El software local es un tipo de modelo de entrega de software que se instala y opera desde el servidor interno y la infraestructura informática del cliente. Utiliza los recursos informáticos nativos de una organización y solo requiere una copia del software con licencia o comprada a un proveedor de software independiente.
El software local también se conoce como envoltura retráctil. Es uno de los métodos tradicionales más comunes para usar aplicaciones empresariales y de consumo. Generalmente requiere una licencia de software para cada servidor y/o usuario final. El cliente es responsable de la seguridad, la disponibilidad y la gestión general del software local. Sin embargo, el proveedor también proporciona servicios de soporte e integración posventa.
El software local es más costoso que el software bajo demanda o en la nube porque requiere hardware de servidor interno, inversión de capital en licencias de software, personal de soporte de TI interno y períodos de integración más prolongados. Sin embargo, el software local se considera más seguro, ya que toda la instancia del software permanece en las instalaciones de la organización.
Existen algunas ventajas a destacar del software on-premise aunque en la actualidad posiblemente son más las desventajas frente a la aparición del software en la nube.
Probablemente, la mayor ventaja del software en las instalaciones es la protección de datos: debido a que los datos se almacenan localmente en sus instalaciones, tiene control total sobre ellos y su seguridad. Los datos confidenciales no tienen que salir de su propia empresa. Eso puede ser una ventaja decisiva, especialmente cuando se trata de cuestiones de cumplimiento.
Una segunda ventaja también resulta del almacenamiento local de datos: si ocurren problemas de red y se interrumpe la conexión a Internet, sus empleados aún pueden acceder a los datos con soluciones locales.
La ventaja de la protección de datos para las soluciones locales es al mismo tiempo una desventaja, ya que debe ser mantenida por los empleados de la empresa y, por lo tanto, cuesta tiempo de trabajo. Además, se debe realizar una copia de seguridad de los datos y garantizar la funcionalidad de los programas. Los empleados deben instalar actualizaciones, crear copias de seguridad y mantener los programas ellos mismos.
Debido a que el software local se ejecuta localmente en cada computadora, esas computadoras deben cumplir con los requisitos de hardware recomendados. Eso puede ser un problema, especialmente con programas complejos: comprar hardware adecuado puede ser muy costoso y difícil de escalar a medida que crece la demanda. Además, eso significa trabajo adicional para su departamento de TI, ya que es necesario configurar y mantener nuevo hardware.
Desde 2010, la importancia del software on-premise no ha dejado de disminuir, ya que ha sido desplazado por el modelo de software en la nube. En este modelo, el titular de la licencia paga una cuota por utilizarlo, y además del software, cubre el funcionamiento y el mantenimiento de este. A diferencia del software on-premise, la licencia para la utilización no se consigue de una transacción única, sino que se debe renovar mediante un pago regular. El proveedor proporciona al cliente el total de los recursos de hardware y software.
El software on-premise es una solución de instalación local y utiliza los recursos nativos de la empresa. No requiere conexión de internet y requiere una licencia para cada servidor y usuario. Tiene como ventaja principal una protección total de los datos y de la seguridad de la organización, además que, en casos de interrupción del servicio de internet, la empresa el software seguirá funcionando.
Si bien lo está desplazando el software en la nube por su capacidad de almacenamiento casi ilimitado, la conectividad online y el ahorro de almacenamiento local, esta herramienta tradicional aún sigue siendo efectiva y preferida por muchas empresas que valoran la seguridad de su información.