Toyota es una empresa fabricante principalmente de automóviles que casi todo el mundo conoce, ya sea porque tiene o tuvo un vehículo de esa marca, o bien porque simplemente sabe por conocimiento popular. De cualquier manera, Toyota es una multinacional japonesa que tiene una trayectoria de 90 años y cuenta con fábricas y sedes en diversos países.
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A lo largo de sus años, ha marcado tendencia con innovaciones tecnológicas que la posicionaron como la segunda empresa fabricante de automóviles más importante del mundo después de Wolkswagen, según un informe de 2019. Además, por si esto no fuera suficiente, Toyota también cotiza en la Bolsa de Tokio, y la gama de productos que comercializa incluye no solo fabricación y venta de automóviles, sino mantenimiento de vehículos en general y también robots.
La propuesta para este nuevo caso de estudio es explorar los aspectos más relevantes de la trayectoria de Toyota, sus innovaciones que marcan la diferencia con otras empresas fabricantes de automóviles y cómo el paso del tiempo no impidió que se reinventara hasta convertirse en el gigante que es hoy. Conoce el caso Toyota.
Los comienzos de Toyota se remontan a 1933 y no apelan a la clásica historia de necesidad que hemos observado en otros casos de estudio. Su fundador, Toyoda Automatic Loom, no era un fánatico de los motores ni pensaba cambiar la vida de las personas como ideal romántico, sino que era en realidad un fabricante de telares que inició un negocio paralelo de producción de automóviles con su hijo.
Después de fabricar sus primeros modelos de automóviles entre 1934 y 1936, Toyota Motor Corporation se consolidó como una empresa independiente. Más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial se orientó a la fabricación de camiones para el Ejército Imperial Japonés.
Por causa de la tremenda escasez de Japón, los camiones militares que se fabricaban eran visiblemente sencillos. Y por si fuera poco, pudieron bombardear las fábricas de Toyota con un ataque programado, pero el fin de la contienda evitó el desastre.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la producción de automóviles se reanudó en 1947 con el lanzamiento de un nuevo modelo, el SA. Luego, en 1953 cinco unidades fueron exportadas a El Salvador, convirtiéndose en el primer país del continente americano en recibir vehículos de la marca Toyota y la primera expansión hacia Occidente de la multinacional japonesa.
Al año siguiente, Toyota continuó con su cadena de expansión a otros países como Brasil y Tailandia, y gracias a eso, Estados Unidos pudo acceder a los primeros vehículos. En 1957 se crearon las divisiones estadounidenses de Toyota (Toyota Motor Sales) y también en el mercado brasileño con Toyota de Brasil SA.
La expansión continuó a lo largo de los años 70. En ese momento el fundador creó el método “just in time'', y esta implementación le permitió a la empresa llegar a niveles de producción que ninguna empresa había llegado antes dentro del mundo de los automotores.
En 1982 Toyota Motor Company y Toyota Motor Sales se fusionan para conformar una única empresa rebautizada como Toyota Motor Corporation. A partir de allí, Toyota continúa su carrera expansiva a otros países. Esta vez su objetivo estuvo dirigido al mercado europeo llegando a Francia y Reino Unido respectivamente. A su vez, el mercado estadounidense fue creciendo exponencialmente abriendo diferentes sucursales en ciudades como California y Nueva York.
En 2006, Toyota superó a Ford en términos de ventas totales de vehículos en Estados Unidos y, si bien recuperó la posición en el mes siguiente, nuevamente la volvió a perder el otro mes debido a los altos precios de la gasolina. En el primer trimestre de 2007, Toyota le arrebató a General Motors el primer lugar en el mercado estadounidense.
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Durante la Gran Recesión de 2008 que afectó a Estados Unidos, Toyota recortó su producción en un 50% para reducir inventarios y enfrentar la caída de las ventas en 2009. Este fue el comienzo de una serie de eventos desafortunados en la trayectoria de Toyota que continuó con la revisión obligada de 2,3 millones de automóviles en Estados Unidos por problemas técnicos que aceleraba los vehículos. No obstante, después se reveló que no eran fallas de producción sino un uso indebido de los propios usuarios que aceleraba los automóviles sin darse cuenta.
Pero no será hasta el terremoto y tsunami de 2011 que la empresa realmente vio amenazada su continuidad perdiendo en esa catástrofe la cadena de suministro, que produjo la mayor caída de producción que sufrió la compañía en la historia desde sus inicios. En consecuencia, Toyota perdió el liderazgo de marca como mayor fabricante a nivel mundial que había ganado hasta el momento.
Sin embargo, como buena empresa resiliente y próspera, Toyota logró recuperarse de la crisis en menos de un año, por lo que en 2012 ya había repuntado como líder mundial en producción y ventas de automóviles.
A partir de 2018, la empresa inició una suerte de alianza estratégica con la empresa Uber, que la llevó a invertir 500 millones de dólares para desarrollar vehículos autónomos de manera conjunta.
En 2018, Toyota presentó su primer prototipo de vehículo autónomo, el que básicamente las personas no necesitan expertise en la conducción de automóviles, puesto que el diseño de estos vehículos autónomos permite que reaccionen ante circunstancias de peligro sin la necesidad de la intervención humana. Asimismo, la empresa japonesa planea en su alianza con Uber desarrollar vehículos autónomos para lanzarlos en el servicio de transporte estadounidense.
Una de las innovaciones más trascendentes y esperadas en los últimos años es el lanzamiento de vehículos de exploración espacial. En este contexto, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial firmó un acuerdo con Toyota para crear conjuntamente los vehículos de exploración espacial, priorizando los objetivos de colonización de la Luna y Marte.
Por último, cabe destacar su filosofía de fabricación llamada “sistema de producción Toyota'', que muchas empresas han adoptado en el resto del mundo. Este sistema incluye la implementación de fábricas en distintos países, donde fabrican o ensamblan vehículos destinados a mercados locales. De esta forma, con el correr de los años Toyota ha logrado una presencia importante en un gran número de países que abrieron fábricas para producir automóviles a lo largo del globo.
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En palabras finales, tenemos que decir que el caso Toyota, al igual que tantas otras empresas que demostraron tener un gran dominio de los negocios y del mercado, ha logrado perpetuarse en el tiempo y mantener su liderazgo como una de las marcas de automóviles más grandes del mundo. No en vano superaron la crisis de la recesión del 2008, no en vano se alían con otras empresas poderosas para cimentar importantes y millonarios negocios… No en vano están colaborando para llevar otra vez al ser humano a la conquista del espacio exterior.