Un pitch comercial es la forma en que una agencia publicitaria propone ideas de marketing para una marca, producto o servicio a un posible cliente. El discurso comercial de una agencia publicitaria debe presentar una estrategia de marketing de la agencia de manera creativa y expresar cómo los esfuerzos de marketing lograrán los objetivos del cliente y transmitirán el mensaje de marca.
El pitch comercial suele utilizarse en el primer contacto con el cliente potencial y debe estimular al interlocutor a descubrir más sobre el tema que le interesa. Un pitch de ventas diseñado correctamente debe motivar la curiosidad del cliente en un corto espacio de tiempo.
El origen del término se remonta al vocablo en inglés “elevator pitch”, que en español se traduce como discurso de elevador. Fue creado en Silicon Valley, como una estrategia para presentar ideas de forma eficiente a los inversores potenciales. En pocas palabras, el discurso de elevador es una estrategia comercial de interés instantáneo, en el que el cliente potencial debe adquirir la intención de compra casi de manera inmediata luego de escuchar la propuesta comercial. Apela principalmente a la emoción y a los sentidos, por eso un pitch comercial exitoso será aquel que logre captar la atención del cliente en menos tiempo.
Un pitch comercial debe convencer al cliente potencial de que el producto o servicio ofrece un valor agregado que cambiará su vida, ayudándole a alcanzar algún beneficio u objetivo en particular. Para lograr esto, el discurso debe ser fácil de entender, presentar soluciones a problemas y atraer la atención del cliente potencial.
Asimismo, un efectivo pitch comercial debe incentivar a las personas interesadas a avanzar en el embudo de ventas. En el primer contacto, es importante que el pitch comercial proponga una idea interesante que retenga al prospecto, al punto de querer evolucionar en la conversación para conseguir más información. Un pitch comercial contundente en el momento de la negociación puede influenciar la decisión de compra del cliente potencial, promoviendo el cierre de ventas.
Los pitch comerciales se diferencian por sus intereses y objetivos. Se pueden clasificar de esta forma:
A continuación, se detallan los pasos a seguir para elaborar un buen pitch comercial.
El primer paso es conocer al público objetivo. Para esto, se debe investigar a la audiencia y comprender cuáles son sus necesidades y preferencias. Hacer esto permitirá lograr un discurso más asertivo.
Definir el objetivo o alcance que se desea lograr con el pitch comercial, ya sea, cerrar una venta o conseguir un inversor.
Es recomendable reducir la formalidad en el trato evitando el uso de términos muy técnicos o complejos que podrían marcar una distancia entre cliente potencial y vendedor. Lo ideal es dirigir un mensaje claro y conciliador, que sea explicativo pero a la vez empático.
La propuesta de valor debe estar adaptada a las necesidades del cliente potencial y saber describir los beneficios reales del producto o servicio que ofrece la marca.
Formular preguntas al oyente le ayudará a considerar puntos de vista antes no explorados, aunque también será preciso prepararse para esperar la réplica u objeciones al discurso, por lo que se deberá prestar atención al lenguaje corporal para saber a qué atenerse y generar las respuestas adecuadas que dejen conforme al futuro cliente.
Este paso implica estimular al cliente potencial a avanzar en el embudo de ventas. Revela el siguiente nivel por el que pasará para estar más cerca de lograr su objetivo con el producto o servicio.
El discurso del pitch debe adaptarse a los distintos estadíos del proceso comercial y a cualquier situación que se presente y requiera resolverse de manera efectiva. Así, quizá el primer discurso de contacto sea más extenso porque se está presentando la estrategia comercial y es necesario que el cliente potencial sepa claramente de qué se trata.
En pocas palabras, el pitch comercial es un discurso de ventas orientado a generar una reacción de interés inmediata de parte del cliente potencial. Es una suerte de gancho para conducir al consumidor a través del embudo de ventas y propiciar el cierre de negocio. Es una estrategia emocional para impulsar una acción de ventas en el cliente potencial.