Las tecnologías heredadas, aunque alguna vez fueron el núcleo de la operación empresarial, hoy limitan la escalabilidad, agilidad y eficiencia. Para empresas que buscan dar un paso firme hacia la digitalización de procesos y automatización inteligente, Make se presenta como una plataforma visual, flexible y poderosa que permite reconstruir procesos con una lógica moderna, sin necesidad de código.
En este artículo, te ofrecemos una guía detallada para migrar de sistemas legados a Make, incluyendo prácticas recomendadas, obstáculos frecuentes y cómo medir el impacto de la transformación.
<<<Cómo crear flujos de trabajo automatizados en Make>>>
Un sistema legado (o legacy system, en inglés) es una tecnología, software o conjunto de procesos que, si bien siguen en funcionamiento, fueron desarrollados con herramientas o metodologías antiguas y ya no responden eficientemente a las necesidades actuales del negocio.
Estos sistemas suelen presentar características como:
Dependencia de infraestructura obsoleta (servidores locales, software no actualizado)
Falta de soporte técnico por parte del proveedor
Dificultad para integrarse con nuevas herramientas o APIs
Rigidez para adaptarse a cambios o escalar
Mantenimiento costoso y alta carga operativa manual
Aunque muchas veces siguen siendo funcionales, su permanencia puede convertirse en un freno para la innovación y el crecimiento. Por eso, reemplazarlos o integrarlos a una solución moderna como Make es clave para avanzar hacia una operación más ágil y automatizada.
Antes de avanzar hacia una nueva solución, es fundamental comprender con precisión el estado actual. La evaluación debe incluir:
Inventario de sistemas legados: identificar qué procesos, herramientas y flujos están en uso.
Dependencias críticas: entender qué integraciones o pasos son esenciales para el negocio.
Dolores actuales: retrasos, errores frecuentes, tareas repetitivas o procesos que no escalan.
Este diagnóstico inicial será la base sobre la cual construirás el plan de migración.
No se trata solo de cambiar herramientas, sino de alinear la migración con objetivos de negocio. ¿Qué se espera lograr?
Reducir tiempos operativos
Disminuir errores humanos
Aumentar la trazabilidad y el control
Potenciar la escalabilidad sin aumentar recursos
Estos objetivos deben ser específicos, medibles y priorizados. Son el faro que guiará cada decisión técnica.
<<<Transformación digital: el rol del CEO>>>
La migración es un proceso transversal que debe tener sponsors claros y roles bien definidos:
Responsable técnico: entiende los sistemas actuales y puede mapearlos en Make.
Líder del negocio: conoce el flujo operativo y sus cuellos de botella.
Consultores externos (como Drew Tech): aportan experiencia y visión de procesos modernos.
Es clave que haya comunicación constante entre las áreas involucradas para asegurar una transición fluida.
Evitá el enfoque de “todo o nada”. La migración exitosa a Make se da por etapas:
Priorización de procesos: empezar por los más críticos o los más fáciles de automatizar.
Diseño de los nuevos flujos en Make: construir flujos modulares, fáciles de ajustar y escalar.
Fase piloto: testeo en un área o proceso para validar hipótesis y ajustar sobre la marcha.
Despliegue progresivo: una vez validado, escalar el modelo al resto del negocio.
Este enfoque minimiza riesgos, permite obtener resultados tempranos y genera confianza interna.
<<<Automatización sin límites: Descubre Make y sus principales integraciones>>>
Con los flujos diseñados en Make, se inicia la fase de pruebas:
Validación técnica: funcionamiento de automatizaciones, integraciones y condiciones lógicas.
Validación operativa: que el flujo refleje la realidad del negocio y sea comprensible para los usuarios.
Planes de contingencia: contar con backups y sistemas paralelos en caso de errores críticos.
No subestimes esta etapa: testear evita interrupciones en la operación y asegura una buena experiencia de usuario desde el inicio.
Uno de los mayores desafíos no es técnico, sino cultural. La migración implica cambiar hábitos:
Comunicación clara sobre el porqué del cambio y los beneficios que traerá.
Capacitación práctica en el uso de Make para quienes ejecutarán los nuevos procesos.
Acompañamiento continuo, sobre todo en los primeros meses.
Involucrar a los equipos desde el diseño de los flujos aumenta la adopción y reduce la resistencia.
Subestimar la complejidad del sistema actual
Solución: realizar un mapeo funcional previo, no solo técnico.
Falta de sponsors o liderazgo claro
Solución: definir un comité de migración con toma de decisiones ágil.
Saturar al equipo con múltiples cambios simultáneos
Solución: aplicar metodología ágil y escalar de forma controlada.
Limitaciones en la interoperabilidad con sistemas heredados
Solución: utilizar Make como capa intermedia para conectar APIs o archivos legados.
Una buena implementación se refleja en mejoras concretas. Algunos KPIs para monitorear:
Reducción de tiempo en ejecución de procesos
Disminución de errores operativos
Aumento en la trazabilidad y control
Mejora en la satisfacción de usuarios internos
Ahorro en licencias o mantenimiento de sistemas antiguos
Es importante establecer una línea base antes de migrar para comparar con resultados posteriores.
Migrar a Make no es solo una mejora tecnológica: es un cambio estructural que redefine cómo trabaja tu empresa. Con la planificación adecuada, el acompañamiento experto y una ejecución estratégica, este proceso puede convertir tus antiguos cuellos de botella en ventajas competitivas.
En Drew Tech, acompañamos a las organizaciones a transformar sus procesos sin perder de vista lo más importante: que la tecnología esté al servicio del negocio y las personas, y no al revés.
¿Estás listo para dejar atrás tus sistemas legados y dar el salto hacia la eficiencia?