El buyer journey hace referencia al recorrido que efectúa el comprador a través del embudo de marketing, desde que descubre que tiene una necesidad de un producto o servicio que puede llegar a satisfacerlo hasta que finalmente se decide a adquirirlo. Este recorrido es aplicable a la mayoría de las industrias, incluso a la industria de la educación, que puede beneficiarse ampliamente si las instituciones educativas implementan estrategias efectivas para cada una de las etapas del buyer journey.
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Consiste en una investigación activa que permite a las empresas descubrir, considerar y decidir si un producto o solución les conviene o no a los clientes potenciales. Realizar este estudio ayuda a comprender mejor los hábitos de consumo de las personas y elaborar estrategias más efectivas para abordar sus necesidades con un enfoque comercial. Los establecimientos educativos pueden aprovechar esta herramienta para definir su estrategia de captación de nuevos estudiantes para sus diversos cursos de formación.
El buyer journey incluye 3 etapas reconocibles: descubrimiento, consideración y decisión. Este recorrido comienza siempre descubriendo una necesidad o problema, continúa con la investigación de las distintas alternativas existentes para brindar solución a ese problema y finaliza cuando el cliente potencial ha tomado una decisión de compra. En este artículo, analizamos el comportamiento del buyer journey en la industria de la educación y qué acciones de marketing pueden implementar para promover la conversión.
La metodología inbound es un enfoque de marketing muy útil para obtener clientes potenciales y oportunidades comerciales consideradas, consiguiendo que las personas se encaminen hacia la solución comercial en lugar de que las empresas vayan hasta el consumidor y los interpele a comprar algo que no están seguros si necesitan. Inbound utiliza el buyer journey justamente para atraer a las personas con acciones concretas de marketing. En la industria de la educación, el buyer journey le sirve a las instituciones educativas para incentivar a los estudiantes en su búsqueda de formación profesional.
El recorrido del estudiante optimiza el marketing generado por tu institución y no pierdes tiempo ni recursos en soluciones que no llevarán los resultados esperados. El acercamiento se realiza en función del interés y disposición de compra del estudiante, lo que aumenta las posibilidades de matriculación. Las personas rara vez toman decisiones impulsivas en el sector educativo, ya que generalmente puede haber investigaciones que pueden durar meses o años.
Por este motivo, es fundamental generar buenos contenidos y difundirlos en canales de carácter masivo y donde normalmente los usuarios interesados en tomar cursos de formación navegan. Cuando creas contenido educativo de valor, las instituciones pueden nutrir a sus clientes potenciales aspirantes a estudiantes y guiarlos a través del proceso de compra. Desde despertar el interés hasta resolver inquietudes y promover la decisión de compra, el contenido informativo actúa como una brújula para el consumidor.
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Los consumidores actuales están más informados desde la era de internet. Rodeados de un entorno de información a su alcance, no dudarán en investigar sobre todo aquello que les genera una necesidad, curiosidad o que represente un vehículo para alcanzar un objetivo. Con tanta información a su disposición, las personas tienen más alternativas para investigar y analizar antes de comprometerse con una compra.
La parte negativa de la gran cantidad de información disponible es la calidad de esta, ya que tantas opciones pueden generar confusión en la toma de decisiones. Es ahí donde interviene el contenido educativo generado por tu academia o instituto para agilizar la comunicación y ofrecer una claridad más amplia.
Los aspirantes a estudiantes ingresan al buyer journey en la industria de la educación cuando identifican una necesidad o problema, pero necesitan una aclaración y más información sobre la solución. El contenido educativo en publicaciones de blogs, videos o infografías puede presentarles posibles soluciones de propuestas educativas para adquirir nuevos conocimientos en su formación profesional.
Durante la etapa de consideración, los consumidores de contenidos educativos conocen las soluciones y evalúan sus opciones. Los seminarios web, los estudios de casos y los cuadros comparativos pueden resaltar las propuestas de valor de los cursos de una institución y mostrar sus ventajas sobre la competencia. En la etapa de decisión, los consumidores están listos para inscribirse a un curso de formación, pero pueden tener dudas o preguntas. Los tutoriales detallados sobre contenidos, modalidad del cursado y los testimonios de clientes pueden proporcionar el impulso final, ofreciendo seguridad y generando mayor confianza.
Sin embargo, el viaje del comprador no termina después de una venta. La incorporación de contenido, guías de usuario y consejos pueden mejorar la experiencia del estudiante, garantizando la satisfacción y promoviendo la lealtad a la institución para que, terminado su trayecto de cursado, se interese en otras propuestas de formación para complementar lo aprendido.
Por último, para garantizar que los estudiantes avancen sin problemas por todo el recorrido del comprador, tu instituto o universidad debe proporcionar contenido educativo eficaz, de calidad y que incluyan un llamado a la acción, que desemboque en la decisión de inscribirse a un curso.
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En una era digital caracterizada por el bombardeo de información, el buyer journey en la industria de la educación viene a facilitar la toma de decisiones de los estudiantes para anotarse en algún curso de formación. A partir del contenido digital educativo que atraviesa las 3 etapas, las personas encuentran la información que necesitan para adquirir nuevos conocimientos que serán de vital importancia para ampliar su formación profesional y destacar en el mundo laboral.