Tanto si se están iniciando en el mundo de los negocios como si lo que están necesitando es crecer y alcanzar mayor escalabilidad, las empresas tienen a su disposición dos soluciones empresariales que pueden proveerles aquello que necesitan para despegar y tener éxito: la incubadora y la aceleradora de empresas. Para saber cuál de los dos servicios contratar, la dirección deberá conocer en profundidad sus propias necesidades a fin de trazar un plan o proyecto factible a trabajar con la organización requerida.
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En un artículo anterior hablamos sobre las incubadoras de empresas, sus principales características y en qué casos conviene su aplicación. También en ese mismo artículo hicimos una breve descripción de la función de una aceleradora. Mientras una incubadora sirve a los intereses de una empresa en sus inicios, la aceleradora contribuye a plantear metas más desafiantes para el crecimiento de la empresa a corto plazo.
En otras palabras, la aceleradora continúa el camino iniciado por la incubadora. Pero, ¿qué las diferencia realmente funcionalmente hablando? La propuesta para el presente artículo es comprender cuál de estas dos ayudas necesita una empresa para escalar su negocio: ¿una incubadora o aceleradora? Analicemos cada una.
Como primer punto, podríamos considerar que tanto la incubadora como la aceleradora son dos etapas o fases por las que una idea de negocio tiene que atravesar. Afirmar cuál es mejor es demasiado apresurado, ya que ambas son soluciones que aportan un valor diferente para cada estadio de desarrollo de una empresa. Entonces, buscamos entender cómo funciona cada una y qué necesidades tiene una organización en un momento determinado para saber qué servicio es recomendable para hacer su modelo de negocio escalable.
Una aceleradora se especializa en ayudar a las empresas a escalar su modelo de negocio. Su objetivo principal consiste en asegurarse que el proyecto que ya se encuentra en desarrollo alcance beneficios verdaderos. Para lograrlo, las aceleradoras utilizan técnicas para convertir una idea en ingresos a través de acciones enfocadas a acelerar ese proceso que de otra forma tardaría más y dejaría un rastro de errores y fracasos en el camino.
Dentro de este tipo de organizaciones, una de las figuras más importantes es la de los mentores, que representan un apoyo fundamental a las startup y permite la ampliación de su red de contactos e inversores. A partir de allí, la aceleradora desarrolla programas intensivos de dos a tres meses para asistir a las nuevas empresas que desean acelerar el crecimiento de sus modelos de negocio.
Las aceleradoras de empresas benefician a todas las partes involucradas en el proceso: empresas, clientes, inversores y economía. Si bien pueden ofrecer desarrollo a las pequeñas empresas o proyectos de empresas, estas compañías están más orientadas a elaborar programas de formación empresarial, tutorías y financiación a las empresas que buscan escalar su modelo de negocio.
Una incubadora de empresas se encarga de rastrear futuras startups con gran potencial para enfrentarse al mercado. Los especialistas de estas organizaciones trabajan en conjunto con los CEOs de las empresas recientemente creadas. La incubadora proporciona apoyo en áreas como gestión, entrenamientos, asesorías, capital, oficinas y ampliación en la red de contactos.
Suelen ser patrocinadas por distintos tipos de organizaciones privadas, organismos gubernamentales y universidades que brindan sus servicios para que los proyectos de negocios y emprendedores se materialicen en modelos más escalables y adquieran la solidez de un proceso de toma de decisiones cada vez más consciente y preciso.
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Ahora vamos directamente a establecer las diferencias más concretas entre incubadora y aceleradora.
1. Tiempo.
Mientras que una incubadora ayuda al crecimiento empresarial a largo plazo, las aceleradoras son herramientas de desarrollo a corto plazo, es decir, se vinculan a empresas que buscan alcanzar objetivos inmediatos.La primera asegura un desarrollo sostenido a lo largo del tiempo, en tanto que la segunda realiza avances significativos en un periodo corto.
2. Recursos.
Las incubadoras se enfocan en ayudar a nuevas empresas contribuyendo en la elaboración de su plan de negocio. Las aceleradoras no obstante pueden tener más acceso a fondos de capital por tratarse de una inversión a corto plazo y que dejen ganancias importantes.
3. Estructura.
Si bien ambas inician su proceso con la solicitud y comparan a las empresas entre sí con respecto al mercado para definir la mejor inversión, las aceleradoras someten a las empresas a un proceso acelerado de aprendizaje y crecimiento en poco tiempo. En cambio, las incubadoras brindan una capacitación progresiva.
4. Costos.
Las incubadoras no cobran por sus servicios, o si lo hacen la tarifa es baja. Se dedican al apoyo del crecimiento de una empresa para que logren cierta estabilidad. Sí cobran por el espacio de oficina y el asesoramiento de profesionales expertos. Por su parte, las aceleradoras pueden pedir un porcentaje del capital de la empresa a cambio de financiación.
5. Ubicación.
Las incubadoras suelen tener ubicaciones específicas conocidas como coworking que agrupan a varias empresas a la vez, y que representan un espacio de encuentro entre personas de diferentes organizaciones. En cambio, las aceleradoras permiten que las empresas que las contratan utilicen sus propias instalaciones porque, al estar más consolidadas, tienen espacio propio y no necesitan ocupar un espacio compartido.
6. Origen.
Las incubadoras son anteriores a las aceleradoras en historia, ya que se remontan a los años 60, mientras que las aceleradoras recién comenzaron a operar de manera oficial a partir de 2005; por lo tanto, son mucho más recientes.
La forma principal de identificar si debes decidir entre una incubadora o una aceleradora de empresas es la etapa del inicio. Las incubadoras brindan espacio y recursos para todo el espectro de nuevas empresas, desde la etapa inicial hasta la etapa de crecimiento. Las aceleradoras son ideales para empresas en etapa de inicio con un producto mínimo viable (MVP). Además, muchas aceleradoras tienen procesos de solicitud competitivos. Si aún tienes que cumplir con los requisitos de la aceleradora, una incubadora puede ayudarte a lograr esos objetivos.
Otro método es evaluar cuánto tiempo prevés utilizar la instalación. Si estás buscando algo a largo plazo que pueda servir como un entorno de trabajo colaborativo para todo tu equipo, entonces una incubadora es la opción ideal. Muchas incubadoras tienen diferentes opciones de espacio, desde escritorios hasta suites, que pueden adaptarse a las necesidades de tu empresa a medida que crece.
Finalmente, es común que un negocio sea simultáneamente parte de una incubadora y una aceleradora. Incluso hay algunas incubadoras con programas aceleradores incorporados que pueden brindarte un servicio integral para impulsar tu negocio desde el inicio y luego acelerar su crecimiento.
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En vista de todo lo expuesto, si te preguntas qué conviene más, si una incubadora o aceleradora, probablemente ya sabes la respuesta, solo debes analizar en qué fase de desarrollo se encuentra tu empresa y entenderás qué solución necesitas para llegar lejos. Con una incubadora obtendrás un cambio y desarrollo graduales desde el inicio de tu negocio. Ahora bien, con una aceleradora podrás lograr avances mucho más significativos en menos tiempo cuando tu negocio ya se encontraba medianamente consolidado.