IoT, por su sigla en inglés “Internet of Things” (Internet de las cosas), se trata de una red de objetos físicos los cuales pueden conectarse a través de sensores y softwares para intercambiar datos con dispositivos y sistemas a través de Internet.
En otras palabras, se trata de una red de interconexión entre dispositivos, personas e Internet. IoT permite captar información sobre los datos de uso y rendimiento, para detectar patrones y mejorar la experiencia de uso.
Esta tecnología está presente en la vida cotidiana (por ejemplo, la conexión entre un smartphone y otros dispositivos smart), y hasta en procesos industriales.
IoT como concepto surge en 1999, por medio de Kevin Ashton, pionero en el trabajo de identificación por radio frecuencia. Ashton, directivo en aquel entonces de Procter & Gamble, tuvo la iniciativa de crear una agrupación de investigadores con sede en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), dedicados a la investigación sobre la identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y tecnologías de sensores.
Sin embargo, no fue hasta diez años después, en 2009, que el término se dio a conocer fuera de los circuitos de investigación. La popularidad vino de la mano del crecimiento de la conectividad inalámbrica, a principios de este siglo.
Hasta fines del siglo XX, las comunicaciones de Internet eran posibles únicamente a través del clave, por lo que las redes inalámbricas aún eran incipientes. Ya adentrada la primera década del siglo XXI, advertimos la explosión de objetivos interconectados, y el surgimiento de conceptos como WSN (Wireless Sensor Networks) o M2M (Machine to Machine), para finalmente dar paso a IoT.
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Los dispositivos IoT se conectan con el procedimiento conocido como M2M, en el que dos dispositivos se comunican entre sí aplicando cierto tipo de conectividad ya sea por WiFi o Bluetooth. Esto es posible gracias a los sensores ubicados en los dispositivos.
Los sensores son los encargados de recibir la información del entorno y recoger los datos, mientras que la pasarela posibilita la conectividad con los sensores. Una vez establecida la conexión, se generan una gran cantidad de datos que son recolectados, procesados y analizados. Con éstos, se puede obtener información útil sobre los hábitos y preferencias de uso.
Los dispositivos IoT envían los datos a un sistema en la nube público o privado antes de ser procesados. El software está programado para actuar en función de esos datos almacenados. Además, éstos se analizan para brindar información que fundamente la toma de decisiones.
El paso final es la interacción persona-máquina (HMI), donde los usuarios observan los datos y hacen los análisis. Esta instancia sirve para dar informaciones al usuario y permitir que cambie las decisiones automatizadas cuando sea necesario.
Aplicar IoT tiene numerosas ventajas, entre ellas la aplicación en la automatización de controles de calidad, pudiendo realizar labores que antes se hacían manualmente permitiendo eliminar los errores humanos. Su uso se potencia cuando se combina con soluciones de Inteligencia Artificial (IA).
Otra aplicación de IoT es en el control de inventario, pudiendo optimizarlo. Hacer un inventario completo es necesario para el aprovechamiento de los recursos de la planta, por lo que los dispositivos IoT ayudan a controlar cada aspecto del mismo.
Asimismo, IoT es aplicable en la seguridad, es decir, para la prevención de riesgos laborales. En este caso, los sistemas IoT aportan a este objetivo datos sobre la calidad del aire, presencia de gases tóxicos, temperatura, niveles de ventilación, entre otros.
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Implementar sistemas IoT tiene ventajas en su uso industrial, ya que aporta mejora en la eficiencia debido a la inmediatez de la información transmitida, ahorro de costos, como así también optimización y automatización de procesos.
El intercambio de información de forma rápida y en tiempo real es su mayor ventaja, lo cual es muy importante, por ejemplo en el sector de seguridad. Además IoT permite la comunicación directa, por ejemplo, al manipular elementos lejanos mediante un smartphone.
Sin embargo, aplicar este tipo de sistemas conlleva una reorganización de procesos y sistemas de telecomunicaciones, y por lo tanto, una inversión que requiere dinero, tiempo y recursos en su ejecución y en su sostén.
Otra desventaja es que la información no se encuentra cifrada, por lo que es público acceso.
El desarrollo de IoT sigue multiplicándose, con la aparición de nuevos dispositivos y nuevas tecnologías. En su concepción confluyen otros conceptos como Big data e Inteligencia Artificial que se complementan y enriquecen su funcionamiento.