En toda organización, resulta fundamental la delimitación de objetivos, los cuales sirven para fijar un rumbo claro a las acciones que se realizarán, encaminando los esfuerzos en una misma dirección durante un tiempo establecido. De esta forma, cuando una empresa establece objetivos claros, puede definir aspectos en común que atraviesan las perspectivas a futuro.
Cuando se plantean objetivos empresariales claros, desde la dirección se asegura que todos los departamentos de la empresa miren hacia el mismo lado. Los objetivos de cada departamento deberán ir en consonancia con el objetivo general de la empresa, para poder representar una visión unificada de la misma. Se trata de tener una mirada integral y que no sea limitada exclusivamente a una área. De esta manera, se contempla el fin último de la organización: los logros de cada área conducirán al logro de la empresa en general.
Además, los objetivos que se establecen deben ser la traducción de la misión y visión empresarial, es decir, deben reflejar las premisas que constituyen la empresa.
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Otra ventaja de establecer objetivos es que permitirán una organización eficaz en cuanto a la designación de los recursos disponibles (materiales, económicos, humanos, entre otros).
En el momento de delimitar los objetivos, es necesario prever los recursos a tener en cuenta para saber si son alcanzables, realistas y factibles de ser cumplidos en el tiempo previsto. Es decir, se contempla cuáles son las posibilidades reales de obtener esos recursos y adaptarse a la realidad circundante. Un objetivo perdería sentido si no se cuenta con los recursos necesarios para alcanzarlos.
Delimitar objetivos da un rumbo a la empresa, ya que las acciones se plasman en forma de enunciados que pueden ser cumplidos. Esto brinda al equipo de trabajo una guía para su toma de decisiones, viéndose favorecidos en su operativa diaria, haciendo que puedan seguir un camino estratégico sin basarse en la intuición.
Esto va en consonancia con la planificación que viene de la mano de la delimitación de objetivos, puesto que no es posible planear sin saber a dónde se quiere llegar.
Una empresa que cuenta con objetivos correctamente formulados, tiene como ventaja un marco de acción seguro donde cada colaborador sabe qué tarea desempeña, cómo hacerlo, en qué tiempo y con qué recursos.
Al ser delimitados con la metodología SMART, los objetivos ayudan a marcar el camino a seguir, permitiendo una disminución de riesgos.
Cuando se establecen objetivos claros, hay una base firme y asentada sobre la cual partir para trabajar. Además, aumenta el compromiso de los trabajadores con la empresa al contar con una organización definida. Si hay objetivos, hay un trabajo de evaluación y pensamiento de la situación en la que se encuentra la empresa, por lo que hay más claridad de acciones y de roles.
Una ventaja de establecer objetivos es que impulsa a los colaboradores a tener una meta que cumplir, lo cual deriva en un mejor desempeño de los mismos.
Los equipos de trabajo se esfuerzan por lograr los objetivos propuestos y se preocupan por lograr su cometido. Si hay una meta a la cual llegar, es más probable que el trabajo en conjunto se vea beneficiado, por lo que los resultados serán mejores.
Delimitar objetivos en tu empresa, permite que posteriormente se pueda efectuar una medición para saber si los resultados se cumplieron según lo esperado. Si se trazan objetivos, es más fácil evaluar y obtener indicadores a partir de los mismos, para corroborar y ajustar aquello que sea necesario.
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Las ventajas de establecer objetivos en una empresa se resumen en poder coordinar todas las acciones hacia un propósito general. La dirección debe encargarse de que los objetivos sean un pilar común entre los departamentos, encaminando sus acciones hacia un mismo norte, pudiendo visualizar a dónde se quiere llegar y qué tan factible es poder hacerlo.