Ya con dos décadas de dolarización encima, se pueden identificar cuestiones acerca de esta jugada de mercado en Ecuador, como lo plantean Jorge Vasconcelos y Guillermo Mondino, quienes fueron los economistas argentinos impulsores del proceso de dolarización del país ecuatoriano, ahora advierten los riesgos de adoptar el cambio, existen preocupaciones y desafíos significativos asociados con esta medida.
Conforme a su opinión, la dolarización no fue la mejor opción técnicamente cuando existían otras alternativas. Debido a que no es una solución mágica autónoma, sino que se requieren otros factores como reformas estructurales, estímulos al crecimiento y exportaciones para poder adaptar la economía al cambio radical que conlleva.
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Desde la ejecución, el impacto fue traumático. La consecuencia inmediata fue la licuación de los ingresos, lo que provocó una reducción significativa en los salarios y las pensiones. Sufrió una pérdida de independencia de la política monetaria, devaluó la moneda nacional, la inflación escaló y generó una dependencia de la entrada de dólares al país. Lo que está estrechamente relacionado con las exportaciones petroleras, punto clave de los ingresos y equilibrio de la economía de Ecuador, ya que este recurso se comercializa bajo la moneda verde. Por lo tanto, está expuesta a las variaciones de los precios en el mercado y su demanda global. Esta dependencia puede influir en los problemas productivos y el nivel de deuda pública.
A pesar de las pérdidas, Ecuador logró sostener la dolarización gracias a varios factores a lo largo del tiempo, todos cruciales; como los ingresos que brindan las remesas (transferencias de dinero hechas por emigrantes ecuatorianos hacia su país de origen), el turismo, las reservas nacionales respaldadas por el Banco Central, la inversión extranjera directa y el pilar más importante; las exportaciones petroleras, esta última siendo un arma de doble filo debido a los cambios oscilantes del mercado, la oferta y la demanda y por eso se encuentra estancado y sometido a este pilar.
El país quedó completamente vulnerable frente a los cambios externos.
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Durante la fase inicial de la aplicación, el expresidente Jamil Mahuad se vio obligado a renunciar debido a las masivas movilizaciones en su contra. La adopción del dólar incidió en varios aspectos como el aumento de la migración. Más allá de las cuestiones económicas, a causa de la violencia y la inseguridad en magnitud, gracias al narcotráfico, una cuestión siniestra frente a la cual el Estado demostró ser débil e incapaz de lidiar con. También, incrementó la pobreza con más del 70% de la población viviendo en situación de pobreza extrema, aumentaron drásticamente las tarifas de electricidad y la crisis económica y financiera llevó a restricciones al acceso de los fondos depositados en los bancos de los ciudadanos, siendo la pérdida del 80%.
Similar a lo que ocurrió en mayor magnitud en Argentina en el año 2001 con el “corralito”, limitando la cantidad de dinero que se podía retirar de las cuentas, a incontables de argentinos les fue imposible acceder a sus ahorros y perdieron gran parte de ellos.
Sin embargo, la inflación de Ecuador comenzó a disminuir gradualmente y los datos actuales indican una desaceleración significativa. Disminuyó a un 3,10% anual siendo una de las tasas más bajas de la región en comparación con la catástrofe del año 2000 cuando la inflación anual fue del 67%. Se prevé que la tasa de inflación en el país ecuatoriano se estabilice entre los años 2024 y 2028 con alrededor del 1,54%.
A pesar de que el crecimiento se frenó desde la pandemia, con una economía paralizada, salarios bajos y servicios públicos en deterioro, Ecuador se mantiene a flote gracias al colchón de las reservas internacionales del país. Al actuar como un respaldo de activos líquidos necesarios en tiempos de crisis, pueden hacer frente a imprevistos que ayudan a enfrentar impactos externos como cambios bruscos en precios de materia prima, estabilizan variables macroeconómicas como el tipo de cambio y generan confianza en la economía al brindar cierta estabilidad financiera.
