva a cabo mediante inteligencia artificial es doblemente beneficioso.
Sin embargo, por lo mismo que la inteligencia artificial se abre camino a múltiples posibilidades, los hackers también se vuelven igual de “creativos” para violar la ciberseguridad, lo que obliga a las empresas a ponerse más estrictas y repensar el rol de la inteligencia artificial para asegurar la protección de datos. Para este fin, existen varias aplicaciones de IA en el campo de la ciberseguridad que pueden ayudar a reducir el riesgo de robo de datos.
<<<Realidad mixta, realidad aumentada, realidad virtual>>>
Si bien el desafío es grande, porque el avance de la tecnología es más acelerado que la regulación implementada, una de las medidas más eficaces de ciberseguridad es la implantación de protocolos de autenticación, los cuales permiten a las organizaciones verificar las identidades de los usuarios, evitar el acceso no autorizado y ejecutar normas de protección de datos. Además, las empresas también pueden utilizar procesos de autenticación multifactor, que incluye tanto elementos biométricos como lógicos.
Asimismo, es necesario implementar políticas de seguridad efectivas que abarquen todos los dominios de la IA dentro de la empresa. Estas políticas deben definir normas específicas sobre la forma de recopilar, almacenar, utilizar y compartir los datos, como así también identificar la manera de gestionar los accesos, los procesos que deben seguirse para responder ante incidentes de seguridad, y las directivas sobre cómo gestionar el cumplimiento de las leyes y las reglas aplicables.
<<<¿Qué va a pasar con la regulación de la IA? Perspectivas de futuro>>>
En definitiva, el desafío de la inteligencia artificial en materia de ciberseguridad hoy en día está marcado por la necesidad de actuar de la mano de machine learning para desarrollar soluciones que brinden confianza a las organizaciones a la hora de elegir una forma de mantener a resguardo los datos de los usuarios. En plena era del crecimiento tecnológico, es crucial que las empresas estén preparadas conscientemente para afrontar lo que se viene en el futuro para diseñar sistemas de seguridad más efectivos frente a las amenazas que vendrán.
La inteligencia artificial puede generar cierta paranoia y temor en las personas por los límites que llegue a cruzar, pero siempre que sea pensada para fines altruistas no debería dejar de ser la herramienta para complementar al ser humano para facilitar su día a día.