La modalidad home office comenzó extendiéndose a la mayoría de los sectores empresariales como una alternativa para superar las barreras geográficas de los colaboradores que se encontraban a demasiados kilómetros de distancia para viajar todos los días con vehículo.
También supuso una ventaja competitiva para las empresas en crecimiento que no tenían establecimiento físico y preferían invertir en tecnologías que en mantenimiento, ya que la tecnología permite precisamente conectarse y trabajar desde cualquier lugar.
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El objetivo de este artículo busca poner en tensión las modalidades home office vs trabajo presencial para intentar establecer, si esto es posible, cuál es mejor o conviene más para el crecimiento de las empresas, en un panorama que abarca el contexto actual hasta dentro de al menos tres años.
En un principio, el home office o teletrabajo no representó una amenaza para el trabajo presencial, ya que la modalidad de oficina continuaba muy vigente y era la predilecta por la mayoría de las empresas porque mantenía el contacto permanente de las personas involucradas en proyectos y actividades en conjunto.
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Por lo tanto, era más sencillo planificar objetivos y cronogramas desde una reunión presencial, en donde se podía simplemente levantar la mano para preguntar, sugerir o impugnar, que intercambiar datos e ideas desde un chat de empresa.
En pocas palabras, el home office era una alternativa cuando la presencialidad no era posible, pero no una realidad para el resto de los trabajadores que no estaban separados de su oficina por largas distancias.
Sin embargo, la pandemia logró que el home office se convirtiera en una realidad más segura que la modalidad presencial, puesto que evitaba el contacto entre las personas, pero a la vez no impedía realizar las actividades y tareas que demandaban las empresas.
Alrededor del 21% de las empresas están implementando el home office como una prestación cualitativa. Esta tendencia es más fuerte en el sector tecnológico y la adoptan más la generación millennials.
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Es más, en muchos casos, las estadísticas demostraron que en la modalidad home office los colaboradores son más productivos porque se sienten más cómodos trabajando en su propio entorno familiar, sin tantas reuniones y distracciones como a veces hay en las oficinas. Lo cierto es que en el home office las personas pueden hacer una mejor selección de la información porque la distancia los obliga a definir reuniones programadas y breves donde se discutan temas puntuales.
El resto del tiempo queda a criterio del trabajador elegir el horario laboral en la modalidad home office. Además el uso de herramientas tecnológicas con conexión a internet tiene la ventaja de permitir la flexibilidad de la rutina, siempre y cuando las actividades y tareas se realicen.
La pandemia aceleró el proceso de cambio hacia la modalidad home office o teletrabajo, lo que propició que se comenzaran a valorar las ventajas de trabajar desde la casa y la fortuna de contar con herramientas tecnológicas disponibles para prescindir del trabajo presencial sin frenar la actividad comercial de la empresa.
Más de un año después del comienzo de la pandemia y tras haber adoptado la modalidad de home office casi permanente, las empresas abren el debate sobre si regresar al trabajo presencial, continuar haciendo home office o equilibrar ambas modalidades en un trabajo híbrido que permita explotar los beneficios de las dos.
Como probablemente te encuentres en una situación similar ahora que estamos en plena inmunización colectiva y se prevé la vuelta del mundo a un cierto estado de normalidad, enumeramos a continuación las ventajas y desventajas, tanto del home office como del trabajo presencial, a fin de promover un criterio más objetivo, que despeje toda clase de prejuicios de uno y de otro.
Como habrás podido observar en el home office vs trabajo presencial, ambas modalidades son efectivas para desempeñar las distintas actividades y tareas que exigen las empresas en la actualidad.
Presentan ventajas como desventajas: mientras que el home office te hace ahorrar en desplazamiento, permitiéndote una mayor disponibilidad de tu tiempo para fraccionarlo según tus necesidades y obligaciones, el trabajo presencial ofrece el ambiente laboral y productivo que permite un mayor aprovechamiento del tiempo y aprendizaje de los conocimientos concernientes a funciones específicas de la empresa, que quizá sea más difícil adquirir desde la soledad del home office.
En función de todo lo expuesto, decir cuál modalidad es mejor o recomendarte qué elegir dependerá pura y exclusivamente de las necesidades de tu empresa. Para las empresas jóvenes y en crecimiento que han progresado con la modalidad home office, quizá deberían continuar de esa manera, aunque estableciendo un cronograma de reuniones presenciales cada cierto periodo de tiempo para la planificación estratégica y definir objetivos.
Las empresas más grandes que estaban más acostumbradas al trabajo presencial, para retornar a las oficinas, mínimamente deberían establecer un control estricto de los protocolos sanitarios mientras queden resabios de la pandemia. Ahora bien, si no te quieres decantar por una ni por otra como solución definitiva, el trabajo híbrido puede significar la diferencia prudente entre tu zona de confort y tu zona de riesgo.