Uber es una empresa que ha revolucionado la industria del transporte con su nuevo modelo de negocio basado en la contratación del servicio a través de una aplicación digital. Mientras los taxis y remises se sacaban los ojos en una reñida competencia por obtener la mayor clientela, con la aparición de Uber finalmente taxistas y remiseros aúnan sus fuerzas contra un enemigo en común.
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¿Pero era necesario esta alianza contra un modelo de negocio que apunta hacia el progreso del transporte? Seguramente, de no surgir Uber, los eternos rivales continuarían riñendo por lo bajo.
Sin embargo, durante todo ese tiempo en que este nuevo modelo de negocio era emergente, ni taxistas ni remiseros innovaron en la búsqueda de una mejora del servicio de transporte, pese a que sabían las falencias a las que se enfrentaban bajo ciertas condiciones climáticas, momentos en que casualmente cuando más eran requeridos por los clientes, los conductores desaparecían bajo un halo de misterio inexplicable.
Sobre el asombroso caso Uber nos estaremos ocupando en esta ocasión, y cómo la empresa surgida de la necesidad de sus fundadores destaca en su servicio la importancia del valor agregado, a fin de garantizar la seguridad y satisfacción de los clientes que confían en su modelo de negocio.
El nacimiento de Uber se remonta allá por 2008, cuando en una desapacible tarde invernal Travis Kalanick y Garret Camp buscaban desesperadamente un transporte que los trasladara por las calles de París. Como el vehículo nunca apareció, urgidos por la desilusión, los amigos tuvieron una brillante idea: si era tan azaroso conseguir un transporte público, ¿por qué no recurrir al llamado de uno a través de una aplicación especialmente diseñada para eso?
Fue así que un año más tarde, los mismos muchachos fundaron la empresa con el nombre de UberCab. Esta fue la primera versión de la app orientada a fundar un nuevo modelo de negocio con base digital que empezaba a innovar la industria del transporte. Durante 3 años, UberCap se convirtió en una pequeña empresa para solicitar vehículos que, pese a ser en un primer momento algo costosa, era muy rentable.
En 2011, finalmente los mismos fundadores decidieron cambiar el nombre a simplemente Uber. Si bien se trataba de un servicio más costoso que el taxi común, se fue consolidando su negocio en San Francisco y más tarde en Nueva York. Pero el gran salto internacional lo daría a partir de su incursión en el mercado europeo, luego de que la compañía alcanzara un valor de 60 millones de dólares a través de varias inversiones de personas interesadas en el proyecto.
Uno de los grandes inversionistas fue nada menos que Jeff Bezos, el fundador de Amazon, que le permitió expandir más su negocio por el mundo.
En 2012 Uber lanza el servicio Uber X, un proyecto de transporte a bajo costo que permitía a los usuarios conducir con su auto particular en nombre de la empresa. Asimismo, un año después la empresa inauguró su servicio en India y algunas ciudades de África, aumentando su presencia en más de 35 países.
Para coronar un año glorioso, Uber recibió una inversión de 258 millones de dólares por parte de Google Ventures, lo que ayudó a la compañía a recaudar 3.760 millones de dólares.
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¿Recuerdas que al principio hablamos del descontento creciente de los taxistas y remiseros por el éxito de Uber y su modelo de negocio que amenazaba con quitar de circulación el servicio de transporte tradicional? Finalmente, después de más de 5 años de bonanza, surgieron las primeras protestas violentas de taxistas y otros allegados a su causa que atacaron conductores de Uber y sembraron el caos en las calles.
Como en todo modelo de negocio innovador, luego de un periodo de cierta tranquilidad y crecimiento exponencial, debe surgir alguna complicación que obliga a probar qué tan fuerte y sólido es el negocio que intenta erigirse sobre los competidores. A veces esto se logra con creces, pero otras no, y es necesario volver sobre los propios pasos para replantear el concepto de lo que la empresa desea transmitir a sus clientes.
Este traspié aconteció en 2015 cuando su principal competidor en China Didi Chuxing logró doblar el valor y alcance de Uber. Finalmente, el conflicto terminaría en 2016 a favor de la empresa china cuando, debido a su escasa presencia en la mayoría de las ciudades del país, tuvo que ceder el mercado a su airado competidor.
Pero los obstáculos no dejaron de aparecer y fue entonces que en 2016 también la empresa fue expulsada de Texas y Hungría, generando pérdidas valuadas en dos mil ochocientos millones de dólares.
Sin embargo, por duro que fueran estos tropiezos, no alcanzaron para detener a Uber en su expansión como el nuevo gran servicio de transporte por contrato digital más importante del mundo. Esta realidad no solo le dio fuerzas, sino que le sumó trascendencia y muy pronto, en 2019, Uber llegaba a vender acciones en la bolsa de valores de Nueva York por 100 millones de dólares.
Después de todo, comprendemos que el modelo de negocio tradicional del servicio de transporte perdió frente a la propuesta de Uber porque antepuso sus propios intereses en detrimento de los clientes. Justamente fue lo contrario que hizo Uber, porque partiendo de ser también clientes insatisfechos del transporte tradicional, sus fundadores sintieron la necesidad genuina de crear un servicio mejorado para todos los clientes que como ellos no son tenidos en cuenta.
De esta forma, se revela la importancia del valor agregado en el servicio digital de Uber, que asegura a los pasajeros llegar a destino y sin retrasos por un precio por el que vale la pena pagar.
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En palabras finales, nuevamente encontramos una empresa que construyendo un nuevo modelo de negocio no solo logra posicionarse como una marca reconocida a nivel mundial, sino que consigue permanecer en el tiempo pese a los avatares que amenazaron su permanencia, una ventaja que no todas las empresas que se enfrentan a diversas crisis pueden resolver con éxito o levantar sus muros entre los escombros. Sin duda, el motivo de este triunfo fue la importancia del valor agregado que refleja su servicio para estar cuando otros no están.