En vez de enfocarse en el crecimiento económico real y el bienestar general de la población, está atado y condicionado por las demandas y necesidades del sector financiero y orientan todas las decisiones económicas y políticas de dicho ámbito, lo que generó descontento y una amenaza política para el presidente Lasso.
Otros ejemplos de países latinoamericanos que realizaron esta medida son Panamá y El Salvador, cada país enfrenta desafíos y experimentó ventajas y desventajas similares a la de Ecuador.
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Una de las principales propuestas del candidato a presidente en Argentina, Javier Milei, es la dolarización, lo que abrió un gran debate.
La expectativa es controlar la inflación y salir de la incertidumbre económica. No obstante, está latente la preocupación por la dependencia frente a esta medida que implica perder el control sobre la política monetaria y fiscal, sin tener la capacidad de manejar su economía de forma efectiva.
Domingo Cavallo, ex ministro de economía argentino, criticó la propuesta de Milei, argumentando que el candidato no estudió adecuadamente la experiencia de la dolarización en Ecuador. Afirmó que la inflación seguirá siendo alta incluso con un plan de gobierno y para disminuirla implica paciencia, tiempo y consenso. Enfatizó en la importancia de unificar y liberalizar el mercado cambiario para un plan de estabilización y que es necesario fijar un tipo de cambio, debido a la naturaleza bimonetaria de la economía argentina y la expectativa de devaluación, también, garantizar la convertibilidad y estabilidad para conseguir una transición económica exitosa.
Dolarizar Argentina tiene como objetivo aplicar un violento plan de ajuste sobre los trabajadores, no soluciona ningún problema estructural, todo lo opuesto. La constante falta de dólares en Argentina refleja su dependencia tanto a la moneda como al mercado externo y en particular a Estados Unidos. Poner fin a esta condición es clave para garantizar mejores condiciones de vida para la población, tomando estrategias como la nacionalización de la banca para tomar el control del barco, la dolarización no es una de ellas teniendo en cuenta el historial argentino.
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Argentina tiene una economía cuyo PIB es casi cuatro veces mayor al de Ecuador. La estimación preliminar del PIB, en el cuarto trimestre de 2022, hubo un crecimiento de 1,9% con relación al mismo período del año anterior. El PIB desestacionalizado del cuarto trimestre de 2022, con respecto al tercer trimestre de 2022, tiene un descenso de 1,5%, mientras que la tendencia general de la economía presentó una variación negativa de 1,1%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el Producto Interno Bruto de Ecuador crezca 2,9% en 2023. El crecimiento de la economía de Ecuador será menor que en 2022, sin embargo, estará por encima del promedio en Sudamérica.
Según datos del INEC, la tasa de pobreza multidimensional en 2022 del país ecuatoriano fue del 38,1% y el 54,3% de los trabajadores tienen empleos informales. En el país del fin del mundo, como todo lo parece ser, en el 2022, el INDEC reportó un 39,2% de la población en pobreza y el 38% de los puestos de trabajo no registrados.
Sumado a eso, el impacto en los salarios mantiene alerta a todos, ya que las evidencias muestran que, inicialmente, hay una pérdida en los ingresos, por lo que se necesita tomar medidas resolutivas y lograr un crecimiento a mediano plazo que mejore los salarios.
El valor del salario en dólares dependería del tipo de cambio al que se dolarice la economía. Según un informe de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ese tipo de cambio sería de $980 pesos por dólar.
Por ende, si la estrategia se aplica a la Argentina, situada en un escenario de dolmareas inciertas, podría devastar más la economía del campeón del mundo, la única alegría que tiene y tuvo en varios años.
Las fortalezas de la dolarización son la estabilidad de precios, transparencia en la contabilidad económica, reducción de la inflación y confianza en la moneda, que repercute en el apoyo social y las decisiones políticas. En contraste, no se debe obviar los obstáculos complicados de atajar como la contracción económica, la pobreza y la dependencia a jugadores externos. Sin dejar de lado que se debe tener en cuenta ciertos elementos influyentes, como una base económica y financiera sólida, aceptación social y consenso político para una dolarización exitosa y duradera. Pasos en falso, pueden agravar la situación.